Hace unos días, en el agitado final de 2020, Elisa Carrió lanzó una bola de bolos que desparramó hacia todas partes los pinitos del armado bonaerense de Juntos por el Cambio. Anunció no sólo que tenía en evaluación ser candidata el año que viene, sino también competir para ser gobernadora. La movida, calculada durante todo el año en el que fue saliendo progresivamente de su "retiro", tiene como objetivo reposicionar a la Coalición Cívica en la provincia de Buenos Aires, donde no tiene ni el despliegue territorial de la UCR ni la cantidad de figuras de peso del PRO. Con Carrió en la cancha, las cosas serán distintas a la hora de negociar internamente. Cerca de la futura candidata, buscaron dejar en claro que todo se hará en armonía con la exgobernadora María Eugenia Vidal y con el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. No así con otros, como Emilio Monzó. Desde el grupo de intendentes PRO saludaron la posibilidad de que sea candidata, aunque vienen intentando ser ellos los que definan las listas en 2021 y 2023.

Carrió se pasó buena parte de 2020 negando que fuera a volver al Congreso, que fuera a volver a ser candidata y, en general, que fuera a volver a la política partidaria. Desde temprano en el año, como informó este diario, las dirigentes y los dirigentes que la rodean tenían dudas de que fuera a cumplir. Con su vuelta a recorrer canales de televisión noche tras noche, quedó en claro que estaba más que descartado su retiro. Pero hace unos días ella se ocupó de dejarlo bien en claro: "Voy a ser candidata en el 2021 en la provincia de Buenos Aires. Yo estoy dispuesta que salgamos a la libertad", afirmó. Y fue más allá: "Para limpiar la provincia no descarto ser candidata a gobernadora en el 2023".

Esta movida, que ninguno de los sectores de Juntos por el Cambio descartaba entre sus posibles escenarios, reconfigura el panorama para la fuerza opositora. Cerca de Carrió, indicaron que "es algo que veníamos conversando con ella hace tiempo. No nos sorprendió. Y tampoco es algo que desconocieran los principales referentes de Juntos por el Cambio: ella siempre les dijo que era una posibilidad que no descartaba". En aquel encuentro al que convocó en su chacra en Exaltación de la Cruz con Vidal, Larreta y sin Macri, según cuentan, ella ya les había adelantado la posibilidad.

Hay, si se quiere, dos razones para su candidatura. Una la dirá en cuanto canal visite Carrió: la provincia de Buenos Aires es la madre de todas las batallas, es fundamental para que Juntos por el Cambio recupere el poder en 2023, y es donde buscarán derrotar a Cristina Fernández de Kirchner, que es a quien Carrió le apunta todos los dardos.

Hay un segundo motivo, que seguirá más solapado. La UCR tiene que resolver en una interna la conducción de su partido bonaerense. Cuando lo haga, intentará hacer valer su despliegue territorial, sus intendentes. El PRO ya está intentando hacer algo similar con las intendencias que tiene, con las que conformaron el Grupo Dorrego, tanto para marcarle la cancha a los aliados como para que evitar que Larreta les defina toda la estrategia provincial. La Coalición Cívica no llega a tener un despliegue similar. Pero con Carrió como candidata las cartas en una negociación cambian.

"Con esta candidatura, una vez más, está dispuesta a poner el cuerpo, convicción, ideas y valores para pelear en un distrito clave como la provincia de Buenos Aires.y para sostener y defender una estrategia nacional. Más aún en estos momentos de tanta fragilidad institucional. Y que mejor que hacerlo en uno de los distritos claves como lo es la provincia de Buenos Aires", sintetizan en el entorno de Lilita.

Su presencia también le permitiría intentar vetar a algunas figuras. La más obvia es la del ex titular de Diputados Emilio Monzó, con el que ya tuvo un cruce apenas lanzó su candidatura. Desde el espacio de Monzó anunciaron que se imaginan compitiendo con ella. Quizás no sea el único al que Carrió buscará vetar.

De todas maneras, cerca de Carrió bajan los decibeles a la hora de pensar en una confrontación con sus principales aliados: Larreta y VIdal. "Su candidatura es una idea a trabajar en conjunto con Santilli también", acotan, habida cuenta de que el vicejefe Diego Santilli suena como un posible candidato en provincia. Esto es algo que es activamente resistido por los intendentes PRO, con Jorge Macri a la cabeza.

El intendente de Vicente López, que busca posicionarse para ser candidato a gobernador, fue muy diplomático con la nueva rival que le acaba de surgir para la contienda en 2023: "A mí me parece muy bien si ella quiere ser candidata. Formó parte de los que se animaron a armar un espacio nuevo y fue de los fundadores de Cambiemos. Tiene peso, historia y derecho a querer serlo”, dijo Jorge Macri.

Carrió también viene tejiendo una buena relación con el sector del ex vicegobernador Daniel Salvador. "Tanto desde el radicalismo como desde el sector de Larreta la recepción fue buena. Salvador fue a su cumpleaños", indicaban en su entorno. No está claro que pasaría si la interna de la UCR la gana su contrincante, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. 

Con el ex presidente Macri, en tanto, dijo que nunca más se volvería a hablar, pero luego dio marcha atrás. "Me enojé con Macri porque me faltó el respeto. Me pidió disculpas y ya está bien", dijo. No estuvo, no obstante, entre los invitados a su cumpleaños 64, no se sabe si porque estaba vacacionando o porque no hubiera estado invitado de todas formas. Sí pasaron por su chacra tanto Vidal como Larreta.

Por lo pronto, Carrió sigue levantando el perfil con una campaña contra la vacunación con la vacuna rusa, con una denuncia penal contra el presidente por el supuesto "envenenamiento" de la población con la Sputnik V, con un pedido de juicio político a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner por la carta que escribió sobre la Corte Suprema, y seguirán las acciones de alto impacto en medios afines.