Estos días son lo mejor que nos ha pasado. Hace menos de un año que comenzó la pandemia y ya hay países que comenzaron a vacunar. Es notable y a la vez genera alivio ver cómo las naciones van aprobando las vacunas para comenzar con la logística de inyectar a su gente”, dice Ernesto Resnik, biólogo molecular y biotecnólogo argentino que reside en Estados Unidos. Y después continúa su explicación con énfasis en un punto a destacar: “Hay cierta demora, la producción terminó siendo un poco más problemática de lo que se esperaba. Si bien los laboratorios comenzaron a escalarla mucho antes de que recibieran la aprobación, viene un poco retrasado el asunto. De cualquier manera, nada opaca el hecho de que a mitad de 2021 buena parte de la población mundial esté inmunizada, es fantástico”, sostiene.

Los procesos de vacunación masiva ya se iniciaron en algunos países y las primeras alarmas comenzaron a levantarse. Que la rusa impide consumir alcohol y se vienen las fiestas, que la de Pfizer y BioNTech genera reacciones adversas en las personas alérgicas... Al tiempo que los especialistas se esfuerzan en dar explicaciones, los gobiernos procuran calibrar la logística para que lleguen a una mayor cantidad de ciudadanos. La ventaja con que cuenta un país como Argentina es que durante estos días --mientras aguarda por las primeras 600 mil dosis de Sputnik V-- podrá evaluar qué aciertos y errores no deberá repetir si es que se busca que la inoculación a gran escala contribuya, pronto, a frenar la pandemia. A continuación, un repaso por las experiencias de Reino Unido y Rusia, territorios donde todo comenzó la semana pasada, y por Estados Unidos, donde todo comenzará a partir del lunes.

Reino Unido

La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de Reino Unido (MHRA, por sus siglas en inglés) autorizó el 3 de diciembre la variante Pfizer/BioNTech para covid-19. De esta manera, Reino Unido se convirtió en el primer país del mundo en aprobar la vacuna. En Inglaterra, son 50 los centros de salud seleccionados para comenzar con la vacunación, que en paralelo también se inició en hospitales de Escocia, Gales e Irlanda. Desde el gobierno británico han ordenado 40 millones de dosis (que servirán para inocular a 20 millones de ciudadanos), se prevé que arriben 4 millones antes de que culmine 2020 y en el presente, las primeras 800 mil están siendo distribuidas a adultos mayores y personal sanitario. La logística se presenta, en este sentido, como el mayor de los desafíos porque cada minuto perdido vale vidas. En total, el país ya superó los 63 mil fallecimientos y se aproxima a los 2 millones de contagios.

Uno de los temas más recurrentes de esta primera semana fue el de las reacciones adversas que la sustancia activa generó en aquellas personas con un historial severo de alergias. Dos trabajadores que pertenecen al Servicio Nacional de Salud afrontaron reacciones (un cuadro anafilactoide) y, a partir de allí, comenzó a recomendarse no inocular esta vacuna de ARN a individuos con estas características. De alguna manera, ya preveían que una situación del estilo pudiera desencadenarse porque llevaban consigo autoinyectores de adrenalina y estaban listos para tratarse de inmediato. No obstante, vale enfatizar que el episodio no pone en dudas la seguridad ni la eficacia de la vacuna. Lo que sucedió, según indicaron los especialistas, suele ocurrir con otras vacunas.

La MHRA tuvo la virtud de dar el puntapié para que se inicie el proceso de vacunación global más ambicioso de la historia. Detrás de la agencia británica ya se encolumnaron otros organismos reguladores de diferentes gobiernos que se animaron a avanzar con aprobaciones. A la fecha ya se sumaron con las autorizaciones para empezar a distribuir la vacuna en países como Estados Unidos, Bahrein, Marruecos, Arabia Saudita y México.

Rusia

Al advertir que Reino Unido se adelantaba un paso al aprobar el uso de la variante de Pfizer y BioNTech, el gobierno de Vladimir Putin ordenó el inicio de la inoculación masiva de sus habitantes al día siguiente, el sábado 5 de diciembre. Con ello, el gigante euroasiático se convirtió en la primera nación en inyectar la sustancia activa de Sputnik V en sus ciudadanos. Tras una semana de trabajo contra reloj, el proceso avanza a paso firme y, por caso, ya se han vacunado más de 10 mil militares y el objetivo es alcanzar los 100 mil antes de fin de 2020. No obstante, la covid no cede, con un promedio de 28 mil nuevos contagios y más de 600 muertes a diario. Con estas nuevas cifras, Rusia se destaca con un acumulado que supera los dos millones y medio de infectados y los 46 mil decesos.

