En Córdoba, los incendios forestales arrasaron con 190 mil hectáreas de bosques nativos, con su fauna y flora silvestre, en lo que va del 2020. Estos incendios llevan a una pérdida y/o degradación de espacios naturales, muchas veces irrecuperables, disminuyendo así la biodiversidad y dañando además gravemente el suelo y el sistema hídrico natural.

Conscientes de esto, desde la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad Nacional de Córdoba (FCEFYN), un grupo de especialistas trabajó en un informe para el día después del fuego, llamado: ¿Qué pasará cuando se apaguen los incendios? En el documento se analiza el impacto que estos desastres ecológicos tienen en el ecosistema de la provincia y los distintos abordajes para la recuperación.

Marcela Cioccale, secretaria de Investigación y posgrado de la FCEFYN destacó, en diálogo con este Suplemento, el rol de la universidad pública como “difusor y elemento para concientizar a la sociedad” y destacó que desde esa Facultad decidieron "organizar un trabajo de divulgación para que la gente tome conciencia no solamente en el momento del fuego sino en las consecuencias”.

- ¿Cómo nace el proyecto y cuáles son sus alcances?

- Nosotros veíamos que los trabajos publicados en revistas científicas tienen gran impacto académico, pero la llegada a la población cuesta más, así que pensamos centrarnos no en el fuego que pasó sino en qué podemos decir sobre el después para que la población tome conciencia de esta problemática. Y así surgió la idea de hacer una publicación basada en entrevistas a los propios investigadores con un lenguaje claro, pero con la información científica necesaria, y a la vez con fuerte impacto para la difusión.

Había que adelantarnos a un problema muy grande que son los suelos quemados, las lluvias que desatan crecidas, todas estas consecuencias son en las que nos queríamos centrar y lo importante era cómo se lo vamos a decir a la población.

- ¿Cómo hicieron para que sea simple de entender y que tenga toda la información científica a la vez?

- Fue de las cosas más difíciles. La idea siempre fue llegar a la población con información científica y con un vocabulario que lo puedan entender. Para eso había que atacar por dos frentes: el lenguaje simple y directo le da a la población información necesaria, principalmente en lo referido a la prevención y concientización, y a la vez hay papers con material científico para el que quiere profundizar.

De esa forma se puede llegar a un espectro de la población mayor, y creo que los resultados fueron muy favorables. tanto que pensamos expandirnos en diferentes plataformas.

- ¿Habla de medidas de prevención porque no cree que se trata de incendios intencionales con fines económicos?

- Los incendios son cuestiones complejas, donde hay un escenario de fuego, condiciones de humedad, temperatura, combustible y condiciones culturales, de cultivo, de manejo de la tierra. Uno es el que va a poner el fósforo o el que se le escapó, porque hizo un fuego, etcétera. En todo ese abanico de posibilidades está la mala intención y está la negligencia. Hay varias condiciones. No es un tema simple.

Es muy fácil decir “es intencional” o “no es intencional”. Es una simplificación del problema. Los incendios en Córdoba se vienen repitiendo durante décadas en la misma época. Evidentemente, hay condiciones naturales, y a partir de ahí nace un abanico enorme de posibilidades de cómo comienzan.

- ¿Cómo se abordan las acciones del después del fuego desde la Facultad?

- Se necesitan múltiples miradas, como la prevención, el ataque al fuego, las consecuencias y la restauración, así que en ese sentido, estos equipos son muy importantes.

Hay un grupo que trabaja con suelos. El efecto del fuego y las consecuencias en su estructura, que lleva a entender mejor cómo se va a erosionar o cómo se va a perder ese suelo en las sierras.

Otros grupos trabajan en la parte de conservación y restauración de esos paisajes. Otro estudia la parte preventiva a través de sensores remotos y la posibilidad de tener escenarios de fuegos, para poder prevenir, todo eso unido a grupos que estudian la vegetación propia de la sierra y el impacto del fuego en la ganadería y las múltiples actividades.

- ¿Particularmente qué medidas se deben tomar?

- Varias porque cada zona tiene su particularidad y su uso. La propia naturaleza se va a tratar de acomodar. El bosque tiene su banco de semillas que queda en el suelo y se puede recuperar. Esto hay que combinarlo con no poner en el mismo lote ganado, por ejemplo, para dejar que se recupere. Y hacer tareas de forestación y sembrado, que los técnicos implementan en cada área, de acuerdo a las características de cada terreno.

También se está trabajando en el después con las inundaciones. Cuencas que ahora están completamente descubiertas y llega una lluvia que lleva cenizas a los ríos y eso dificulta la toma del agua potable en algunas ciudades.

- ¿Qué consejo le daría a la población en materia de prevención?

- En general no se le pide más que los mismos cuidados que tienen en su casa. Nadie dejaría un fósforo prendido en su hogar, y menos cerca de un lugar combustible. Cuidar el lugar como si fuera su lugar es un primer paso enorme.