Diego Armando Maradona, uno de los máximos íconos del fútbol mundial, murió poco después de cumplir 60 años.  Desde su época de Cebollitas hasta su última etapa como entrenador de Gimnasia, pasando por sus épocas doradas como futbolista y su trayectoria como técnico, Página/12 ofrece 60 imágenes que describen a perfección una vida irrepetible, que incluso supera cualquier guion cinematográfico.

Diego con los Cebollitas, cuando todo era ilusión.
La famosa frase cuando el sueño era salir campeón con la octava.
En la vieja cancha de Argentinos Juniors, donde empezó a deslumbrar.
Diego en su primera casa en La Paternal, en la calle Lescano.
La camiseta argentina, su gran amor.
Una dupla inolvidable con Ramón Díaz, en el Mundial juvenil de Japón '79.
Cuatro goles a Boca, después de que Gatti lo llamara gordito.


Su primer partido oficial en Boca, con dos penales convertidos ante Talleres de Córdoba.


Un grito de gol repetido en aquel Boca de 1981.
La sonrisa interminable en aquellos años felices.


La etapa en Barcelona, un proceso con más tristezas que alegrías.


En Barcelona con Jorge Cyterszpiller, su gran amigo y primer representante.
La lengua afuera, una imagen icónica y repetida a lo largo de su carrera.
El inicio de un romance eterno con el Napoli.
Diego y el amor por la pelota, durante el Mundial de México.
Con Bilardo, en México, en el torneo que marcaría la cumbre de su carrera.


El festejo de su máxima obra, el segundo gol a Inglaterra en el estadio Azteca.


El beso a la Copa del Mundo, su fotografía más representativa.
El Scudetto con el Napoli, una postal histórica de su paso por Italia.
El Mundial '90, sin goles propios, pero la estampa intacta de un gran caudillo.


Su última temporada en Napoli, frustrada por el doping ante Bari. 


La buena relación con Menem, que se cortó tras la detención en el departamento de la calle Franklin.
El primer regreso con Sevilla, tras el primer doping en Italia.
La vuelta a Argentina para jugar en Newell's, con el Mundial 1994 en la mira.


Ante Grecia en EEUU, cuando parecía que iba a tener su gran revancha.
El pase a Caniggia, justo antes del segundo gol a Nigeria.


De la mano de la enfermera Sue Ellen Carpenter para el corte de piernas más famoso.
Mandiyú y Racing, sus primeras experiencias como entrenador. 
La vuelta a Boca, con Giannina, Dalma y el mechón amarillo de protesta a Passarella.
El galardón en Oxford, cuando lo nombraron Maestro Inspirador de Sueños.
El mítico piquito a Caniggia, en un Boca 4-River 1 en La Bombonera.
La camiseta de Boca con las rayas blancas, uno de sus primeros cruces con Mauricio Macri.


La recuperación en Cuba, cuando dijo que se sentía más solo que Kung Fu.
El homenaje en la cancha de Boca, cuando patentó que la pelota no se manchaba.
Fumar habanos, un costumbre que trajo de Cuba.
Siempre en su palco de la Bombonera, alentando a Boca.
No importa el momento ni la ocasión: la camiseta argentina siempre presente.
Siempre dispuesto a colaborar con partidos a beneficio, aunque no pudiera jugar.
El sobrepeso lo llevó a someterse a un by pass gástrico.
El aliento de siempre al equipo de Copa Davis, que incluso lo llevó hasta la final ante Croacia en 2016.
El notable cambio de look para el gran regreso en La Noche del Diez.
El amor con la pelota nunca se terminó.


La invitación al carnaval de Río de Janeiro no se la iba a perder.
El partido Unidos por la Paz en Roma lo tuvo como principal figura. 


En 2008 cumplió su otro gran sueño, dirigir a la Selección Argentina.
La Eliminatorias fueron un sufrimiento, hasta el desahogo final en Uruguay.
Junto A Lionel Messi, a quién ayudó para mejorar su disparo en los tiros libres.


El Mundial de Sudáfrica terminó siendo una gran frustración, con la eliminación en cuartos de final.


La despedida de la Selección, con acusaciones a Julio Grondona.
Nuevo cambio de look, a la espera de una nueva oportunidad para dirigir.


Al Wasl, el primer equipo que confió en él como DT después de la Selección Argentina.
El regreso a Italia en 2016, después de muchos años sin poder volver.
El último encuentro en 2016 con Pelé, a quien saludó hace unos días por su cumpleaños 80.


Al Fujairah, su otro equipo en la experiencia por Medio Oriente.


En Dubai hubo idilio inicial, pero se acabó cuando el equipo no pudo ascender.
El grito al cielo, por el gol a Nigeria en el Mundial de Rusia.
Durante Rusia 2018, las cámaras estuvieron siempre pendientes de sus movimientos.


Su paso gran paso por Dorados no pudo coronarse con el ascenso.
Gimnasia se decidió por él y así regresó a dirigir en Argentina tras casi una década.


En el banco de Gimnasia, su actual equipo, a la espera del reestreno.