El exdirector general de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo Arribas cerró el año con dos buenas noticias que le dieron en los tribunales de Comodoro Py: el camarista Martín Irurzun coincidió con él en que la causa por las bases AMBA no debe tramitar en manos del juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla y la Sala I de la Cámara Federal de Casación corrió a la camarista Ana Figueroa, a quien el exSeñor Cinco había vuelto a recusar esta semana, y le cedió a la Sala IV la potestad de decidir dónde continuará la causa de Lomas. Todas jugadas palaciegas cocinadas minutos antes o -- incluso después -- del inicio de la feria estival que mantendrá a los tribunales en un estado de latencia hasta febrero.
El 16 de diciembre último, Ramos Padilla procesó a Arribas por el espionaje político que la AFI desplegó en la provincia de Buenos Aires entre 2016 y fines de 2017 a través de la creación de seis nuevas bases que se instalaron en Ezeiza, Quilmes, La Matanza, Morón, Pilar y San Martín. Ellas se sumaron a la actividad que se realizaba en las tres delegaciones históricas de la AFI en la provincia que están ubicadas en Mar del Plata, Bahía Blanca y La Plata. Antes del procesamiento, Arribas se había presentado en Comodoro Py para pedir que reclamaran la competencia de la causa. El juez que salió sorteado, Ariel Lijo, rechazó el planteo.
Sin embargo, Irurzun -- de destacada actuación durante el macrismo por la doctrina que favoreció las preventivas para los exfuncionarios kirchneristas y por dirigir la oficina de escuchas -- coincidió ayer con Arribas que la causa debe continuar en Comodoro Py y le ordenó a Lijo que le pida la causa a Ramos Padilla. El argumento de Irurzun es que lo que haya hecho Arribas -- por ejemplo firmar la resolución que dio pie a la creación de la Dirección de Reunión Buenos Aires, que estaba a cargo de las bases AMBA -- lo hizo desde la Ciudad de Buenos Aires. Lo cierto es que el espionaje, marcó Ramos Padilla en su procesamiento de casi 1000 páginas, se desplegó extensamente en la provincia y tuvo como víctimas no sólo a líderes políticos, sino también a organizaciones sociales, comedores y sindicatos -- especialmente docentes.
A Arribas no sólo le preocupa lo que pasa en Dolores, sino también lo que sucede en Lomas de Zamora, donde ya está procesado por el espionaje en el Instituto Patria y donde espera que el juez Juan Pablo Augé resuelva el pedido de los fiscales Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide para procesarlo por las andanzas de los Súper Mario Bros y por el espionaje a los presos kirchneristas en las cárceles. Como contó Página/12, en la Cámara Federal de Casación se libraba desde hace días una batalla entre dos salas para ver cuál de ellas resolvía la competencia de la causa. La presidenta de la Sala I de la Casación, Ana Figueroa, venía reclamándoles a sus colegas de la Sala IV que se inhibieran de seguir interviniendo porque era su sala la que primero recibió la causa del Patria y un incidente en la otra otra causa de Lomas.
El lunes 28 último, Arribas se presentó para volver a recusar a Figueroa. Ya lo había hecho porque la jueza relató las presiones que habría sufrido durante el macrismo por parte de integrantes de la mesa judicial macrista --- a la que se sentaba Arribas, según los correos que fueron hallados en la AFI y que darían cuenta de su intervención en las reuniones con las espadas judiciales de Mauricio Macri. La Sala había rechazado esa recusación. La última fue, explicaron los abogados de Arribas a este diario, porque Figueroa estaba reclamando en soledad intervenir en la causa.
Esta vez sus colegas Diego Barroetaveña y Daniel Petrone no resolvieron primero el planteo de Arribas contra la camarista sino que decidieron declinar su jurisdicción en favor de la Sala IV -- integrada por Mariano Borinsky, Javier Carbajo y Gustavo Hornos. En esa sala, Hornos -- que asumirá la presidencia de la Casación al regresar de la feria -- venía sosteniendo en soledad que la causa debía continuar en manos de la Sala I. Barroetaveña y Petrone manifestaron que como la Sala IV había avanzado en la resolución de un recurso debían ser esos jueces quienes continúen con el trámite. Si se guiaran por el avance de la investigación, pocas dudas podrían quedar de que la causa debería continuar en Lomas.
El mes pasado, la Sala IV le había dado parcialmente la razón al secretario privado de Macri, Darío Nieto, que reclamaba que la investigación por el espionaje en las cárceles no continuará en Lomas. Lo curioso es que Nieto no estaba imputado en ese tramo y ahora ni siquiera los fiscales pidieron su procesamiento por los hechos por los que sí estaba imputado. En un escrito anterior, Figueroa había dicho que su sala no había resuelto antes los incidentes que estaban en su poder justamente porque no estaba definida la primera recusación que le había presentado Arribas. Un juego de pinzas que desde el macrismo saborean como una victoria tardía, pero promisoria.
En la Sala IV aun no acusaron recibo de la decisión de sus colegas de la Sala I porque se produjo después de las 13, cuando la feria ya estaba arrancando. Hay un planteo de Figueroa ante la presidencia que también deberá examinarse. La única decisión que tomó ayer el presidente de la Sala IV, Borinsky, fue enviar a la jueza María Eugenia Capuchetti un planteo que presentó la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) -- con la firma de Adolfo Pérez Esquivel -- para que se declare la nulidad de todo lo actuado en Comodoro Py porque no se consultó a las víctimas del espionaje. Desde ese organismo entienden que la Sala IV convalidará el paso de la causa de Lomas a los tribunales de Retiro, una zona franca para el macrismo.