Luego de casi una década de frustraciones ininterrumpidas, Milan vive la buena vida en la Serie A de Italia. Con el veteranísimo sueco de 39 años, Zlatan Ibrahimovic, liderando un plantel repleto de jóvenes promesas, el equipo dirigido por Stefano Pioli es puntero luego de 18 fechas y acaba de concretar el fichaje del croata Mario Mandzukic, una de las figuras del elenco subcampeón mundial en Rusia 2018.

Hace siete ligas que Milan no logra meterse en puestos de Champions League, mientras que su última coronación fue en la temporada 2010/11, previa a los ocho títulos consecutivos que ostenta Juventus. Envalentonado por los nuevos aires, Milan buscará romper otra "maldición", la de la camiseta número 9 elegida por Mandzukic, que se viene cargando a numerosas e ilustras incorporaciones a lo largo de los últimos años.


Todo empezó en el curso 2012/13, el primero tras la retirada del italiano Filippo Inzaghi, doble campeón de Europa y doble campeón de Italia como "rossonero", cuando el Milan, que entraría en una profunda crisis económica y de resultados, entregó la 9 al brasileño Alexandre Pato, comprado algunos años antes a Inter de Porto Alegre por 24 millones de euros.

El brasileño, que ya jugaba en Milán desde 2008 y que empezó su etapa con el dorsal número 7, vivió seis meses lastrados por las lesiones y sólo pudo jugar siete partidos, marcando dos goles. Al final de ese curso, dejaría Italia para firmar con Corinthians.

Tras la salida de Pato, el Milan apostó por Alessandro Matri, que venía de conquistar dos títulos ligueros con el Juventus, pagando 11 millones por su pase. El italiano heredó la número 9, pero solo pudo marcar un gol en 18 partidos, acabando su breve etapa "rossonera" en la sesión de mercado invernal.


Ni siquiera el célebre español Fernando "Niño" Torres, un campeón de todo con la selección española, logró revertir la maldición del post Inzaghi. El madrileño llegó a Milán en el verano de 2014 proveniente de Chelsea y debutó con un auténtico golazo de cabeza en una visita al Empoli. Sin embargo, ese grito fue el único de su etapa milanesa (10 partidos), terminada en enero de 2015, cuando decidió regresar a su casa: Atlético de Madrid.

No le fue mucho mejor a Mattia Destro, fichado a préstamo para sustituir a Torres tras marcar 29 goles en tres años con el Roma. El italiano solo anotó tres veces en quince partidos y se iría del Milan seis meses más tarde para incorporarse al Bologna.

El brasileño Luiz Adriano (comprado por 14 millones a Shakhtar Donetsk; actualmente en Palmeiras), con seis goles en 36 partidos; el portugués André Silva (38 millones a Porto), con diez tantos en 40 juegos, pero sólo dos en 24 encuentros de Serie A; o el polaco Krzysztof Piatek (35 millones a Genoa), con cinco tantos en 20 encuentros, se suman a la lista de "víctimas" de la casaca. Caso especial el del polaco ya que en su primera temporada, con el dorsal 19, marcó 11 veces en 21 partidos. Al año siguiente, cuando se puso la 9, su destino se celló.


Le fue ligeramente mejor al nacionalizado peruano Gianluca Lapadula (9,5 millones a Pescara), quien marcó ocho goles en 29 partidos como milanista y a Gonzalo Higuaín (10 millones por un préstamo de Juventus), quien anotó ocho en 22 encuentros. Sin embargo, ninguno duró en el puesto: Lapadula fue vendido a Genoa y el "Pipita" salió de Milán por la puerta de atrás en el mercado de enero de 2019 para ser prestado a Chelsea.

Al fin y al cabo, una "maldición" que intentará revertir Mandzukic, ex Atlético de Madrid, Bayern Múnich y Juventus que viene de estar un semestre sin jugar luego de su paso por Al Duhail de Qatar. El croata conquistó 24 trofeos en su carrera, entre ellos una Champions League, una Supercopa europea, un Mundial de clubes y nueve títulos ligueros.

*Agencia EFE