“Nací para ser libre, no asesinada”, escribió en septiembre del año pasado Guadalupe Curual, la joven de 20 años apuñalada por su expareja el martes 23 de febrero en Villa La Angostura. El Observatorio Ahora Que Sí nos Ven registra que 49 mujeres fueron víctimas de femicidio en lo que va del 2021, es decir que cada 26 horas murió una mujer. El Goethe- Institut La Paz y la Coordinadora de la Mujer de Bolivia lanzarán virtualmente la iniciativa regional “El siglo de las mujeres”, un espacio de intercambio entre especialistas y activistas que buscan intensificar las estrategias en la lucha contra la violencia patriarcal. Se realizará entre el 1º y el 3 de marzo, con participantes de Alemania, Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, entre las que se destacan la antropóloga argentina Rita Segato, el colectivo feminista LasTesis (Chile), creadoras de la intervención callejera Un violador en tu camino, replicada en más de 50 países; las bolivianas Elvira Espejo Ayca y Virginia Ayllón, la paraguaya Line Bareiro, la brasileña Keyna Eleison y la peruana Shara Huamán Julluni, entre otras.

Las Tesis

Sudamérica tiene una triste notoriedad en las estadísticas: es la región con mayor cantidad de niñas y mujeres golpeadas, violadas y asesinadas. Los Goethe-Institut sudamericanos saben que, a pesar de los avances normativos y de la vigencia de leyes progresistas, la violencia sigue en aumento e incluso se agrava en todos los países. “Las sociedades latinoamericanas tienen una cosa en común, que es el machismo como fundamento de la sociedad, con una educación machista que se reproduce con cada generación. La violencia empieza en los hogares y, como se puede ver durante la pandemia, se agudiza como efecto de la cuarentena. Y la situación se agrava aún más con el aumento de los femicidios, para los cuales hay muchas razones, como la resistencia contra la fuerza y el empoderamiento femeninos, la resistencia masculina contra el cambio y los celos”, dice Sabine Hentzsch, directora del Goethe-Institut La Paz, quien inaugurará por Zoom “El siglo de las mujeres”, junto a Mónica Novillo, Coordinadora de la Mujer (Bolivia).

El formato virtual permitirá desarrollar un proceso de trabajo conjunto que servirá de antesala al Encuentro presencial a fin de año. La primera actividad será el intercambio acerca de “Nuevos modelos antihegemónicos para hombres y mujeres”, en el que participará Rita Segato junto a Virginia Ayllón, una de las voces contemporáneas más importantes de la literatura, la academia y el feminismo boliviano; y Barbara Potthst, catedrática alemana, especialista en historia latinoamericana en la Universidad de Colonia. A diferencia de otras propuestas en las que el público escucha y no tiene posibilidad de participar (excepto por los chats), “El siglo de las mujeres” tendrá espacios abiertos para el debate virtual de media hora. “Si no estudiamos alternativas, el machismo nunca va a desaparecer”, advierte Hentzsch a Página/12. “Necesitamos modelos de conducta que sean atractivos para mujeres y hombres, especialmente para las y los jóvenes. Y si tenemos las alternativas, es necesario pensar cómo pueden implementarse. Eso empieza también en el hogar, con los padres, con las madres, los abuelos y abuelas, y tiene que continuar en el sistema educativo en las escuelas. Es necesario que esto se refleje también en los libros escolares”.

Rita Segato

La programación del primer día incluye ¡Orsai!, ¡Gol!, una “coreografía futbolística” contra la violencia de género, del bailarín y coreógrafo uruguayo Martín Inthamoussu, que promueve la erradicación de la violencia hacia las mujeres a la par que cuestiona los estereotipos de género; y “Lo que nos mantiene vivos”, de Claudia Casarino, artista paraguaya que enfoca su trabajo en torno a cuestiones de género e identidad, recurriendo al lenguaje del vestido de manera constante. Después llegará el debate en el que participarán la propia Casarino junto con Keyna Eleison, curadora, escritora, investigadora, heredera Griot y chamánica, narradora, cantora y cronista ancestral brasileña; Bianca Bernardo, curadora brasileña y gestora cultural que actualmente desarrolla un proyecto de investigación y de acciones políticas feministas y cuidado de mujeres; y el coreógrafo uruguayo Martín Inthamoussu.

