La pandemia dejó marcado a fuego el concepto de nueva normalidad, que en definitiva es una manera pomposa para referirse al conocido: “es lo que hay, peor es nada”. Por ejemplo, después del parate del año pasado en las escuelas, hoy los padres firman los tres días a la semana de clases presenciales como si fuesen una beca de Harvard.

Lo mismo pasó con el colectivo, la medida de restricción de pasajeros entre las 7 y las 8:30 funcionó bien y las quejas fueron menores. Es que después del 2020 tan particular que pasó, la administración pública se acomodó inmediatamente con los empleados y los horarios, lo mismo que el comercio. En cambio el sector de las empleadas de casas particulares que no pudo adaptarse por las características propias del trabajo, ya fue autorizado a viajar a partir del lunes. Todo vale en la nueva normalidad, y todo se acepta, con tal de no retroceder a fase uno, como puede suceder si llega la segunda ola. 

Igual, que se acepte no significa que se acate. La prohibición de circular de 2 a 6 de la mañana, se cumple de lunes a miércoles, se relaja el jueves y estalla el fin de semana con un movimiento digno de la pre pandemia, que a falta de boliche, encuentra destino en las fiestas clandestinas, que se denuncian cada vez menos.

Por eso en medio de normalidades que no lo son, fue cuanto menos particular el empeño del gobierno de comunicar reiteradas veces que en este enero y febrero no hubo niños muertos por desnutrición. Lo que debiera ser algo normal se destaca como extraordinario.

Es que las muertes de niños en el norte provincial había adquirido un estatus de “normal anormalidad”, como brutalmente lo dejó expuesto la ex ministra de Salud, Josefina Medrano, durante una entrevista en la que admitió que “no es de hoy que los chicos mueren en esta época del año, hace muchos años que sucede esto en la provincia". Lo dijo en medio de una de las peores crisis sociosanitarias de los últimos tiempos con decenas de chicos fallecidos por malnutrición.

Entonces tomando como base ese parámetro, que en este verano no hayan muertes por desnutrición para el gobierno se convirtió en un motivo de vuelta olímpica alrededor del Grand Bourg, que seguramente no la dan por miedo a encontrarse a un docente autoconvocado agazapado entre los yuyos, esperando el momento oportuno para colarse en la oficina de Matías Cánepa.

Pero la conclusión de todo esto es que con trabajo y recursos se pueden conseguir logros inmediatos. Los fondos enviados por Nación, la perforación de nuevos pozos de agua y el fortalecimiento y optimización del sistema de Atención Primaria de Salud, para llegar a tiempo con las alertas, pusieron un coto en este 2021 al luctuoso panorama del norte salteño.

Para el recuerdo queda que el ex gobernador Urtubey arrancó su último año de gobierno en enero del 2019, destacando que la provincia había logrado bajar sus indicadores de mortalidad infantil a una tasa del 9.6 por cada mil niños nacidos vivos; y a 1.5 por 10.000 la tasa de mortalidad materna.

El problema entonces estaría siendo el 2020, que quedó huérfano de responsables de las, por lo menos, 13 muertes. Los que se fueron no se hicieron cargo porque ya no estaban, y los que llegaron jugaron la carta de la “pesada herencia”, responsabilizando (sin decirlo explícitamente, porque lo cortés no quita lo valiente...) a Urtubey y su troupe.

En conclusión, los fallecimientos dejaron al descubierto la desprolija transición entre una gestión y otra. Ya que en esos días de diciembre  de 2019 el foco del gobierno estaba  puesto en acomodar a los nuevos funcionarios y rajar a quienes no comulgaban con el saencismo, dejando vacantes varios puestos claves que llevaron a una parálisis de políticas que se venían implementando hasta ese momento.

El tema es que esta lógica de bolsa de trabajo se aplicó justo en la previa de los meses “de la época del año en la que mueren chicos”, y el resultado fue brutal. Ojalá que en los años que le quedan de gobierno a Gustavo Sáenz, se logre avanzar en cambiar de manera estructural la situación de las comunidades originarias, para que puedan desarrollarse en sus lugares y que no sea necesario controlarlos periódicamente para verificar que no hayan caído en riesgo nutricional. Otra normal anormalidad aceptada desde hace años y hasta considerada como una exitosa política sanitaria.

