Narciso Horacio Doval fue el primero. El inolvidable Loco Doval, integrante de los Carasucias que hicieron historia en San Lorenzo, y que luego supo ser ídolo en el Flamengo. Herbert Vianna recuerda que cuando era chico estaba fascinado por la palabra “Botafogo”, y la repetía una y otra vez, pero cruzó de vereda y se hizo fanático del Flamengo cuando tenía 8 o 9 años. El responsable fue un vecino que conoció cuando su familia se instaló –siguiendo el derrotero de su padre, militar aeronáutico– en las afueras de San Pablo. Su nuevo amiguito le regaló una camiseta roja y negra, y le mostraba fotos del equipo y sus estrellas, por lo que Herbert se imagina que el primer argentino que conoció en su vida fue entonces el Loco Dobal, al que llegaron a llamar El Pelé Blanco, una de las razones por las que se hizo fanático del Flamengo para siempre. 

Aunque los Paralamas ya no cruzan tanto la frontera como en los 90, cuando en migraciones los cargaban diciendo que era hora que cambiasen de pasaporte, siguen sintiendo un vínculo especial con Argentina. “Nunca me olvido de los esfuerzos del productor peruano que insistió en corregir el acento de mi castellano para uno de nuestros discos, porque yo cantaba como Charly y Fito”, evocó Herbert dos años atrás, en la pequeña sala de ensayo del grupo en el barrio Jardim Botánico de Rio de Janeiro –más precisamente en la zona que está justo debajo del Cristo Redentor, donde nació una murga bautizada Sobaco de Cristo–, mientras se esforzaba en traducir para sus invitados las letras de los nuevos temas, por entonces apenas unos demos. Sólo un par de esas nuevas canciones sonarán el jueves en Niceto, cuando el trío –en su formato completo– vuelva a tocar en Buenos Aires después de seis años de ausencia. 

“La última vez que estuvimos por allá creo que fue en 2011, en formato acústico, cuando Charly García subió al escenario del Gran Rex para acompañarnos”, recuerda el baterista Joao Barone desde Río, donde acaba de cerrar una breve gira brasileña que estuvo realizando junto a Andy Summers, el guitarrista de The Police, ocupando el lugar de Stewart Copeland en un show que fue un homenaje al grupo que los inspiró a él y a sus compañeros en sus lejanos comienzos. “Fue un sueño cumplido”, confiesa Joao, que por eso no viajó con el bajista Bi Ribeiro –y el productor Mario Caldato Jr.– a la mezcla final del nuevo disco de Paralamas en los Estados Unidos. Aún sin bautismo definitivo, será su primer trabajo de estudio desde Brasil afora (2009), un álbum que nadie se preocupó por editar en Argentina. Caprichos del mundo discográfico local, que tampoco se interesó por una gema escondida entre los 20 discos –cifra que incluye los 18 editados oficialmente por el grupo, entre albums en vivo y en estudio– incluidos en la mega caja editada en 2015 celebrando toda su carrera. Se trata de Paralamas en espanhol, un álbum que recopila todas las versiones en castellano del grupo (el otro disco extra de la caja es uno de colaboraciones y versiones en vivo, titulado Raridades) y agrega dos entrañables covers que el grupo suele incluir en sus shows en vivo pero nunca antes habían grabado: “Que me pisen” y “Hablando a tu corazón”, que cualquier fan argentino del grupo querría sumar a su colección. 

“Hace años que estamos intentando volver a tocar en Buenos Aires”, asegura Joao, que recuerda que han tocado más seguido en Montevideo e incluso llegaron a hacerlo en San Luis antes que en la capital porteña. “El show con el que iremos ahora será una breve variación del que armamos para celebrar los 30 años del grupo, cuatro años atrás”, aclara el baterista, que desde hace algunos años se ha convertido en anfitrión de sus compañeros, ya que ha acondicionado como sala de ensayo una habitación en un departamento ubicado en la planta baja del edificio donde vive, que utiliza como oficina. Es una sala pequeña pero cálida, donde apenas entra el trío original, pero aseguran que justamente por eso se sienten muy a gusto. “Es como lo de Vovó Ondina”, explicó Joao el día de aquella visita, refiriéndose a Ondina, la abuela de Bi (inmortalizada en un tema de Cinema Mudo, su álbum debut: “Vovó Ondina e gente fina”), en cuyo pequeño departamento del barrio de Copacabana ensayó el grupo en sus amateurs comienzos cariocas. “Ahora Vovó Ondina sos vos”, bromeó Bi, que vive no muy lejos de la nueva sala, en un barrio llamado Horto, que quiere decir huerto en portugués pero los tan argentinos Paralamas no pueden evitar tener siempre presente su significado en castellano. 

ESCALERA AL CIELO

Cuando Herbert se encuentra ante un periodista argentino, suele ser el que pregunta primero: ¿Cómo está Charly? ¿Fito Páez sacó algún disco nuevo? ¿En qué andan Los Pericos? Y, siendo argentino, en el último tiempo hay que tener cuidado al contestarle, porque como lo primero que sale es un mecánico “¿Cómo andás?”, el líder de Paralamas suele retrucar inmediatamente, con rostro impávido: “Nunca le preguntes eso a alguien que está en una silla de ruedas”. Durante un instante un silencio helado flota en el ambiente, hasta que uno de sus compañeros, ya sea Bi o Joao, reta siempre a Herbert por la broma pesada. “¡Ya te dijimos que no respondas más eso, la gente no sabe que hacer!”, le explican, y la tensión de disuelve entre risas. Sin embargo, esa respuesta de Herbert no deja de retratar la dura verdad de la vida cotidiana de un hombre que volvió, literalmente, de la muerte. “Cuando desperté del coma, mi hermano me hizo escuchar ‘Escalera al cielo’, de Led Zeppelin, y canté la letra entera, con el solo de Jimmy Page y todo”, recuerda, por ejemplo.

