San Lorenzo y Huracán igualaron 1-1 en el clásico interzonal de la fecha 4 de la Copa de la Liga, un partido vibrante al que le sobró pierna fuerte. El equipo de Diego Dabove llegó a los cuatro puntos en la Zona A, mientras que el de Israel Damonte, que no gana desde hace ocho encuentros, suma dos unidades en la B.

El de este sábado de trasnoche fue un clásico de desarrollo tradicional, con Huracán intentando desde la garra que caracteriza sus épocas de vacas flacas y San Lorenzo con un poco más de criterio en el manejo de la pelota, buscando aprovechar la jerarquía de alguna que otra individualidad.


Los primeros minutos fueron lo que habitualmente se denomina como "de estudio" cuando no se quiere decir que pasa poco y nada. San Lorenzo le buscaba la vuelta a una formación nueva, con los siete cambios que metió Dabove respecto a la caída 0-4 con el Central Córdoba santiagueño. Huracán, por su parte, con el orden como doctrina, veía cómo sus atacantes quedaban a la buena de algún dios cuando les llegaba la pelota.

Lo que sí pasaba, en cambio, era un concierto de patadones digno de un partido con tanto en juego. En esa materia la cosa llegó a estar 2-2, con Gordillo y Uvita Fernández (se salvó de la roja luego de cometer una infracción de calentura y sin pelota) repartiendo por el lado local y con Lozano y Mendoza ajusticiando rivales por la visita.

Tuvo que mandarse un macanón el pibe Lozano de Huracán para que se abra el marcador. El lateral del derecho quiso tocar con su arquero de volea una pelota aérea con mucho efecto y la dejó muerta para que el lungo Di Santo se vaya mano a mano. El de 1,93 metro y 31 años no se caracteriza por su velocidad pero era tanto el espacio que tenía que se tornó inalcanzable. Cuando le salió el arquero Meza, lo dejó fuera de acción con simpleza y definió de zurda hacia el arco libre para concretar un muy lindo gol, firmado por uno de los tantos nombres cuestionados de este San Lorenzo de la impaciencia.

Párrafo aparte para la acción del desafortunado Lozano. Si al defensor le salía la volea, habría que ver como reaccionaba Meza ante semejante bombazo -en apariencia- ya que el buen arquero de 20 años, en su segundo partido en Primera, tampoco estaba lidiar con tamaños compromisos. En el segundo tiempo, el uno se salvó de otro blooper cuando se pasó en busca de una pelota dentro del área frente a Uvita Fernández y, contra todo pronóstico, se recuperó y voló con elegancia para hacerse con la redonda.

Estaba todo dado para San Lorenzo, pero le falta confianza a este equipo en el incipiente ciclo de su DT. El dueño de casa entregó la iniciativa y la visita avanzó a fuerza de ímpetu y centros. A los 71 tuvo premio: Merolla cortó y salió jugando como un verdadero crack, abrió para la derecha con el ingresado Bonifacio que metió un centrazo para la palomita salvadora de Cristaldo.


Con el 1-1 el partido evolucionó. En un santiamén, Braghieri tuvo el cabezazo del triunfo pero el propio Cristaldo, que todavía no se había sacado la capa de superhéroe, salvó en la línea. Segundos después, de ese córner a favor, San Lorenzo quedó tan mal parado luego que Briasco se fue solísimo ante Devecchi, pero optó por abrirse y tirar un centro que festejó todo San Lorenzo. Una oportunidad clarísima por lado fue lo último que dejó este buen clásico, cuyo resultado estaba sentenciado.