La comunidad Territorios Originarios Wichí, ubicada en el kilómetro 6 de la ruta nacional 86, cerca de Tartagal, cabecera del departamento General San Martín, denunció que tiene que comprar el agua porque no llega por la red de provisión que sus mismos integrantes instalaron. De acuerdo a los relatos tomados por la radio comunitaria La Voz Indígena, para contar con agua potable la comunidad hizo en su momento conexiones con mangueras por un tramo de tres kilómetros. Esas mangueras se compraron con fondos reunidos mediante una colecta realizada por la radio y la organización Aretede.

Pero ahora la red no lleva agua. Y pese a los reclamos, tampoco llegó la asistencia a través de camiones cisterna. Las temperaturas de la zona superan los 40 grados y la única solución que encuentran las autoridades originarias es comprar el agua a algunos camioneros que salen a venderla por esa ruta. El cacique pagó cerca de $3 mil por unos 2 mil litros de agua, que son depositados en dos tinacos.

“Estamos en emergencia socio sanitaria y cuando pasan cosas como estas no se entiende dónde está el dinero y los anuncios del agua para las comunidades”, se quejó una persona que trabaja con las poblaciones indígenas del departamento San Martín. Este vocero pidió reserva de su nombre ante los diversos frentes de lucha que se abrieron y agravaron en estos últimos meses a raíz de la disputa de los territorios ancestrales con particulares titulares registrales.

La alternativa de instalar una manguera por tres kilómetros fue planteada hace 5 años con la ayuda de técnicos de la Secretaria de Agricultura Familiar (actual SAFCI) de la Nación y el INTA, que asesoraron a la comunidad para contar con el agua, ante la falta de otras soluciones oficiales. Una parte de esos técnicos fueron despedidos por el macrismo y aún esperan su reincorporación.

Al principio las ladrilleras en la zona eran pocas y, si bien hubo reclamos por la abundante cantidad de líquido que su actividad demanda, la falta de agua no era una amenaza total a la subsistencia, pues algo llegaba a las comunidades.

Pero cada vez son más los emprendimientos que se inician cerca de los territorios de uso ancestral y se conectan de manera clandestina a las mangueras que las comunidades lograron instalar “a pico y pala”.

Según el relato de lugareños, las ladrilleras llenan piletas pelopincho con agua para poder ponerse a producir y luego usan madera, también del monte de los pueblos originarios, como combustible para los hornos tabicados que se arman para cocer los adobes y convertirlos en ladrillos. 

Según contó la comunicadora Edith Martearena, de La Voz Indígena y la organización Aretede, el cacique de la comunidad afectada había ofrecido a los ladrilleros como solución que ellos llenen las piletas de noche, para que los comuneros pudieran usar el agua durante el día. Pero no hubo acuerdo y la consecuencia fue que la comunidad Territorios Wichí se quedó sin agua.

“Tendremos que ir a cortar nosotros por la situación crítica que están teniendo”, dijo a Salta/12 el gerente de Servicios de Aguas del Norte, Javier Jurado, al sostener que hace unos quince días los caciques hicieron las denuncias. “Estamos viendo las cuestiones legales para ver qué tipo de denuncias realizar, y los cortes a las ladrilleras se estarán haciendo durante esta semana”, agregó.

La Municipalidad de Tartagal, en tanto, informó que el viernes próximo técnicos de la Dirección de Control y Fiscalización de la comuna irán junto a los delegados de Aguas del Norte de la ciudad a realizar “un relevamiento” de la cantidad de ladrilleras que existen en la zona. Sostuvieron que habría algunas que incluso están inscriptas en la Dirección General de Rentas (DGR) de la provincia.

Caudales reducidos en toda la provincia

Al ser consultado por la situación a nivel provincial por la falta de lluvias y por lo tanto, de recarga de las napas de agua, Jurado sostuvo que los caudales “han disminuido entre un 30 a un 40 por ciento en toda la provincia”, si bien hay lugares más críticos que otros. Pese a este panorama, indicó que hay reservas que se vienen utilizando, como la del dique El Limón, en el norte provincial, hasta la llegada de las primeras lluvias que se esperaban para noviembre, aunque comenzaron anoche en Capital y zonas aledañas.

Una de las plantas que abastecen al departamento San Martín es la de Itiyuro. “Ya se ejecutaron dos pozos en Salvador Mazza con el objetivo que se abastezca al municipio y de allí poder contar con más agua para que llegue a Tartagal y Mosconi”, indicó el funcionario. 

Jurado agregó que está proyectada otra perforación para la comunidad de Yacuy, en donde se hicieron “dos pozos más para inyectar más agua al acueducto. Y se suma el pozo que hizo el Banco Macro en Tartagal para abastecer de agua al Hospital”, de esa ciudad norteña. En Embarcación “hay dos pozos más y habilitamos uno la semana pasada”. Esta fue una de las respuestas a las denuncias del diputado provincial por el departamento San Martín, Franco Hernández, quien señaló que el agua sigue faltando en el municipio y solo se había perforado un pozo en Tartagal, siendo esta una iniciativa privada y no estatal.

La Unión: soluciones la próxima semana

Vecinos de La Unión, en el departamento Rivadavia, se manifestaron ante la falta de agua. Esta situación se generó a raíz de la salida de funcionamiento de un pozo que se terminó recientemente. Los vecinos agregaron que los restos del agua tratada quedaban depositados en un zanjón que a su vez contamina las aguas que siguen por ese caudal. Esto, a su vez, afecta a los animales que la toman. De hecho, una de las vecinas mostró las raíces blanquecinas de un árbol, que quedaron así por los desechos del tratamiento del agua que abastece al pueblo.

“Ya se está operando”, dijo Jurado al ser consultado por esta situación. Afirmó que la calidad del agua en la zona impone la necesidad de una planta de ósmosis inversa, una estructura que requiere de membranas que filtran los elementos químicos que se encuentran en el agua en exceso y afectan la salud de las personas (arsénico y flúor, por ejemplo). 

“Esa magnitud de planta es la primera que tenemos en la provincia para el abastecimiento en la comunidad y produce una cantidad importante de agua”, sostuvo el funcionario de Aguas del Norte. El problema principal fue la falla del equipo de bombeo y la necesidad de cambiar esas membranas. "Los procesos de compra de los equipos que son muy especiales, se demoraron ante las restricciones” de la pandemia. “La provisión de la bomba ya la conseguimos y está en camino a La Unión”, dijo. 

En cuanto a las membranas filtradoras, Jurado indicó que en un trabajo en conjunto con el Instituto Provincial de la Vivienda (IPV), se logró conseguirlas y están en la Aduana a la espera de destrabar su ingreso para, “a más tardar la próxima semana, tener los equipos funcionando”. En cuanto a la situación de los restos del agua filtrada, aseguró que también se hará una conexión al sistema de cloacas, para derivarlos por allí.