Luego de más de seis meses de debate entre representantes de distintos sectores, organizaciones y partidos políticos, junto con expertos de la Seguridad Social, la Comisión Mixta Bicameral aprobó la fórmula de movilidad que viene a reemplazar la que impuso Cambiemos en 2017. 

La fórmula presentada comparte la esencia con aquella que se aplicó entre 2009 y 2017 (Ley 26.417) y permitió que las jubilaciones se incrementaran casi 26 puntos por encima de la inflación.

El presidente Alberto Fernández decidió modificar el proyecto de ley de Movilidad Jubilatoria para que la actualización de los haberes jubilatorios sea trimestral en vez de semestral -como planteaba el proyecto original- por lo tanto habrá cuatro incrementos al año. Además, por pedido del bloque de Frente de Todos, el aumento del 5 por ciento no será a cuenta del que se otorgará en marzo de 2021.

Es una modificación que tiene el objetivo de mejorar los ingresos de los jubilados y jubiladas.

A diferencia de la fórmula de 2008 que actualizaba semestralmente, la nueva propuesta calcula aumentos trimestrales en marzo, junio, septiembre y diciembre. Los primeros tres aumentos del año se determinan por una ecuación que pondera en partes iguales a la variación salarial, optando por la mayor variación entre dos índices, el RIPTE (Ministerio de Trabajo) y el Índice de Salarios (Indec) y la otra mitad del aumento depende de la variación de la recaudación tributaria de la Anses.

 

Para calcular el aumento de diciembre, la fórmula se abre en dos ecuaciones. La primera es análoga al cálculo de marzo, junio y septiembre. La segunda está dada por la variación interanual de los recursos totales de ANSES multiplicada por 1,03, la cual se aplica como tope anual. 

A pesar de que la experiencia avala la capacidad de estas variables para mejorar las jubilaciones en términos reales, rápidamente algunos analistas expresaron sus críticas a la fórmula de movilidad propuesta. 

En lo que sigue, se propone explicar los fundamentos de la fórmula de movilidad propuesta, su funcionamiento y su vínculo con las diferentes variables macroeconómicas.

¿Por qué no es conveniente incluir la inflación?

Cualquier fórmula cuya variable de mayor ponderación sea la inflación, en el largo plazo, sólo puede aspirar a mantener estable el poder adquisitivo de los haberes. Sin embargo, el empalme entre la Ley 26.417, que actualizaba los haberes semestralmente, y la que impulsó Cambiemos, que ajustaba trimestralmente, se hizo omitiendo el aumento correspondiente a diciembre de 2017. Esto consolidó una pérdida de los haberes jubilatorios de casi 7 puntos que nunca se recuperarían con una fórmula atada a la inflación. Así se ejecutó un verdadero plan de ajuste hacia las y los jubilados, tal como lo sugirió el FMI en un informe de 2016.

En la práctica, la fórmula de 2017 ni siquiera pudo mantener estable el valor real de los haberes: entre 2018 y 2019 las jubilaciones perdieron casi 20 puntos, principalmente, debido a que las políticas tomadas durante los últimos años derivaron en un proceso de aceleración inflacionaria y caída del salario real. 

Debido al rezago de tres trimestres con el que la fórmula tomaba los datos, las jubilaciones comenzaron a perder sistemáticamente poder de compra, ya que se actualizaban en función de una inflación pasada que era más baja que la corriente y en base a un salario real que se deterioraba

El plan de ajuste sobre las jubilaciones finalizó en diciembre de 2019, con haberes mínimos en niveles similares a 2010/2011.

Incluir a la recaudación para recuperar los haberes

El compromiso político del gobierno de Alberto Fernández de recomponer los ingresos de los jubilados y las jubiladas, cuidando la sustentabilidad del sistema, se ve reflejado en esta nueva fórmula de movilidad: existe evidencia empírica de que incluir la recaudación tributaria permite que los jubilados y las jubiladas se beneficien del crecimiento económico. 

Entre 2009 y 2017, período en el que aplicó la Ley 26.417, los haberes le ganaron a la inflación en seis de esos nueve años y acumularon una mejora de su poder adquisitivo del 25,8 por ciento. En contraposición, si hubiese aplicado la fórmula de Cambiemos, atada a la inflación, los haberes hubieran perdido un 1 por ciento de su capacidad de compra en el mismo período. Es decir que hoy habría jubilaciones sensiblemente más bajas.

Además, al considerar la recaudación tributaria de la Anses, compuesta en más de 60 por ciento por el Impuesto a Débitos y Créditos y en casi 30 por ciento por el IVA, la fórmula incorpora implícitamente el efecto de la inflación. Cuando se acelera la inflación aumenta la nominalidad de los ingresos tributarios.