Es raro escucharlo hablar a Herbert de aquel abismo, y lo primero que se siente es un cierto pudor, el temor de estar abriendo alguna herida. Hasta que queda claro que recordar no es para él algo especial, no está “confesándose”. Sino que lo vive como algo natural: el accidente le dejó como secuela la pérdida de la memoria inmediata, por lo tanto el pasado es su lugar cotidiano, para bien o para mal. Por ejemplo, cuando se le menciona que en una de sus primeras entrevistas porteñas estuvo toda la sesión de fotos paseando por los pasillos del Hotel Bauen, sin sacarse la guitarra, tocando una y otra vez “Days”, de Television, enseguida recuerda: “Eso la volvía loca a Lucy”. Y agrega: “Después de nuestro casamiento en Inglaterra, como viaje de bodas nos fuimos los dos en un auto conduciendo hasta Escocia, y yo me la pasé escuchando ese tema una y otra vez al volante. Hasta que Lucy me pidió que pusiese otra cosa: un tema mío o algo de Led Zeppelin, cualquier cosa antes que Tom Verlaine”. Lucy Needham Vianna era la mujer de Herbert, que falleció en el accidente de ultraleve del que él se salvó de milagro, algo que se cuenta muy bien –el accidente, la pérdida y la recuperación– en el indispensable y emotivo documental Herbert de perto, de Roberto Berliner y Pedro Bronz.

Fue la música lo que salvó a Herbert, la música y la disposición de sus dos compañeros de grupo a no dejar nunca de tocar con él. “Si fuese por Herbert, estaríamos tocando todas las noches”, cuenta Joao, que ya no intenta buscarle explicación a la increíble vitalidad del trío, que este año cumple 34 años tocando juntos. “Nos suelen preguntar por el secreto de nuestra longevidad como grupo, y no tenemos respuesta para eso. Así como Herbert sigue acumulando guitarras, a todos nos gusta tocar. Y no hace falta explicar nada cuando estamos arriba de un escenario”, se encoge de hombros Joao, mientras Herbert recuerda que en su colección tiene una Stratocaster que por supuesto compró por Verlaine, al que vio tocar un par de veces en Nueva York. Y también una guitarra de dos mangos, que consiguió en homenaje a Jimmy Page. “Fue despues de ver la película The Song Remains The Same”, cuenta. “Cuando estábamos grabando en Londres con Phil Manzanera, en el estudio de al lado estaba Page. Así que cuando vino a saludar le pedí que me la firmase con un cuchillo. ‘¿Estás seguro?’, me preguntó. Hizo su firma con un marcador y después trabajó con el cuchillo. Es uno de los tesoros de mi colección”. 

LARGO CAMINO

Si bien aún no han empezado a dar entrevistas por el disco nuevo, Barone revela que incluye una versión de “Cuando pase el temblor”, el tema de Soda Stéreo, que ya están tocando en vivo. Es el segundo tema del grupo de Cerati que versionan, el primero fue “De música ligera”, incluido en Nueve lunas (1996). “Vamos a tocar esta nueva versión en Niceto”, adelanta el baterista, que con el bajista Bi Ribeiro se turnan para realizar las entrevistas telefónicas con las que generalmente se anticipan los shows. Han descubierto que ya no pueden dejar solo a Herbert, como hacían antes del accidente, cuando era casi la voz excluyente de la banda. Cara a cara, Vianna sigue siendo tan franco y comunicativo como siempre. Y además ahora cualquier charla con él resulta conmovedora. Pero sus compañeros constataron que sus recuerdos no siempre son confiables, así que lo acompañan en sus notas, para estar atentos a corregir cualquier desliz. O simplemente lo reemplazan al teléfono, donde tomar esa precaución es más complicado. “Cuando estamos armando temas nuevos, a veces tenemos que recordarle que esta letra ya la usamos con otra melodía. O al revés”, revela Joao con una sonrisa cariñosa, dejando entrever por un segundo las particularidades del detrás de la escena de un grupo que, en los 16 años que han pasado desde el accidente, ha editado seis discos: tres en estudio (aunque las canciones del primero de ellos, Longo Caminho, de 2002, habían sido compuestas antes) y tres en vivo, una productividad que responde a la naturaleza de su supervivencia, para la que los shows son una parte esencial. Por su parte, Vianna editó también un álbum solista, apropiadamente bautizado Victoria (2012), producido por Chico Neves.

Pero este esperado nuevo trabajo en conjunto romperá un silencio de ocho años sin canciones nuevas, por eso la sonrisa de los tres integrantes del grupo cuando mostraban aquellos demos iniciáticos en su sala de ensayo. “Si fuese por el público, podríamos estar tocando nuestro show de celebración de nuestros 30 años durante los próximos 30 años. Es el que vamos a tocar en Buenos Aires, ya verán: son todos éxitos, uno atras del otro. Eso sí, simplemente repetirlo una y otra vez no sería artísticamente algo muy osado”, se ríe Joao. “Por eso estamos muy contentos con este nuevo disco. Como le gusta decir a Herbert, es un trabajo que marca el comienzo de otros 30 años de música”. u

Os Paralamas do Sucesso tocan el jueves 20 a las 21 en Niceto, Niceto Vega 5510.