Rusia estuvo en el ojo de una nueva fake news, al difundirse “un dato desconocido” sobre su vacuna. Diarios y portales alrededor del mundo replicaban de manera descontextualizada los dichos de la viceministra rusa, Tatiana Golíkova, sobre la necesidad de “reducir la ingesta de medicamentos y alcohol que podrían inhibir el sistema inmunológico dentro de los primeros 42 días”, tras haberse aplicado la primera dosis. Frente a ello, investigadores del Conicet salieron al cruce y plantearon que no existe evidencia científica suficiente para afirmar que la ingesta del alcohol pueda inhibir la eficacia de la droga para generar las defensas necesarias ante una futura infección por covid-19 y que, en efecto, no sería contraproducente. Dos días más tarde, ante el revuelo generado, fue Alexander Ginzburg, director del Centro Gamaleya, quien cerró el debate: "Por supuesto, no estamos hablando de una prohibición total del alcohol durante la vacunación. Solo estamos hablando de una limitación razonable de consumo hasta que el cuerpo haya formado su respuesta inmune a la infección de coronavirus".

Mientras tanto, las negociaciones no se detienen. Alberto Fernández informó que, tras el contrato con el Fondo Soberano de la Federación Rusa, 600 mil dosis llegarían antes de fin de año y a partir de 2021, arribarán las dosis suficientes para vacunar entre enero y febrero a 10 millones de argentinos. Al mismo tiempo, el Centro Gamaleya, a cargo de su producción y de los ensayos clínicos, le ofreció al Laboratorio AstraZeneca, que trabaja en colaboración con la Universidad de Oxford, combinar sus preparados a fin de que la candidata de las instituciones británicas (que también servirá para inocular a los argentinos a partir de marzo) pueda mejorar su eficacia. Vale destacar que había alcanzado una eficacia media del 70%, promedio que se extraía entre dos líneas de investigación distintas. Mientras que la variante rusa había conquistado nada menos que el 95%.

Las noticias sobre la eficacia de las candidatas siguen siendo buenas. Con cifras por encima del 90% brindan la posibilidad de erradicar la enfermedad en pocos años. Aún la más problemática de todas, como fue la de AstraZeneca, alcanzó un excelente porcentaje y presenta resultados mejores que los que tienen otras que funcionan y están incluidas en los calendarios, como la de la gripe”, apunta Resnik. Y remata: “Es curioso lo que sucedió con la de AstraZeneca porque era a la que más fichas le colocábamos y el laboratorio que mejor venía haciendo las cosas”.

Estados Unidos

“Si hace unos meses nos decían que la vacunación aquí en Estados Unidos iba a comenzar en diciembre y para mediados de 2021 buena parte de su población estaría vacunada, nos sonaba a una locura. Es absolutamente fantástico lo que sucede. El alivio es grande”, admite Resnik. La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), ya aprobó el uso de emergencia de la vacuna desarrollada por las farmacéuticas Pfizer (EE.UU.) y BioNTech (Alemania) y, según prevén, recibirán 2,9 millones de dosis que buscarán comenzar a aplicar entre lunes y martes. La buena noticia emerge en medio de una tensión creciente, pues los contagios y el número de muertos alcanzan cifras alarmantes. De acuerdo a los datos consignados por la Universidad Johns Hopkins, referencia estadística durante toda la pandemia, es la nación más afectada por el patógeno, con casi 16 millones de casos y más de 295 mil fallecimientos. Bajo esta premisa, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, advirtió al director de la FDA, Stephen Hahn, que “podía preparar su dimisión si no tramitaba la autorización de la vacuna de inmediato”.

Los primeros en recibir la droga serán el personal sanitario y los adultos mayores residentes en geriátricos, que constituyen los grupos de máxima prioridad. Por otra parte, atentos a lo sucedido en Reino Unido, recomiendan no administrar la vacuna a aquellos individuos con un historial clínico con alergias graves. En paralelo, EE.UU. enfrenta una oleada de contagios que no se detiene. Con la economía en estado crítico, algunos estados, como Nueva York, retoman restricciones de meses pasados con el propósito de apagar nuevos focos. Según lo advirtió su gobernador, Andrew Cuomo, tomarán medidas como cerrar los comedores interiores de la ciudad, al tiempo que mantendrán abiertos los exteriores y envíos a domicilio. Para citar un caso ilustrativo, en ese estado las internaciones se incrementaron a 5.300 cuando en septiembre tenían un promedio de 400. El país atraviesa un presente penoso, con 200 mil infecciones diarias y un promedio de casi 3 mil muertes en cada jornada.

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