Entre sábado y domingo, ambas noches a partir de las 21, se llevará a cabo la cuarta edición del Festival de Tango y Criollismo. Gratis, por el canal de youtube del evento, y bajo la modalidad streaming conjugarán payada y música José Curbelo, Emanuel Gaboto, Astillero, el César Angeleri Cuarteto, Walter “Chino” Laborde, y el quinteto de vientos Chifladas Tango, entre más. “Más que una serie de conciertos, este es un hecho sociocultural propio de la llanura pampeana. Entendemos que el tango también nació de los payadores que son un símbolo de lucha social, y búsqueda de igualdad… son la voz de quienes `no tienen voz`”, introduce uno de los organizadores, el guitarrista y compositor Juan Martin Scalerandi. “Claro que este año decidimos ir por una propuesta distinta que tiene también sus ventajas virtuales… el alcance de público a nivel mundial. De todas formas, la premisa para mí es siempre la misma: el arte queda y el hecho cultural debe suceder, como sea, porque el arte siempre nos invita a reinventarnos”, suma el otro organizador –también guitarrista-- Pablo Juárez Levar.

Declarado de interés provincial, y bajo padrinazgo de Omar Moreno Palacios, una parte de los conciertos provendrá de videos filmados durante la edición anterior, mientras que la otra se desarrollará en vivo en el Teatro del Municipio de Lomas. “El concepto que une ambos casos es el mismo, porque este es un festival de tango que abarca toda la llanura pampeana con sus matices, la ciudad y el campo, lo más orillero y las nuevas composiciones que quizás toman algo de todo esto”, detalla Juárez Levar, integrante del cuarteto de Horacio Avilano, y conductor del programa radial Criollo y soberano, que se emite por Radio Urbe. “Para realizar la convocatoria –sigue él— se hace hincapié en discos y agrupaciones nuevas o referentes de un estilo, porque esto nos permite pensar en las diversas estéticas de la región”.

“Otra premisa es que no se repitan las propuestas”, agrega Scalerandi, cuya guitarra acompaña a Moreno Palacios, y al bandoneonista Agustín Guerrero, cuyo dúo será otro de los números de la stremeada. “También nos propusimos sostener que las y los artistas tengan un concepto estético cercano tanto al tango como a la música criolla, y que aporten un proyecto propio, original y sólido, ya sea trayendo algo absolutamente original e innovador con obra propia, como la del grupo Chifladas y su disco Desborde, por ejemplo; o bien una propuesta tradicional de calidad, como es el caso de Gabotto o David Tolkar”, asegura el gestor cultural.

--Ambos hablan del tango como música de la llanura. ¿Con qué posiciones estéticas están discutiendo? porque claramente se trata de una postura respecto del género.

Pablo Juárez Levar: --Es importante discutir cómo el tango fue tomando en algunos sentidos el rumbo de los mercados y el turismo más porteño.

Nosotros, como habitantes de la provincia de Buenos Aires y más específicamente del Conurbano Sur, vemos y sentimos una diferencia marcada con esa Buenos Aires más cosmopolita. El tango es sin duda, por raíz, parte de nuestra música criolla. El payador es antecesor del cantor y de la cantora de tango, y la milonga, el punto más común entre el campo y la ciudad. Por eso, la separación entre el tango y los otros ritmos de la región tuvo quizás su núcleo en la ciudad autónoma, y no así en los suburbios. Igual, este festival no intenta discutir con ningún otro espacio, solo busca visibilizar e identificar a los y las artistas que muchas veces nos sentimos ajenos en otros espacios.

Juan Martín Scalerandi: -- Sostener que el tango es parte de la música de la llanura es un acto de justicia cultural ante tanta segregación y colonización interna y externa. Segregación que se ha generado a través de décadas por distintos intereses, a veces comerciales, otras veces estéticos, a través de la cual equivocadamente no se ha considerado al tango como un género folclórico más, sumándole el hecho de dejar de lado todos los géneros musicales criollos de la llanura, que han sido generadores del tango tal cual lo conocemos hoy.

--¿Podrías profundizar en eso que llamás "colonización interna"?

J.M.S: --Sí, llamo así a la acción que ha esmerilado la identificación regional de las distintas naciones culturales del país. Esto se ve claramente cuando nos encontramos de forma frecuente con la idea de que el folklore que identifica esta región es alguna zamba o alguna chacarera, siendo que esas expresiones, si bien pertenecen a parte del folklore, son propias de la música tradicional de otras regiones a las cuales no pertenecemos, y nos parecemos culturalmente bastante poco. Este "malentendido" ha llegado también a distintos estamentos de nuestra organización social, ya que lamentablemente en la mayoría de los conservatorios, universidades, institutos de formación terciaria, o escuelas de arte de la llanura, rara vez se enseña la música de esta región. En síntesis, entendemos a la puesta en valor de nuestra música folklórica regional --incluido el tango, claro-- como una clara declaración de principios que tiene el festival.

--¿Dónde estuvo y por qué ocurrió el quiebre entre llanura y bandoneón, para ustedes?

J.M.S: --Nadie puede dudar que el tango nace como una expresión de la música criolla, a la cual han aportado entre otras vertientes la negritud y la inmigración europea. Pero habría que preguntarse cómo y cuándo es que esos universos comenzaron a percibirse como distantes o ajenos uno de otro. Sin duda que el furor de la década de oro del tango (de 1940 a mediados de 1950) con la orquesta típica como voz cantante y el bandoneón como sonido representativo, ha sido un elemento diferenciador de las primitivas guitarras gardelianas que acunaron al primer tango canción. Pero no hay que creer que tanto la presencia del bandoneón como las sólidas orquestas típicas han dejado al criollismo de lado. De ninguna manera. Así como Troilo decía que su orquesta tenía que sonar "como acompañando a Gardel", o que "el tango venía de la milonga del sur", las orquestas en general han incorporado históricamente repertorio criollo de distintos autores y compositores, manteniendo así ese lazo de ocho tientos que manea al criollismo, y a su hijo predilecto: el tango. A pesar de esto, y como consecuencia de diversos factores, a veces se cree equivocadamente que el tango y el criollismo pertenecen a universos culturales algo distantes. De cierta forma, podemos decir que este Festival de tango y criollismo es un poco volver a estos comienzos ya lejanos históricamente, en los que el tango se percibe claramente como un gajo del gran árbol del criollismo de nuestras llanuras.

P.J.L: --La época dorada del tango, donde las orquestas estaban de moda y el mercado discográfico vigente, podría ser quizás un punto de distanciamiento con el sonido más criollo de las guitarras y el cantor acompañado por ellas. Pero, como decía Juan, basta con escuchar a Salgán o a Troilo para romper con esa teoría, y escuchar la llanura en sus orquestas.