Las negociaciones entre el ministro de Desarrollo de la Comunidad, Andrés Larroque, y las organizaciones y delegades de la toma de Guernica llegaron este miércoles a su fin, y en malos términos. En la toma se preparan para resistir y temen "una masacre". El desalojo estaba pautado entre el 15 y el 30 de este mes, pero el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, pidió por escrito su postergación hasta el lunes por las "tormentas intensas" previstas para las "próximas horas". En este contexto, el gobierno provincial anunció que otorgará un subsidio de hasta 50 mil pesos a familias que no tengan viviendas

"El gobierno provincial y el fiscal Condomí Alcorta desconocen los avances en las negociaciones y organizan el desalojo con represión", aseguraron les delegades de la toma en un comunicado. "De un momento a otro dejaron de lado las propuestas que el gobierno venía avalando y que fueron aprobadas por las asambleas", plantea el escrito.

Desde el gobierno dieron a este diario una versión muy diferente: que la última propuesta oficial fue rechazada. La oferta consistía en que las más de 1400 familias relevadas en el segundo censo realizado en el predio fueran derivadas a centros de transición, hasta ser reubicadas dentro de seis meses en lotes con servicios. El miércoles se sumaron los subsidios otorgados por un período máximo de tres meses y con posibilidad de prórroga. Para esto se creó el Programa de Asistencia Crítica y Habitacional, bajo la órbita de la cartera de Larroque. 

La oferta oficial había tenido el visto bueno de tres de las cuatro asambleas, una por cada barrio que compone la toma en Presidente Perón. La mayoría de las organizaciones con presencia en el lugar -a excepción del Polo Obrero y MST Teresa Vive- se acercaron este miércoles hasta La Plata para acordar la salida del barrio La Unión (350 familias) del predio, con la confianza de que el proceso se replicaría para los otros barrios. Pero aseguran que el gobierno dio marcha atrás con la discusión, y dejó súbitamente el asunto en manos de la Justicia a partir del jueves. Finalmente, la Unión se quedó en el predio para resistir.

"Nos mintieron, nos engañaron, rompieron la mesa de diálogo. Tenemos niños y niñas. Siguen diciendo que somos menos familias. El Estado demostró que se caga en nosotros. Queremos que no haya ningún muerto. Y hacemos responsables a Kicillof, Berni, Larroque, el Presidente, que deben garantizar nuestros derechos. Pedimos un pedazo de tierra, que nos corresponde", dijeron en conferencia de prensa las mujeres de la toma, al frente. "Vamos a estar hasta lo último. Esta es una causa justa", concluyeron.

Durante el día, algunos medios difundían los preparativos de 4 mil efectivos que desembarcarían muy pronto en Guernica. Desde la toma afirmaban que no había despliegue policial todavía. "Por lo que sé vendrán de a poco, con mochila, preparados para quedarse. Van a acampar acá hasta que llegue la orden", contó Liliana, una delegada.

Uno de los problemas que para algunas organizaciones tenía el acta que sellaba el acuerdo con el gobierno era que, precisamente, algunas familias accederían a subsidios y no a lotes como se les prometía de palabra.

En las horas previas al fracaso de la negociación, Larroque criticó en diálogo con TN a quienes permanecían en la toma, atribuyéndoles "motivaciones políticas". "Hay algún sector que tenía una expectativa vinculada a la posible venta de terrenos. Después queda gente o familias confundidas que no entienden que la propuesta que ofrece el Estado es mucho mejor que la situación que tienen hoy. Hicimos todos los esfuerzos y empieza a actuar la Justicia", aseguró. 

Berni dijo que tenía previsto hacer el desalojo el viernes, pero que no podía avanzar porque "el juez puso ciertas condiciones" en torno al clima y se pronosticaba tormenta. Pidió autorización para postergarlo hasta el lunes y en un momento sugirió que podía ser el fin de semana, algo que el fallo no permite. En la toma instaron a "rodear de solidaridad a la recuperación de tierras" y anunciaron la puesta en marcha de una vigilia y un plan de lucha con cortes y movilizaciones.