La fiscalía solicitó que Humberto Garzón Martínez, el empleador denunciado por drogar y abusar sexualmente de una joven vendedora en su local de Once, quede detenido de manera preventiva mientras continúa la investigación del caso. "El máximo de la pena en expectativa excede ampliamente los ocho años de prisión y el mínimo impide que la eventual sanción" quedara en suspenso, advirtió la titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional nº 41, Silvana Russi, en un escrito en el que detalló por qué considera que podría ser dañino para la causa que Garzón Martínez permanezca en libertad. La Cámara del Crimen tiene un plazo de cinco días para resolver.

En tanto, la madre de la denunciante contó que recibió "comentarios" de que otras jóvenes padecieron episodios similares a manos del acusado, por lo que pidió que pidió que, de ser así, "hagan la denuncia" porque "hay personas que pueden ayudarlas".

La familia de la denunciante, además, convocó a una "marcha pacífica" ante la puerta del local, Paso 693, para el jueves a las 10.30 de la mañana, para pedir justicia y que el imputado sea detenido nuevamente.

El hombre está acusado de abuso sexual con acceso carnal cometido contra L.A.R., de 18 años, que respondió a una oferta laboral que Garzón Martínez había publicado en internet para cubrir un puesto en el local de ambos y uniformes para trabajadores de la salud llamado “Garzón Uniformes”, ubicado en la calle Paso al 600, en el barrio porteño de Balvanera. Terminado el turno laboral, el empleador dio a la joven un vaso con agua, tras lo cual ella comenzó a perder el conocimiento. Antes de quedar inconciente, L.A.R. alcanzó a enviar un mensaje de auxilio a su madre, quien dio aviso al 911. Al llegar, la policía la encontró "recostada e inconsciente, por momentos se quejaba y balbuceaba, encontrándose semidesnuda, con el torso descubierto, el pantalón desabotonado y descalza", recordó la fiscal en la apelación. 

Para la fiscal Russi, que Garzón Martínez se encuentre en libertad es riesgoso porque hay "peligro de fuga y entorpecimiento de la investigación". En lo que va del expediente, señaló, la prueba reunida tiene "solidez" suficiente para la acusación. 

El acusado no sólo intentó escapar cuando la policía llegó al local de la calle Paso, argumentó la fiscal, sino que, además, no dijo la verdad cuando declaró dónde vivía. Garzón Martínez declaró que vivía en casa de su hermana, pero luego "fue su propia hermana quien contradijo dicha información al manifestar que aquél no se domicilia junto a ella sino en otro lugar". 

Además, añadió la fiscal, aún falta reunir algunas pruebas, "concretamente ampliar los dichos de la damnificada y su evaluación psicológica a los fines de determinar las secuelas" que padezca.

Russi detalló que, de acuerdo con lo acreditado en el expediente, Garzón Martínez "premeditó el ataque sexual dado que tenía en su comercio medicación sedante que suministró a la joven para poder ultrajarla, dejándola en estado de indefensión, a tal punto, que al arribo de personal policial aquélla aún estaba en estado de inconciencia". 

En el hospital, además, se constataron las lesiones del ataque, algunas de ellas sangrantes. L.A.R., por otra parte, tiene 18 años y se encuentra en situación de vulnerabilidad en relación con su atacante. "No es menor la juventud que detenta la damnificada quien acudió al lugar en busca de un empleo siendo que días antes se había contactado con el imputado a través de la red social de Facebook en un sitio de ofertas laborales", advirtió la fiscal.