El oficialismo busca aprobar un aporte extraordinario de los grandes patrimonios. La crisis generada por la pandemia redujo fuertemente la recaudación, mientras exigió amplias políticas de ingresos que afectaron las cuentas públicas. 

La monetización del déficit, en el marco de un desacertada administración del mercado cambiario, alimentó la corrida que sacude la economía de los últimos meses. La suspensión del IFE 4 y la reducción del ATP para mejorar las cuentas públicas en el marco de las negociaciones con el FMI, son concesiones realizadas por el oficialismo al establishment tras la reunión del ministro Martín Guzmán con la cúpula de AEA. 

El ala progresista del gobierno con Máximo Kirchner y Carlos Heller como exponentes, buscan que las grandes fortunas también contribuyan al equilibrio fiscal, evitando que el peso del ajuste recaiga enteramente sobre las espaldas de los que menos tienen.

Los cálculos sobre cuánto se recaudaría por el aporte de las mayores riquezas, hablan de 1 por ciento del Producto, que sería pagado por unos 12.000 contribuyentes. Es decir, una minoría ínfima de la población. Sin embargo, esa minoría se hace escuchar, ya que son los dueños del poder económico local que maneja gran parte de los medios de comunicación y de las estructuras políticas de la oposición. 

Uno de quienes responde a su mandato es el diputado del PRO Jorge Enriquez, quien calificó el aporte como un “veto a la riqueza” que “empuja la Argentina al abismo”. Enriquez atribuye al “impuesto” todas las calamidades del país, como ser los “argentinos, en especial los más jóvenes y calificados”, que emigran de un país que “en donde las autoridades nacionales ponen en riesgo los frutos de su esfuerzo y le han declarado la guerra al mérito”. Al respecto, vale decir que si emigran por miedo a tener que pagar el aporte extraordinario por única vez a las grandes fortunas declaradas a diciembre de 2019, estarían alejándose de una tierra excepcional donde pueden hacerse millonarios.

“El mensaje que transmite el Instituto Patria es claro: los que invierten, producen y crean empleo no son bienvenidos”, agrega el diputado del PRO, sin tener en cuenta que pagar un pequeño aporte en un momento excepcional no es desalentar ninguna inversión. Por otro lado, hay un número enorme de trabajadores que producen y empresarios que invierten y no son alcanzados por el aporte, que sólo toca a los más ricos

Sin ese aporte, se agrava el déficit fiscal o se reducen otras partidas de gasto que afectan a las mayorías que trabajan e invierten. ¿Por qué piensa Enriquez que las mayorías productivas no merecen ser bienvenidas y sólo las minorías que detentan grandes patrimonios deben recibir bendiciones?

“La propiedad privada, como el mérito, es sospechosa. Genera personas que defienden su autonomía personal, que labran su propio destino, que piensan por su cuenta, en lugar de subordinarse al héroe colectivo, que casualmente es la familia Kirchner y su séquito”, desvaría ya el diputado del PRO carente de “autonomía personal” frente a quienes detentan grandes fortunas.

@AndresAsiain