La segunda jornada tendrá como eje temático “la visibilidad de los logros de las mujeres”. Entre las actividades se destacan la presentación de la abogada y politóloga paraguaya Line Bareiro, que forma parre de la Coordinación de Mujeres del Paraguay, de la Red contra toda forma de discriminación y de Articulación Feminista MARCOSUR; y el creciente papel de las directoras en la producción cinematográfica brasileña, una conferencia de Eliza Capai, documentalista que estrenó en Buenos Aires su tercer largometraje, Espero tu (re) vuelta, en marzo del 2020. Dafne Valdés, Paula Cometa, Sibila Sotomayor y Lea Cáceres son las integrantes del colectivo artístico interdisciplinario LasTesis. En el marco de “El siglo de las mujeres” se verá la performance “Nos roban todo, menos la rabia”: [confinadas]/ al tedio de lo doméstico y en el bucle del hogar/ es este el lugar/ más peligroso donde puedo estar/ hoy se quema el velo de la violencia/ se cocinan las heridas inscritas en nuestros cuerpos/ de pronto, nos encontramos a la intemperie/ dentro de nuestro propio hogar”. Para el cierre de la segunda jornada habrá un debate entre la boliviana Elvira Espejo Ayca, artista plástica y narradora oral, hablante de aymara y quechua; la peruana Shara Huamán, defensora de los derechos de las mujeres indígenas; y la abogada uruguaya Valeria España.

Huellas en el alma

"Como indígena originaria que soy, en todos estos años he vivido en carne propia la violencia que sella el alma de sufrimiento", cuenta Huamán, que nació en Huanima, distrito Curahuasi en el departamento de Apurímac, Sierra sur del Perú. Cuando aún era una adolescente, su madre huyó de casa con sus hijos, debido a la violencia del padre. Primero llegó a la ciudad de Abancay y luego a Lima. "En nuestras comunidades más alejadas, llamadas zonas rurales, nuestras mujeres indígenas y originarias están afectadas por la discriminación, por el racismo. Cuando llegan a las ciudades, tienen muchas dificultades cuando van a las instituciones públicas y en ellas no les atienden en su lengua originaria, como debe ser. Muchas veces nuestras mujeres indígenas no hablan correctamente el español; eso también es una barrera que en cierta forma les hace sentir afectadas en cuanto a su dignidad. La discriminación es muy fuerte, muy severa, y deja huellas en el alma", confirma Huamán, fundadora de la asociación de empleadas del hogar en Lima. Como regidora de la Municipalidad de Abancay (2007-2010), logró que se aprobaran varias ordenanzas en favor de la protección de la mujer, tanto en el hogar como en el trabajo. Ha enseñado y traducido importantes textos al quechua y actualmente es traductora oficial en Poder Judicial del Perú.

Desde muy pequeña sintió en carne viva la discriminación cuando Huamán empezó a hablar el idioma quechua. Pocas instituciones públicas y privadas han implementado espacios de recepción en bilingüe. "Uno de los problemas bien álgidos para nuestras mujeres indígenas es la discriminación. Cuando fui regidora provincial de Abancay, tuve la oportunidad de sacar la primera ordenanza de la no discriminación, la ordenanza 002/ 2008, que marcó un hito histórico a nivel nacional y hoy por hoy tiene más de 73 ordenanzas similares. No es justo que en pleno siglo XXI se siga sufriendo tanta discriminación y mucho más nuestras hermanas indígenas, que son más vulnerables al maltrato que existe en todas las esferas. Cuando sufren violencia en sus familias, por parte de sus parejas, no cuentan con servicios judiciales en la zona donde viven. Y esta es otra de las barreras porque tienen que desplazarse leguas y muchas veces no hay carretera, no hay vías de comunicación, entonces se desplazan a pie o a caballo", precisa Huamán.

