"Estamos trabajando porque ellos tienen requerimientos propios de la empresa y nosotros tenemos que cumplir con la normativa vigente. Estamos viendo si eso es posible", dijeron a PáginaI12 altas fuentes de la Casa Rosada la firma de un contrato con la empresa estadounidense para que provea vacunas contra el coronavirus. La búsqueda de un acercamiento se produce a la par del operativo montado para traer desde Rusia las primeras dosis de la Sputink V con las cuales la Argentina comenzará la campaña de vacunación contra la covid-19.

El acuerdo venía bien hasta que hace unos días, pero luego se trabó. El ministro de Salud, Ginés González García dijo que los requisitos que Pfizer le viene pidiendo a la Argentina para proveer de la vacuna contra el coronavirus son "inaceptables".

La negociación continúa. De conciliarse las diferencias deberá pasar también por la aprobación de la ANMAT y recién después la vacuna de Pfizer se podría aplicar en el país. 

El ministro de Salud había contado algunos detalles de por qué se encuentra retrasada esa negociación. Entre otras condiciones, el laboratorio pedía la sanción de una ley que le diera más cobertura sobre cualquier tipo de inconvenientes que pudiera generar la vacuna.  El Congreso sancionó el mes pasado  la ley 27573 que otorga amplias facultades el Poder Ejecutivo para la firma de contratos y también cobertura a la industria farmacéutica para asegurarse el cumplimiento de los acuerdos y el pago. Se la conoce como la “ley de vacunas” para generar inmunidad contra la  covid-19. Pfizer pide más.

No solamente eso consideró exagerado el Gobierno argentino, sino que además le invalidara la firma del contrato al propio González García y requiriera que el Presidente suscriba esas condiciones que, en definitiva hoy no tienen un acuerdo y que, según explicó el ministro de Salud, se trata de condiciones que fue cambiando el laboratorio.

En el Gobierno, según se comentaron a este diario, lamentan que aún no se pueda cerrar el contrato. El desencato es mayor porque consideran que los representantes de Pfizer “fueron tratados de maravilla”. “Los recibió el Presidente y hasta tuvieron récord de voluntarios”, remarcan.

La buena noticia es que los puentes no están rotos y ambas partes están negociando. Como se suele decir, una buena negociación es aquella en la que ambas partes pierden algo.