El contexto del que se parte permite proyectar que los años venideros la nueva fórmula de movilidad otorgará incrementos superiores a la inflación. Los niveles de actividad se desplomaron por la pandemia y, junto con ello, la recaudación y el mercado laboral durante el primer semestre del año. En este sentido, el rebote en la recaudación y la mejora en el nivel de empleo y salarios que espera casi todos los analistas económicos podrá ser canalizado por los jubilados y jubiladas.

¿Cuales son las diferencias con la Ley 26.417 (fórmula de 2008)?

1. Aumentos trimestrales

La principal diferencia de la nueva fórmula respecto a la Ley 26.417 es su periodicidad. Mientras que la fórmula del 2008 actualizaba los haberes dos veces por año, en marzo y en septiembre, la fórmula presentada otorga cuatro aumentos en el año. Esta mayor frecuencia en las actualizaciones mejora sustancialmente la fórmula, ya que reduce el período entre aumentos y, por lo tanto, acorta los momentos de caída real de los haberes. Esta mayor asiduidad para otorgar aumentos brinda mayor estabilidad al poder adquisitivo de los haberes.

2. Un tope con menor rezago. 

El objetivo de la nueva fórmula es mejorar los ingresos de los jubilados, jubiladas y titulares de asignaciones familiares y universales de manera sostenida sin comprometer las finanzas del sistema previsional. Para ello fue pensado el tope de diciembre que funciona como límite para el aumento acumulado del año.

La novedad en el cálculo de este tope es que la nueva fórmula toma datos más próximos en el tiempo, acercándose un semestre respecto a cómo los tomaba la fórmula de 2008. Esto garantiza mayor sustentabilidad, dado que el tope refleja más fehacientemente la realidad financiera de la Anses.

De todas formas, es importante aclarar que este tope, al estar compuesto justamente por la recaudación total de la Anses, incluye tanto los ingresos por Aportes y Contribuciones, así como también los Ingresos Tributarios. Esto no constituye un obstáculo para que los jubilados y las jubiladas se beneficien del crecimiento económico. 

Este tope impide que la inversión de la Anses aumente muy por encima de sus ingresos, ya que estipula que los gastos pueden desviarse de los recursos hasta un 3 por ciento. Es decir que es un tope que posee cierta flexibilidad.

Por último, este tope, que lleva implícitas las variables de la propia fórmula, es similar al que funcionó en la fórmula de 2008 y no impidió que los haberes crecieran un 25,8 por ciento en términos reales: de los nueve años en que aplicó dicha fórmula, el tope sólo operó en tres oportunidades, de las cuales, en dos los haberes superaron a la inflación de todas formas.

3. Legislación constante. 

Para evitar que futuros cambios en la política tributaria afecten los aumentos, se incorporará una cláusula de legislación constante, lo que implica menor discrecionalidad y evita efectos indeseados de futuras modificaciones tributarias.

Perspectivas

En el marco de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva el Gobierno suspendió la fórmula de movilidad y se comprometió a otorgar aumentos trimestrales por decreto durante el 2020.

Con el fin de reparar el deterioro en los ingresos previsionales derivados del mal desempeño macroeconómico de los últimos años, el primer aumento del año se focalizó en aquellos que percibían haberes más bajos. Con el último aumento anunciado para diciembre, las jubilaciones mínimas se incrementarán un 35,3 por ciento en el año, superando levemente a la inflación estimada, en un 2020 atípico con una crisis económica y sanitaria que socavó ingresos en todos los países del mundo.

Se otorgaron además tres bonos que incrementaron temporalmente los haberes mínimos, garantizando que los jubilados y las jubiladas de la mínima hayan recibido, entre diciembre de 2019 y diciembre 2020, casi 7300 pesos más de lo que hubiesen recibido con la fórmula suspendida de forma acumulada. Respecto a la evolución de los precios, quienes perciben la jubilación mínima habrán recibido en ese mismo período 16.092 pesos por encima de la inflación.

 

Este esfuerzo realizado por el Estado Nacional para proteger los ingresos de los que menos tienen se solapa ahora con el impulso de una nueva fórmula de movilidad pensada y probada para mejorar sostenidamente el poder adquisitivo de los jubilados y las jubiladas, y paralelamente cuidar la sustentabilidad del sistema previsional.

Según proyecciones, con la fórmula de movilidad más de 16 millones de personas entre jubilados/as, pensionados/as y titulares de asignaciones familiares y universales, verán incrementar sus ingresos por encima de la inflación los años venideros y sin que eso dañe las finanzas públicas de la Anses

La nueva fórmula de movilidad constituye un paso importante para recuperar el poder adquisitivo de todos/as los/as beneficiarios/as de la seguridad social.

* Secretario general de la Anses.