La crisis que se agravó con la intención del argentino Lionel Messi de irse del Barcelona en el verano europeo tuvo este martes el último coletazo: el presidente de Barcelona, Josep Maria Bartomeu, presentó su renuncia como máxima autoridad de la institución azulgrana, según confirmó la propia institución y el mismo directivo a través de una conferencia de prensa.

"Comparezco para comunicar mi dimisión y la de la junta directiva. Es una decisión meditada, serena y acordada por todos mis compañeros", inició su aparición pública Bartomeu. Sorpresivas palabras, claro, pocas horas después de una conferencia de prensa que el dirigente había brindado este lunes para manifestar su continuidad en el cargo.

A la renuncia de Bartomeu la acompaña la de su junta directiva, quienes han dimitido también. Ahora se abre un período en el que una Comisión Gestora, liderada por el presidente de la Comisión Económica del club, Carles Tusquets, tendrá como máximo 90 días para convocar las elecciones desde que sus miembros hayan tomado posesión del cargo.

"Por el caso Messi nunca se me pasó por la cabeza dimitir", había revelado entonces, en una frase que ahora resuena y seguramente será eje de los análisis en torno a la presentación de su dimisión al cargo. 

Una reunión de Comisión Directiva celebrada de urgencia este martes fue el escenario en el que estalló la bomba que por estos momentos sacude a Barcelona y al mundo del fútbol, ni más ni menos que a un día de la visita del conjunto culé a Italia para enfrentar a la Juventus, por la segunda fecha de la Champions League.

La palabra de Bartomeu

La oficialización del anuncio fue la concresión de una contradicción tras las propias palabras dichas este lunes por Bartomeu, a no ser que presente otras motivaciones desligadas del caso Messi. Cualquier análisis, sin embargo, no podría omitir que el conflicto con el crack argentino, apoyado además por toda la afición culé, desgastó la ya deteriorada imagen del presidente que asumió en 2014.

En un escueto anuncio sin interacción con el periodismo, Bartomeu ofreció tres cosas: una reivindicación de sus logros, una autocrítica  y el descargo sobre el destrato que adjudicó a los "medios de comunicación". Serán esos los tres ejes de análisis de su palabra del día de su dimisión.

"La voluntad de la junta no ha sido ni es la de perpetuarse en el club. ¿Por qué no dimitimos antes? Tras la eliminación en Champions lo más fácil era dimitir, pero se precisaban decisiones importantes que no podían caer en una junta gestora", explicó Bartomeu en su corta presentación.

En su última aparición pública como presidente del Barcelona, el dirigente explicó que consideraba "contradictorias" las decisiones de la Generalitat, que había afirmado que no había impedimentos para realizar el referendum. "En un momento en que aplica medidas duras a la población y se insinúan otras más duras como el confinamiento en fin de semana, en un momento así es irresponsable su posición con el voto de censura”, explicó Bartomeu, explicitando que tal fue la motivación de su renuncia de este martes: "Tenemos que actuar con responsabilidad, no podíamos convocar el voto de censura. No podíamos hacer elegir entre la votación o la salud".

"Se ha insinuado que teníamos intereses ocultos, se nos ha faltado al respeto. Se me ha insultado y amenazado a mí, a mi familia y a los compañeros de junta", agregó el dirigente, quien destacó los logros de su gestión y hasta hizo un importante anuncio: que el equipo participará en una Superliga Europea.

Además de Bartomeu, el resto de los directivos también presentaron su dimisión por la celebración del voto de censura, que se iba a llevar a cabo el 1 y 2 de noviembre próximos.

Lo inesperado de la marcha atrás del titular del Barca quedó reflejada en la tapa de este martes de la publicación catalana Sport. En la portada de su edición, cobertura de su conferencia de prensa del lunes, se titula: "Bartomeu resiste". Para sus ejemplares de mañana, bien bastaría con cambiar la foto por una de la conferencia de este martes y modificar sólo una letra: la "R" por la "D".

Ahora, las elecciones

Cuando se cumplan siete años de la asunción de Bartomeu como presidente del Barcelona, justamente, se podrían estar realizando las elecciones: es que finales de enero sería el periodo límite para que tuviesen lugar los comicios a la presidencia del Barcelona, para los cuales de momento ya están confirmados los precandidatos Jordi Farré, Agustí Benedito, Víctor Font, Toni Freixa y Lluís Fernández Alà.

Según establece el punto 35.4 de los Estatutos del club, Tusquets (presidente de la Comisión Económica del club) y el Síndic dels Socis, Joan Manuel Trayer, deberán designar libremente el resto de miembros de la Comisión Gestora de entre los integrantes de la Comisión Económica y los de la Comisión de Disciplina.

En todo caso, la Comisión Gestora deberá estar formada por un número de personas no inferior al 50% total de miembros de la junta directiva en el momento del cese, con un mínimo de siete miembros. Actualmente el número de miembros de la junta de Josep Maria Bartomeu era de 14.

Según los Estatutos, la Comisión Gestora debe ejercer las funciones de gobierno, administración y representación

que corresponden a la junta directiva, pero limitadas a los actos necesarios e imprescindibles para el mantenimiento de las actividades normales del club y la protección de sus intereses.


El voto de censura histórico

El voto impulsado por Jordi Farré, Víctor Font, Lluís Fernández Alà y ocho grupos de opinión del entorno azulgrana ha sido el tercer voto de censura de la historia del Barcelona que ha pasado el corte de las firmas y el primero que ha conseguido la dimisión.

Los que tuvieron lugar contra Josep Lluís Núñez en 1998 y contra Joan Laporta en 2008 llegaron hasta la celebración del referéndum, en el cual los socios optaron por la continuidad de los dos presidentes.