La forma de vida que se lleva en las comunidades es patriarcal. "Se ve al varón como una figura de cabeza de familia que lidera o se impone en las decisiones de la familia o de la comunidad. Cuando se eligen autoridades, muy poco participa la mujer. Ellas solamente escuchan, pero no participan. Entonces viendo todas estas cosas, he iniciado un proyecto de fortalecimiento de capacidades, de conocimiento de sus derechos en el tema de igualdad de oportunidades con enfoque de género, para que puedan cambiar y defender sus derechos", revela Huamán que ha viajado a muchas comunidades para fortalecer y empoderar a las mujeres indígenas. "Muchas de las mujeres a las que he capacitado en varios lugares ocupan cargos en su comunidad y muchas de ellas han llegado a ser concejales. Eso significa que ha habido una interiorización, una reflexión y un cambio de actitud en mis hermanas de las comunidades".

A raíz de la pandemia de Covid-19, se formó una Asociación Agropecuaria de productores de papa nativa orgánica, una gran cooperativa en la que están enmarcando la participación de toda la comunidad: niños, adultos, jóvenes y adolescentes. "En estos trabajos comunales uno aprovecha para hablarles sobre los derechos de la mujer, la igualdad de oportunidades con enfoque de género, y también participan los varones, conversando de las cosas que pasan en la comunidad; porque hacemos ver cuánto daño nos hace el machismo, cuánto daño nos hace la discriminación. Ningún cambio es de la noche a la mañana; es todo un proceso en el que tenemos que liderar con ejemplos. Tenemos mucho que hacer para que disminuya la violencia en las comunidades. Debemos empoderar a las mujeres indígenas, hablarles sobre sus derechos y cómo ellas desde sus roles protagónicos pueden aportarle tanto a la comunidad. Tenemos que valorar y visibilizar el trabajo de las mujeres y hablarles desde un enfoque de género", explica Huamán.

“El estado y sus instituciones reflejan el machismo también. No son consecuentes en la aplicación de las leyes. Por ejemplo, la policía suele buscar la culpa del lado de las mujeres o se solidariza con los asesinos”, recuerda Sabine Hentzsch, directora del Goethe- Institut La Paz. La tercera jornada de "El siglo de las mujeres" tendrá como eje temático el periodismo de género. Entre lo más destacado de la programación están "Del feminismo pop al feminismo interseccional: una incursión con la revista Missy, con la participación de la periodista y editora alemana Sonja Eismann; el debate entre la socióloga feminista Sonia Motaño, primera subsecretaria de asuntos de Género en Bolivia; la periodista venezolana Ariadna García y la comunicadora uruguaya Denisse Legrand, editora de Feminismos en La diaria, segundo diario más leído de Uruguay, y los videos de LasTesis, "Juntas, abortamos"; "MI(G)RADA DESPLAZADA", de la venezolana Malu Valerio; y finalmente un taller corto "Lenguaje visual" con Sonja Eismann.

El miércoles, durante la última jornada, se lanzará en España y América Latina Quemar el miedo, un manifiesto del colectivo LasTesis, publicado por la editorial Planeta. “El patriarcado es un juez que nos juzga por nacer. Nacer con vulva o sin ella, nacer disidente en el más y menos amplio de los sentidos, nos enlaza funestamente a la brutalidad. Todo lo que el patriarcado toca lo convierte en brutalidad –subrayan en un fragmento del manifiesto-. Y nosotras sabemos que pueden seguir inventando formas aún más crueles de matarnos”.

 

*Las actividades son gratuitas, con inscripción previa aquí.