El 11 de marzo, el día en que Astor Piazzolla cumpliría cien años, Escalandrum lanzará un nuevo disco. Se llama 100 y, naturalmente, está dedicado a la obra del gran compositor y bandoneonista. El mismo día, a las 20 en el Teatro Colón, la banda presentará algunos de las novedades en un concierto homenaje que contará además con la presencia de Chango Spasiuk, Gustavo Bergalli, Elena Roger, Jairo y Raúl Lavié. Una vez más, el sexteto que encabeza Daniel “Pipi” Piazzolla traslada la música del abuelo Astor al territorio del jazz. O tal vez sería mejor decir que, con su dinámica jazzera, Escalandrum eriza hasta el límite el gesto piazzolliano, que lleva en su ADN mucho de jazz. Lo supo hacer con Piazzolla Plays Piazzolla, aquel pluripremiado disco de 2011 que colocó a la banda en un lugar destacado en el panorama del jazz local y abrió puertas hacia el escenario internacional. Y un poco también con 3001– Proyecto Piazzolla, con la cantante Elena Roger, de 2016.

“Estos diez años de tocar continuamente la música de Piazzolla nos dieron las herramientas para afinar nuestra búsqueda”, dice Nicolás Guerschberg, pianista y arreglador de Escalandrum. “En este sentido, pudimos investigar, profundizar y sobre todo liberarnos de la carga que en su momento significó para nosotros abordar la música de Piazzolla. Hoy podemos hacerlo con más libertad y soltura”, asegura.

100 es el decimocuarto trabajo discográfico del sexteto, que desde su nacimiento, hace 22 años, mantiene la misma formación: “Pipi” Piazzolla, Guerschberg, Damián Fogiel en saxo tenor, Gustavo Musso en saxos alto y soprano, Martín Pantyrer en saxo barítono y clarinete bajo, Mariano Sivori en contrabajo.

En este trabajo se incluyen once temas de Astor. Además del rescate y elaboración de un solo interpretado por el mismo bandoneonista cedido por Osvaldo Acedo, el artífice de los históricos estudios Ion, donde solía grabar Piazzolla y donde Escalandrum grabó parte de este disco. Se trata de una toma de la introducción a la Suite Troileana, que Piazzolla había grabado fines de los ’70 y dormía el sueño de los justos.

Precisamente la versión de Suite Troileana, obra en cuatro partes que Piazzola grabó en Milán en 1976, con Antonio Agri y sesionistas italianos, es uno de los momentos más atractivos de un disco que incluye temas poco frecuentados, como “Muralla china”, “Soledad” y “Milonga en Re”. También está “Adiós Nonino”, revisitado en aquella primera exploración de una década atrás. Ahora se propone en una versión que, en su capacidad de sintetizar las versiones históricas del tema, refleja la familiaridad del grupo con la música de PIazzolla.

“Hace diez años teníamos una especie de miedo reverencial hacia la música de Astor, una forma excesiva de respeto”, explica Guerschberg. “Hoy el respeto es el mismo, pero la madurez nos ha dado un sentido de libertad que nos coloca en otro lugar. Por eso nos animamos a abordar la Suite Troileana, que si bien es una música naturalmente cercana a una banda como Escalandrum, es una obra compleja en muchos sentidos”, agrega el pianista.

En la introducción de su versión de la Suite Troileana, Escalandrum cuenta con el mismo Astor como “invitado”. “Osvaldo Acedo tenía en Ion una toma alternativa de Piazzolla tocando la introducción de “Bandoneón”, el primer número de la Suite. Había quedado de una grabación que hicieron con el Octeto Electrónico, creo que para utilizar en un playback en la televisión, pero era muy distinto al de la grabación italiana”, cuenta Guerschberg. “En general, Piazzolla improvisaba mucho y nunca tocaba de la misma manera esa introducción, que es una cadencia muy libre. Para hacer el arreglo fui cotejando el solo con la partitura original, escribí algunas partes para tocar sobre eso y, como siempre, todo terminó de redondearse en el estudio de grabación. Fue muy duro, pero también emocionante: cuarenta años después estábamos por ‘tocar con Piazzolla’ en el mismo estudio”, repasa el arreglador.

Las sesiones de Ion tuvieron lugar en agosto del año pasado, apenas los protocolos sanitarios lo permitieron. De ahí, además de la Suite Troileana, salieron “Adiós Nonino” y la formidable versión de “Michelangelo 70” que cierra el disco. El resto de los temas se habían grabado en Londres en 2017, en los estudios de Abbey Road, cuando Escalandrum registró la música de lo que fue Estudio 2, el anterior disco del sexteto. “Como llegamos a grabar con la música muy tocada, hicimos todo rápido y de las dos jornadas que habíamos reservado nos quedó toda una tarde libre. La aprovechamos para grabar la música de Piazzolla, todavía sin saber muy bien para qué nos iba a servir”, recuerda Guerschberg.

Como pianista y arreglador de Escalandrum, Guerschberg abordó la música de Piazzolla combinando el sexteto también con cantantes y con orquesta. “Arreglar para Escalandrum es crear un espacio propicio para la improvisación. Hace mucho que tocamos juntos y nos conocemos muy bien, eso me permite arreglar sabiendo qué puedo obtener de cada uno. Después cada solista pone de lo suyo, porque somos un grupo de esencia jazzística y la música se redondea en la ejecución”, explica Guerschber. “Piazzolla tiene una identidad muy fuerte, que es necesario mantener de alguna manera para que el arreglo no invada y desdibuje el original. Está claro que hay un 'sonido Piazzolla', aunque su obra sea muy variada. Trato de mantener esos rasgos que son característicos de su música. Llamálo esencia, o como quieras”.