De la mano de Donald Trump el relato de la antipolítica llegó a la presidencia de Estados Unidos en 2016. El magnate inmobiliario neoyorquino se presentó como un "outsider" que venía a devolverle su grandeza al país. Se había erigido en figura mediática en el reality show “El aprendiz”. Desde ese lugar creó la imagen meritocrática de un hombre "que se hizo a sí mismo". Para las elecciones de este 3 de noviembre todo parecía indicar que iba a repetir mandato. Pero llegó el coronavirus. Ante el caos, Trump no se movió un centímetro de sus modos. Al contrario. Apretó el acelerador. Hoy sigue con chances de ganar pese a que las encuestas lo muestran cada vez mas lejos de Joe Biden. Su discurso divisivo, nacionalista y triunfante parece sacado de una realidad paralela. Sin embargo, tiene mucho sentido para millones de estadounidenses.

“Pensá en grande y pateá traseros"

Donald John Trump nació en Queens, ciudad de Nueva York, el 14 de junio de 1946. Es el tercero de cinco hijos: tres varones y dos mujeres. Su primera educación fue en una escuela militar. Luego obtuvo el Bachillerato en Negocios de la Universidad de Pensilvania. Contrariamente a la leyenda meritócrata que creó sobre sí mismo, a partir de los 22 años Trump se sumó al fructífero negocio de su padre. Después de la Segunda Guerra Mundial, Fred Trump, descendiente de un inmigrante alemán, ya había levantado un imperio en la ciudad de Nueva York construyendo edificios para la clase media en barrios populares. En 1974 Donald se puso a la cabeza del negocio familiar. A diferencia de su padre avanzó sobre la isla de Manhattan donde su compañía es dueña de rascacielos imponentes. Además creó una red de hoteles, casinos, campos de golf. Tuvo tres matrimonios. El último en el año 2005 con la modelo eslovena Melania Knauss. Con ella tuvieron un hijo: Barron Trump. Además el presidente es padre de otros cuatro, Donald Jr, Ivanka, Eric y Tifanny, que participan activamente de su campaña.

Aunque siempre llevó una vida pública fue a través del programa “El Aprendiz” que dio su gran salto a la fama. Fueron 11 temporadas (2004-2015) de un reality show con millones de televidentes en donde el empresario seleccionaba a un “elegido” para llevar adelante un proyecto de su compañía. También era el encargado de despedir a los participantes que no consideraba capacitados. Su latiguillo era la frase “¡estás despedido!” que repitió decenas de veces durante sus campañas. Además escribió y participó en la redacción de 18 libros. Algunos de sus títulos son: “Trump: El arte de la negociación”; “Trump: Cómo volverse rico”; “Pensá en grande y pateá traseros en los negocios y en la vida”: y finalmente el texto donde expuso el que sería su gran lema para llegar a la presidencia: “Es hora de ponerse duro: hagamos de Estados Unidos el Nº1 otra vez” (2011).

Hacer de la división una bandera

En el año 2000 había participado en las internas del Partido de la Reforma, una fuerza menor que se presentaba como alternativa al bipartidismo. Sin embargo, para la campaña de 2016 Trump anunció su acercamiento a los republicanos. A partir de allí empezó a potenciar su discurso conservador y nacionalista con la mira puesta en el votante tradicional de ese partido. Demostrando un verdadero talento político, el magnate captó a un electorado predominantemente blanco, que se sentía despreciado por las élites de la política. Así ganó la presidencia pese a tener casi tres millones de votos menos que su rival, Hillary Clinton.

Trump se vende como es: racista, misógino, triunfalista, creído. Un señalado por Dios que agita los fantasmas más oscuros de la sociedad estadounidense. Las protestas que desde el año pasado tomaron las calles contra el racismo son fruto de un larga historia que Trump fogueó ante cada caso de violencia policial. Para el magnate la división es un pozo fértil del cual seguir nutriendo su figura. "Biden quiere dejarlos sin empleos", "la izquierda radical va a llegar al poder", "nuestra economía está en juego", fueron algunas de sus predicciones. Mientras tanto, en alguna otra realidad, los muertos por el coronavirus se siguen sumando de a miles. ¿Tendremos segunda temporada del reality show de Trump?.