En un campo de juego inundadísimo, ideal para festejar los goles tirándose de palomita pero poco apto para la práctica deportiva, Talleres se impuso por 2 a 1 ante Colón en Santa Fe y se quedó en la puerta de la final de la Copa Diego Maradona, ya que necesitaba que Banfield no ganase su encuentro para quedarse con la Zona Campeonato B.

Pero a pesar de la cancha (una tormenta azotó Santa Fe antes del partido), los pases que se quedaban cortos y los gritos desesperados desde los bancos de uno y otro equipo para que los suyos tiren la pelota "a la mierda" antes de que el agua los traicione, Talleres jugó un gran partido. Entre un mediocampo de muy buen pie y el indomable colombiano Valoyes arriba, el equipo cordobés se probó como resistente al agua.

El 1 a 0 llegó tras una combinación de varias de sus mejores figuras: taco de Méndez, centrazo de Pochettino y gran definición de volea de Valoyes, que apareció por atrás de las marcas y se la cruzó al uruguayo Burián. El segundo se dio apenas iniciado el complemento, luego de otro preciso centro de córner de Pochettino y cabezazo de lateral Tenaglia, que lo festejó con alma y vida.


Lo de Colón era muy apático, en coincidencia con la imposibilidad de jugar por algo. Sin embargo, un error de Marcos Díaz le permitió meterse en partido y ponerse a un gol luego de que el ingresado Sandoval capitalice el infortunio del número uno. Al mismo tiempo, Banfield se ponía 2 a 0: parecían todas malas para la T, que se quedaba sin piernas a medida que avanzaba el reloj.

Así, Talleres se dedicó a sufrir en los últimos minutos: por los embates de Colón, por las duras patadas de los jugadores de Colón para con Valoyes y, finalmente, porque Banfield hacía lo que quería con San Lorenzo.