El Rio de la Plata nunca tuvo un robusto actor social que lo defienda, que lo cuide y que lo mime. El principal proveedor de servicios ambientales de la Ciudad de Buenos Aires, perdió la relación con sus habitantes. Múltiples causas y abusos generaron este distanciamiento: la contaminación primero, la clausura de su uso balneario, la dictadura y las privatizaciones. Siempre bajo esa idea de ser el reservorio de los restos derrumbados de la ciudad: la 9 de julio, las autopistas, las tierras del subterráneo, los escombros de la AMIA.

Cada vez la relación fue más difícil, siempre se avanzó sobre él, se lo relleno y se lo sigue haciendo, algo increíble con la bastedad territorial que se extiende detrás de la ciudad. Pareciera que Buenos aires necesita devorar al río y con el su futuro ambiental.

Ante la posible privatización de Costa Salguero y Punta Carrasco, hay un hermoso despertar ciudadano, que además de bienvenido, nos pone en otro lugar para pensar las riberas de la ciudad, para planificarlas realmente y sin tirar parques y plazas al modo que se nos antoje. Necesitamos acordar como vamos a disfrutar de nuestro río, y nuestro horizonte.

Creemos preciso hacer una convocatoria amplia, plural y participativa, que cumpla con la necesidad de proteger ese bien natural y trazar un plan para su recuperación integral. La Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos involucrados en la recuperación de la Cuenca Matanza Riachuelo, junto con otros catorce municipios. Entiendo que el río debería contemplar a todas las jurisdicciones que lo afectan, sobre todo aquellas cuencas que lo siguen contaminando. Esto no implica que la recuperación con la comunidad se detenga, allí están los ejemplos de Vicente López y la recuperada costanera de Ensenada, que cada fin de semana convocan a miles al disfrute.

Por lo tanto, planificación regional y local deberían convivir en un importante plan de recuperación ambiental, que podría ser una piedra basal para repensar la ciudad. Ir por una epopeya ambiental, que nos involucre a todos, a la educación, deportistas, urbanistas, trabajadores, empresarios, ambientalistas y habitantes.

Es preciso acompañar todas las iniciativas de estos días, bicicleteadas, junta de firmas, movilizaciones y sobre todo hacer explotar la audiencia publica del 27 de noviembre en la legislatura de la Ciudad.

Por eso pensamos que el interés de porteñas y porteños por estas tierras, puede ser el inicio de una nueva relación entre la ciudad y el río. Entre el pueblo y su río.

* Director General de Gestión Política y Social de ACUMAR