Con nafta. En rojo. Así pintaron militantes y estudiantes en un muro de la Facultad de Filosofía y Letras de Rosario, en 1973, el nombre de Constantino Razzetti, el dirigente peronista asesinado en un delito de lesa humanidad por autores aún anónimos en lo que se supone (entre otras hipótesis) que habría sido una de las acciones criminales de la Alianza Anticomunista Argentina (AAA, o "la Triple A"), gestada en el Ministerio de Bienestar Social de la Nación y cuyo principal referente fue el entonces ministro José López Rega. En aquel momento ninguna organización se atribuyó el crimen, cuya causa fue reabierta hace ya una década y media. "Facultad C. Razzetti", dice la pintada que no cesa de emerger en su mudo clamor por memoria, verdad y justicia, venciendo el desgaste de las manos de pintura con que la dictadura quiso silenciarla cuando ya la institución llevaba su nombre actual: Facultad de Humanidades y Artes de la UNR.

"Es una intervención realizada en una asamblea que ha perdurado mucho tiempo", dice uno de sus egresados más notables: su actual decano, Alejandro Vila. "Cuando ingresé a la Facultad no se veía prácticamente. Luego, el impacto del tiempo hizo que comenzara a brotar y distintas organizaciones estudiantiles han ido generando estrategias para recuperarlo y hacerlo visible. Es un mural de reconocimiento a la trayectoria de Razzetti, pintado al calor de la lucha de los años 70". 

La Municipalidad de Rosario acaba de incorporar éste y otro mural de la misma alta casa de estudios al Mapa de Marcas de Memoria de Rosario, una herramienta digital que señala y geolocaliza en el plano de la ciudad las huellas dejadas por las luchas por los derechos humanos y la memoria, en las que han intervenido distintos actores, colectivos, organismos e instituciones de la ciudad. Realizado por la Dirección General de Derechos Humanos y Memoria, perteneciente a la Secretaría de Género y Derechos Humanos, recupera y visibiliza marcas de la historia política, social y cultural de Rosario: memoriales, espacios públicos, hitos históricos, sitios de memoria, intervenciones artísticas y acciones colectivas.

"Facultad C. Razzetti"

Farmacéutico y bioquímico egresado de la Universidad Nacional del Litoral, oriundo de una localidad de la provincia de Córdoba donde había nacido el 1º de junio de 1915, Constantino Razzetti era peronista de la primera hora, y en 1959 cayó preso por integrar la resistencia contra el golpe de Estado que depuso al presidente Perón en 1955. "Lo cesantearon en todos los cargos públicos que había ganado por concurso", denuncia Roberto Baschetti en su página Militantes del Peronismo Revolucionario uno por uno

Luego de ser liberado a principios de los ’60, Razzetti fue uno de los cofundadores de San Cristóbal Seguros, del Instituto Antirrábico de Rosario y de la Escuela Luis Braille. En una nota publicada con motivo del otorgamiento a Constantino Razzetti de la distinción de Ciudadano Ilustre de Rosario en forma post-mórtem (reconocimiento otorgado el 16 de octubre de 2003), Osvaldo Aguirre narra la novela policial política llena de (en todo sentido) cabos sueltos en que se había empantanado la investigación del asesinato del dirigente. Esto fue dos años antes de que su hijo Carlos se pusiera al hombro en 2005 el rol de querellante en la causa, que recién quedó abierta con efectos penales plenos en 2007, como consta en una nota publicada en Rosario/12 ese año por Alicia Simeoni.  

"Tengamos cuidado. Así como hay un pueblo que ha luchado, hay también traidores y burócratas sindicales que han especulado y continúan especulando ahora, que han entregado muchas veces a sus compañeros. Por eso debemos tener los dos ojos vigilantes: uno atento y puesto en la tarea de la reconstrucción nacional; el otro, vigilando y mirando a nuestro lado para que nos avise dónde está la traición", declamó Razzetti cuando le tocó su turno en la lista de oradores en la cena del 13 de octubre, organizada por dos unidades básicas en el club Sarratea, del barrio Casiano Casas, para celebrar el retorno de Juan D. Perón a la presidencia del país. Su discurso fue uno de los más aplaudidos, pero hubo unas caras largas muy sospechosas. "A los 58 años, Razzetti acababa de ser nombrado vicepresidente del Banco Municipal de Rosario y era uno de los dirigentes más respetados del peronismo", escribió Aguirre. Pero el ojo vigilante no alcanzó a ver a tiempo al enemigo que lo asesinaba por la espalda la misma noche, en la oscuridad de la madrugada del 14 de octubre, con su mujer Nélida Gitrón como testigo, en plena vía pública y a la entrada de su casa en calle San Lorenzo al 2700: intimidante y cobarde modus operandi que pronto se multiplicaría en una carnicería de matanzas. 

Enseguida, la Juventud Peronista difundió sus últimas palabras. Recuerda Baschetti: "Inmediatamente de conocido el incalificable atentado que terminó con su vida, los funcionarios de la Facultad de Medicina decidieron imponer el nombre de 'Constantino Razzetti' al Aula Magna y lo mismo ocurrió en la Escuela de Psicología y Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía de Rosario. Una multitud se congregó para despedir sus restos. Predominaban los sectores juveniles con cartelones y pancartas de las diversas agrupaciones que abrevaban en la Tendencia Revolucionaria del Peronismo. Los tres hijos del dirigente asesinado portaban el féretro ayudados por otros miembros de organizaciones peronistas. Alrededor de seis oradores hicieron uso de la palabra". 

Según Santiago Montes, responsable de la Dirección de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural de dicha Facultad, el mural “fue pintado con nafta, por lo que luego de haber sido tapado por el gobierno de facto volvió a emerger a la superficie y durante décadas fue recuperado artesanalmente por agrupaciones políticas, que en reconocimiento a su historia y significado, fueron repintándolo y generando estrategias de visibilización”. El Consejo Directivo de la Facultad lo declaró patrimonio histórico y promete restaurarlo.

"Los romanos hacen un desierto y lo llaman paz"

El otro mural que integra el Mapa de Marcas de Memoria se hallaba en la fachada de la misma Facultad por Entre Ríos al 700. También fue declarado patrimonio histórico por el Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR, prometiendo una nueva recuperación. La cita de Tácito, “Los romanos hacen un desierto y lo llaman paz”, fue obra de docentes que renunciaron en repudio al golpe de Estado de Onganía y a la intervención de las Universidades Nacionales en 1966. Según Mariano Balla, secretario del Consejo Directivo, la frase integraba la nota con la que los docentes de la Facultad presentaron sus renuncias entonces. Tras el retorno de la democracia en diciembre de 1983, este emblema fue recuperado por la oleada militante y acaso fuera resignificado por estudiantes aún más jóvenes como crítica contra la dictadura de 1976. “Muchísimas personas recuerdan esa pintada y creemos que hay que restituirla", dijo el decano Vila. 

Para reponer autorías aún no consignadas sobre los contenidos del Mapa de Marcas de Memoria, preguntas u otras sugerencias, escribir a: [email protected]. Link al Mapa: https://www.rosario.gob.ar/web/ciudad/distritos/participacion-ciudadana/derechos-humanos-y-memoria