Pero atentos a que esa tarea de cambio estructural para revertir décadas de postergaciones demandará varios años, en medio se seguirán dando transiciones de una gestión de gobierno a otra. Por lo que para evitar un nuevo desbande mortal, quizás sería interesante modificar la fecha de asunción del gobernador, para que en vez del 10 de diciembre sea, por ejemplo, el 1 de marzo y de esta manera arrancaría el nuevo mandatario luego de los dos meses más difíciles y, tal como parece va a suceder, con la Legislatura en funcionamiento.

La forma de conseguir eso es mediante una modificación de la Constitución, pero para la programada para este año ya lamentablemente se cerró el temario.

Quiebre de cintura y ooooleeeee

"El hombre es bueno por naturaleza, pero la sociedad lo corrompe", decía Jean Jaques Rosseau. El general Perón lo simplificó con un “el hombre es bueno, pero controlado es mejor". Se desconoce si los que proponen la limitación a la duración de los mandatos electos y la inamovilidad de los jueces de Corte son rousseaista o peronistas, pero por ahí estaría yendo la discusión.

Básicamente lo que se argumenta es que más tarde o temprano, indefectiblemente, las virtudes de los gobernantes o legisladores se corrompen, se esfuman, o ambas cosas. Entonces para que hagan el menor daño posible hay que eyectarlos a los ocho años.

En el caso de los jueces es al revés: como no están de por vida, si ahora quieren seguir en el cargo despues de cumplir los 6 años de mandato, dependen de las ganas y los designios del gobernador. Entonces para eso los magistrados fallarán según las conveniencias del mandamás de turno, y así podrán evitar quedar desempleados y tener que postularse a un plan social Potenciar para poder llevar el puchero a la olla.

Entonces, si partimos de la base de que los cargos son ocupados por inescrupulosos no aptos para el puesto y que solo se postulan para hacer plata, es efectivamente positivo que no se les permita quedarse a vivir en el cargo. Más como una medida de autoprotección ciudadana, que de republicanismo.

Pero esa condición maligna del gobernante o juez, que se percibe como una especie de destino trágico, en realidad sería óptimo que no suceda. Y eso se consigue no con una limitación de mandatos, sino haciendo funcionar correctamente los mecanismos de control y sanción, para que se aplique alguna vez en la historia el famoso “la patria se lo demande”.

Igualmente en la semana del cumpleaños del burrito Ariel Ortega, Saénz lo quiso homenajear tirando un amague como los que hacía el jujeño, y el viernes se desmarcó de su propuesta de reponer la inamovilidad de los jueces de Corte y afirmó que “Desde ya les digo, no estoy de acuerdo con la perpetuidad en nada, menos en los cargos políticos, judiciales, ni de ningún tipo”.

En ese mismo instante Angela Merkel tuvo la certeza de que Salta no es un lugar apto para desplegar sus correrías, como las que viene haciendo desde el 2005 en Alemania. Por el contrario la que se quedó sin certezas es la legión de militantes de la reforma formada por el oficialismo, ya que ahora esperan directivas sobre que decir y que hacer sobre los jueces de la Corte.

Candidato que madruga liga acto

Y mientras desde el gobierno avisan que con los contagios de Covid estamos como en Agosto del 2020 (o sea pre colapso) y que el Hospital Papa Francisco funciona con la terapia bajo un sistema de cama caliente (sale uno y ahí nomás entra otro), las elecciones siguen firme el 4 de julio.

“Dime con quien andas y te diré que eres”, más o menos así dice el refrán. Entonces en la práctica sería: si estás con el gobernador en el palco durante una entrega de casas, eres candidato. 

Para el acto del viernes por la entrega de las 95 viviendas de Pereyra Rosas se anotaron el senador Jorge Soto; los diputados Ignacio Jarsún, Javier Diez Villa y Mónica Juárez; el concejal Ángel Causarano y Frida Fonseca. El parte oficial, para no aburrir, liquidó la enumeración de personajes con un “entre otros”, que incluía a quienes llegaron tarde al acto, pero que igualmente entregaron unas llaves, una carpeta con la escritura e hicieron la foto pal Face.

Hasta que arranque oficialmente la campaña o la pandemia lo permita, los palcos de cualquier acto oficial de Sáenz, especialmente si son inauguraciones o similares, tendrán más gente arriba que abajo. Retomando cada dos años este tipo de actividades su característica de acto de campaña más barato del mundo para los candidatos.