Si al fútbol hubiera que agregarle otra dimensión maradoniana por la que será recordado con especial devoción, ésa seguramente sería la de su compromiso y su sensibilidad por las las causas populares, virtud que Diego Armando Maradona movilizó siempre con la pasión que lo caracterizaba. Esa boca suya que disparaba lealtades y verdades, ese corazón que nunca dejó aquel origen humilde, y empatizó con ese mundo, el de los invisibles y vulnerados. Un paradigma que motivó amores (y odios, claro) por muchos y muchas que hoy lo despiden a lágrima suelta, aún sin nunca haberlo visto jugar. Un modo de vida que podría resumirse en el nombre de ese programa que condujo junto a Víctor Hugo Morales por la señal Telesur, durante el Mundial de Brasil 2014, y desde donde discurría sobre fútbol y política a su antojo: "De Zurda".

El horizonte de ese ser y hacer maradoniano cruzó fronteras y lo llevó a ser internacionalista, acompañando causas fuera de los límites del territorio cuya camiseta defendió. Y, en nuestro país, justamente, esa mirada lo llevó a acompañar la causa de los organismos de derehos humanos, a estar cerca de las Madres y de las Abuelas de Plaza de Mayo.

Diego con Hebe de Bonafini.

"Es una noticia inesperada, tristísima. Me causa un enorme dolor por la pérdida de una persona tan querida e importante para nuestro país, un muchacho muy bueno, que nos dio su gran arte en el fútbol, pero también su gran corazón, con muchos gestos de solidaridad y comprensión, y salidas claras y verdaderas, le gustase a quien le gustase", dice del otro lado del teléfono Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, en este doloroso miércoles.

Estela, a quien Diego saludó hace algo más de un mes, para su cumpleaños número 90, recuerda dos momentos de su vida en los que estuvo junto a Maradona. Uno, en Cuba, que cobijó a Maradona hace dos décadas, para realizarse un tratamiento de desintoxicación. El otro, más recordado popularmente, hace diez años: en Pretoria, Sudáfrica, cuando el Diez era el entrenador de la Selección Argentina durante aquel Mundial.

Las dos veces, Estela se le presentó de la misma manera. "Hola, Diego, acá una abuela de Plaza de Mayo te saluda", fueron las palabras una y otra vez, ante lo cual recuerda un caluroso abrazo de Maradona y una amorosa respuesta. De la segunda vez, el cariño entre ambos quedó para la posteridad y fue imborrable para el propio futbolista, quien se lo recordó en su último cumpleaños: "Siempre voy a llevar este abrazo en mi corazón. Sos ejemplo de lucha y orgullo argentino". Estela agrega algo más de aquella postal histórica. "Ese día nos abrazamos, nos dijimos cosas lindas. Y después hablamos con la prensa, y él arengó a los periodistas, les dijo que aquellos que no ayudaban a estas señoras luchadoras eran unos... Bueno, usó la palabra con b larga", recuerda con cariño el emblema de Abuelas.

¿Qué significaba, para una Abuela, que Maradona, aquel barrilete cósmico conocido en todo el mundo, estuviera cerca de ellas y de su lucha? "Significaba mucho, porque era la forma de esta persona tan importante, reconocida y especial de demostrarnos su cariño -recuerda Estela junto a Página/12-. Y era algo que ayudaba mucho a luchar y a fortalecernos, a nosotras que tenemos este dolor tan grande hace 43 años, en nuestra búsqueda de toda una vida. Él nos entendía y ésa era su manera de expresar su cariño hacia nosotras".

Esa ligazón lo une también a las Madres. Y su llegada a Gimnasia, el año pasado, regaló encuentros con dos de sus principales referentes. Para Taty Almeida, quien todavía lamenta con bronca que los cuidados por la pandemia no le permitirán ni pisar la Casa Rosada para su velatorio, la llegada de Maradona al Lobo significó conocerlo personalmente por primera vez. "Tuve la dicha de conocerlo. Ese día le regalé el libro de poesías de Alejandro y se conmovió mucho", celebra Taty, en diálogo con este diario, sobre el encuentro en el que le regaló aquellas escrituras de su hijo desaparecido. "Muchas gracias por todo lo que hacés por los derechos humanos. Te llevo en el corazón", le dijo aquel día el eterno 10 de la Selección Argentina.

Diego junto a Taty Almeida.

La referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora no escatima cariño en su despedida a Maradona: "Gracias Diego, porque siempre estuviste a nuestro lado, al lado también de las Abuelas de Plaza de Mayo. Nunca te olvidaste de tu origen, cerca de los más necesitados. Por eso gritamos: ¡DIEGO MARADONA! ¡PRESENTE! ¡AHORA Y SIEMPRE!".

Desde su llegada a Gimnasia y Esgrima La Plata, el ídolo revolucionó la ciudad de las diagonales. Y de la mano de su motivación, logró sacarle una sonrisa a cada hincha del equipo platense, que además -con los cambios tras el parate por la pandemia- hasta esquivó la sufrida recta final para evitar el descenso. Hebe de Bonafini fue una más en ese grupo de fieles seguidores que se sumaron a las peregrinaciones domingueras para alentar al Gimnasia de Maradona. Y es posible recordarla en el estadio Juan Carmelo Zerillo, junto a él, en la previa de un clásico con Estudiantes jugado el año pasado.

"Diego, uno de los que más alegría le dio al pueblo argentino", lo definió aquel día la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Una foto los retrata a los dos: en un sector bajo de la platea del Bosque, al que había bajado el DT para agradecerle su apoyo a una hincha especial y para regalarle una camiseta, firmada por él.

Este miércoles triste, el dolor dejó sin palabras a la verborrágica Hebe. "Es tan triste esta vez, que no podemos hablar", fue el emotivo y simbólico mensaje emitido desde las redes de las Madres. Junto a las palabras, una imagen que puede más que ellas: el conmovido rostro de Maradona, sonriente y con la mirada embelesada, mientras abraza a la titular de la Asociación.

Así como se extrañará su fútbol, se extrañarán estos abrazos. Y, sin embargo, Estela de Carlotto dice que nunca se irá y, ante este duro adiós, pide su deseo: "Se lo va a extrañar. Dicen que se mueren, pero en realidad nunca se van. Son personas que nos conmueven y que, por eso, no se olvidan. Maradona era una persona que no tenía dobleces: lo que decía era su verdad, y en general era la verdad de todos, sólo que a veces no gustaba... Creo que cada uno lo llevará un poquito en el corazón. Vendrán muchos muy buenos, pero Maradona es Maradona: Diego habrá uno solo. Y las abuelas lo queremos mucho, porque hizo mucho por nosotras, nos habló y nos respetó. Tanto que quisiera que se concretara un deseo: que, ojalá, en esta despedida, algún nieto pueda depositarle sobre el féretro un pañuelo de las Abuelas".