Desde Roma

En un clima de gran incertidumbre para el M5S (Movimiento Cinco Estrellas), que es miembro del nuevo gobierno pero corre riesgo de fragmentarse, el primer ministro italiano Mario Draghi consiguió el jueves el voto de confianza de la Cámara de Diputados después de haberlo logrado el miércoles en el Senado. A partir de ahora el gobierno Draghi, del que forman parte seis partidos de distintas tendencias, podrá oficialmente ejercer sus funciones.

En Diputados el nuevo gobierno obtuvo una amplísima mayoría de votos a favor, 535 sobre 596 presentes. Los votos en contra fueron 56, entre ellos varios diputados del M5S y del partido derechista Fratelli D’Italia. En el Senado había obtenido 262 a favor y 40 en contra, y entre éstos últimos se contaron 15 del M5S.

No fueron días fáciles para el economista, exgobernador del Banco Central Italiano y ex presidente del Banco Central Europeo desde que el presidente de la República, Sergio Mattarella, le dio el encargo de formar un nuevo gobierno el pasado 4 de febrero. El entonces candidato a premier hizo dos rondas de consultas con todos los partidos políticos y las organizaciones sociales, económicas y ecologistas y el viernes 12 presentó una propuesta de gabinete al presidente. Pero sin el voto de las Cámaras no podía ir adelante.

Insólitamente para Italia, Draghi logró hacer un gobierno con representantes de seis partidos políticos, de centro izquierda (Partido Democrático, Libres e Iguales e Italia Viva), de centro derecha (Forza Italia de Silvio Berlusconi), y de derecha (la Liga de Matteo Salvini), además del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) que se dice “ni de derecha ni de izquierda”. El único partido de cierta relevancia que quedó afuera, por propia decisión, fue el derechista Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni. Y negociar con todos ellos seguramente no fue fácil y no será fácil de ahora en más, dada la cantidad de cosas por hacer para “reconstruir” el país golpeado por la pandemia, dadas las diferencias ideológicas y dada la división dentro del M5S.

En su discurso ante las Cámaras, Draghi definió su mandato prácticamente como un gobierno de unidad nacional, “porque hoy la unidad no es una opción sino un deber” guiado por “el amor a Italia” y para sacar al país de la crisis económica y social generada por la pandemia. También presentó el programa que llevará adelante su gobierno, poniendo el acento en el plan de vacunación anti covid, el sistema sanitario, la reforma de la escuela, la administración pública, la justicia, la transformación ecológica del país, el nuevo pacto sobre las migraciones, entre otros.

Los partidos están representados en el gobierno por 15 ministros (algunos tienen tres, otros dos, otros uno). Pero hay otros 8 ministerios importantes que están a cargo de técnicos, como el ministerio de Economía, para el que Draghi eligió a Daniele Franco, que era hasta hace pocos días, el gobernador del Banco Central Italiano. O el físico Roberto Cingolani. que se encargará del nuevo y muy importante, dado el futuro ecológico diseñado por Draghi en sus discursos, ministerio de la Transición Ecológica.

La aprobación del nuevo gobierno desencadenó una seria crisis en el M5S, que en las elecciones políticas del 2018 se había clasificado como primer partido de Italia y ahora parece destinado a dividirse. Todo comenzó hace algunos días, cuando Alessandro Di Battista, un líder del Movimiento, se declaró contrario a Draghi que había sido designado por Mattarella para hacer el gobierno. Y por eso decidió separarse del M5S. A Di Battista lo siguieron los 15 senadores del Movimiento que el jueves votaron contra Draghi, pese a que el M5S había decidido ser parte del gobierno luego de haber consultado a sus militantes mediante el voto en una plataforma de Internet, como suelen hacerlo normalmente cuando deben decidir cosas importantes. 

Los 15 senadores serán expulsados del Movimiento, según informó el máximo dirigente político del partido, Vito Crimi. Crimi dijo además que los senadores que no se habían presentado a votar sin tener una verdadera justificación, también serían sancionados. No se sabe aún qué sucederá con los diputados que votaron en contra del gobierno el jueves.

La decisión de los parlamentarios críticos se hizo más escandalosa todavía porque el creador del M5S, el cómico Beppe Grillo, había asistido con los demás dirigentes del Movimiento a las consultas con Draghi, y había salido muy contento del encuentro dado que el candidato premier había aceptado la creación del Ministerio Ecológico (llamado ahora de la Transición Ecológica) que ellos habían propuesto.

Algunos de los 15 senadores expulsados, como Mattia Crucioli, en declaraciones a la prensa, no descartaron la posibilidad de crear un nuevo grupo parlamentario mientras otros hablaron de la posibilidad de crear un nuevo partido. Beppe Grillo en cambio insiste en que “la unidad es el único camino”.

Mientras tanto en Roma, cerca del palacio del Parlamento donde se estaba votando, grupos de izquierda, Refundación Comunista y Frente de la Juventud Comunista entre otros, organizaron un acto de protesta contra el gobierno de Draghi del que participaron algunos cientos de personas. “Ninguna confianza al gobierno de los bancos y los patrones”, “Trabajadores unidos contra el ataque de los patrones”, decían los carteles. Algunos al micrófono repetían frases como “Todos en la plaza para estimular la oposición de clase a este gobierno. Al frente único de los capitalistas hay que contraponerle el de los trabajadores, de los desocupados, de los jóvenes precarios, de los estudiantes”.