EL CADÁVER INSEPULTO 6 puntos

Argentina, 2020

Dirección y guion: Alejandro Cohen Arazi.

Duración: 84 minutos.

Intérpretes: Demián Salomón, Héctor Alba, Fernando Miasnik, Carolina Marcovsky, Mirta Busnelli.

Estreno disponible en CineAr Play.


“La historia se me ocurrió hace muchos años y siempre le encontré atractivo a la imagen de un muerto al que nadie en su entorno quiere enterrar y los conflictos que esto conlleva”, afirma el realizador Alejandro Cohen Arazi en la gacetilla de prensa de su primer largometraje de ficción. Pero para llegar a esa instancia, a la certeza de que el cuerpo en cuestión permanece entre los vivos, como si nada hubiese ocurrido, El cadáver insepulto debe atravesar una breve introducción. Maximiliano (Demián Salomón), psiquiatra de profesión y novel escritor, termina de dar una entrevista radial cuando recibe un llamado inesperado; su “padre” ha muerto y uno de sus “hermanos” cumple en dar la mala noticia. Las comillas son necesarias: huérfano, el protagonista fue criado, junto a otros niños, por un poderoso hombre de campo, dueño de un matadero, en un pueblo bonaerense alejado de la gran ciudad. ¿Volver o no volver al terruño? Es claro que Maximiliano duda, y mucho, aunque una promesa que podría mejorar su situación financiera les pone punto final a las vacilaciones.

La película de Cohen Arazi comienza de la peor manera posible, navegando por varios lugares comunes del cine de terror, anticipando escasas novedades. Pero a poco de llegar a destino la cosa cambia y El cadáver insepulto va construyéndose como una particular apropiación campera del folk horror: aunque aquí no haya hombres de mimbre ni celebraciones para festejar tal o cual solsticio, las reglas y etiquetas usuales ligadas a la vida y la muerte no parecen cumplirse en lo más mínimo. Comenzando por el hecho de que uno de los hermanos de Maximiliano, heredero de la finca y los negocios, se resiste a enterrar al pater familias, quien permanece sentado frente a una mesa llena de alimentos, tal y cómo falleció. A partir de ese momento, más allá de los flashbacks que remiten a una infancia plagada de traumas, la historia describe una extraña y sangrienta configuración patriarcal, donde una salida de caza o el típico asado dominguero al aire libre se transforman en metáforas de costumbres mucho menos civilizadas.

Hay una subtrama romántica que se revela esencial, un misterio oculto en el bosque y una excéntrica mujer que tiene un rol importantísimo durante el desenlace (Mirta Busnelli en plan autoconscientemente desbordado), al tiempo que las piezas se mueven en el tablero hacia la posición final, como si se tratara de una partida de ajedrez en la cual el jaque mate estuviera estipulado de antemano, como un sino irremediable. Sin llegar a brillar, El cadáver insepulto es un rendidor relato de horrores realistas en el cual la tradición, la familia y la propiedad son los polos de irradiación de las prácticas más aberrantes.