En busca de apoyo en su cruzada por implementar la boleta electrónica, Mauricio Macri se reunió en la Quinta de Olivos con ocho gobernadores peronistas y de otros partidos provinciales. Durante el encuentro conversaron sobre el proyecto del oficialismo para modificar el sistema de votación en las próximas elecciones que tras recibir media sanción en Diputados se debate en el Senado. 

En minoría en esa Cámara, el macrismo no tiene hoy los votos para la aprobación de su iniciativa y negocia con los mandatarios provinciales para conseguirlos. "El objetivo de todos es que los argentinos puedan tener una manera más cómoda, más confiable, más rápida de votar, a partir del 2017", dijo tras la reunión el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, quien aseguró también que el Ejecutivo enviará “en los próximos días” el proyecto para modificar el Impuesto a las Ganancias, pero que ya no habrá tiempo de tratarlo durante este año.

En la reunión participaron el cordobés Juan Schiaretti, el chubutense Mario Das Neves y el chaqueño Domingo Peppo, quien al llegar a la cita manifestó sus “reservas” sobre la reforma electoral. También estuvieron Juan Manuel Urtubey (Salta), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Alberto Weretilneck (Río Negro) y Omar Gutiérrez (Neuquén).

Junto con Macri y en representación del Poder Ejecutivo participaron el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el secretario de Asuntos Políticos e Institucionales, Adrián Pérez, impulsor del uso de boletas electrónicas y de un sistema de emisión y conteo de votos que varios especialistas en informática y dirigentes de la oposición cuestionan por su alto grado de vulnerabilidad,  ya que consideran que puede ser filtrado por hackers.

Ese es el principal punto de discusión en el Senado y lo que amenaza con hacer naufragar el proyecto del Gobierno. El oficialismo no tiene mayoría en esa Cámara y requiere del apoyo de al menos una parte del bloque peronista, donde hay quienes rechazan la inclusión del chip en las boletas y proponen en todo caso la implementación al alternativas como que lleven un código QR que no presentaría problemas de vulnerabilidad.

Luego del encuentro, Frigerio defendió la reforma política y reconoció la “urgencia” y el “apuro” del Gobierno para sacar la ley. El funcionario argumentó que cuanto más tarde se la vote, más corto será el “tiempo de capacitación” que tendrá el electorado en aprender el sistema. Al oficialismo lo corre el tiempo porque si la discusión parlamentaria de la reforma se dilata, el nuevo sistema de votación no podría ser implementado para las elecciones de 2017.

Frigerio aseguró, además,  que "en el proyecto no se especifica la tecnología” que se utilizará en el escrutinio, así como tampoco “se está hablando del chip" que cuestiona la oposición. De lo que “se está hablando”, agregó, es “de una tecnología que permita un doble control, el electrónico y el manual".

"La tecnología específica para cada elección tendrá que ser aprobada y homologada por la Cámara Nacional Electoral, (por lo que) la Justicia será la que dé confianza en que el sistema que se proponga sea el más seguro”, agregó. Por último, adelantó que si en lo que resta de sesiones ordinarias el oficialismo no consigue su aprobación, “vamos a pedir una prórroga (...)  para sacarla antes de fin de año".

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