En estos días llegó a mis manos un hermoso libro que deseo recomendarles: Archivo de la memoria trans, publicado por la Editorial Chaco. 

Constantemente hablo en esta columna de la importancia de construir una sociedad menos violenta y más justa para todes. Este libro viene a eso, a aportar su grano de arena, hacernos pensar o, mejor dicho, reflexionar para tener una mirada más amorosa hacia nuestro colectivo. No se imaginan el significado que tiene para nosotras. Al abrirlo, tuve una sensación extraña, no sé si influenciada por las películas, los libros que leí o las historias que alguna vez me contaron, todo me resultó muy similar a los relatos del Holocausto. ¿Será porqué también somos unas sobrevivientes? Es nuestro Diario de Ana Frank, contado por muchas.

Hoy más que nunca puedo comprender con absoluta claridad el significado de la frase «Prohibido olvidar» y lo importante de contarles a las nuevas generaciones todas las violaciones a los derechos humanos que vivió la humanidad. Nosotras somos una parte de esa historia violenta. Sobrevivientes de una nación heterosexual, las valientes que, a pesar de la imposición, los mandatos y la transfobia social e institucional, pateamos el tablero, rompimos el molde de lo binario y saltamos al vacío en búsqueda de nuestra identidad. ¿Quién más se atrevería a dejar su nombre para ponerse uno sin historia, sin memoria, sin vida?

En este libro van a encontrar relatos narrados en primera persona: ahí están mamás, hijas, hermanas travestis, las pocas que quedaron con vida. Sobrevivientes que resistieron la expulsión del hogar, las cirugías clandestinas, la persecución policial, el trabajo sexual, el desprecio de una sociedad.

Es hora de borrar las normas sexuales y de género que nos quisieron imponer y que nuestros padres habían aprendido a través de un sistema educativo y social que castigaba toda forma de disidencia con la amenaza, la intimidación, e incluso la muerte.

Yo tuve un padre, pero no pudo proteger mi derecho a la libre autodeterminación de género. Por suerte comenzamos a sanar, por primera vez se me fue esa sensación de soledad, y puedo encontrarme en esas páginas, en esos relatos. Esa es nuestra historia, nuestra identidad travesti, como si fuera un gran árbol genealógico, todas conectadas entre sí por lazos imaginarios más sagrados que la propia sangre.

Archivo de la memoria trans nos muestra que la vida puede ser maravillosa. Que nadie les diga lo contrario. Les espero aquí, a todes les caídxs de este sistema binario injusto y patriarcal. Juntes vamos a construir un futuro más amoroso para todes.