Según estadísticas de la provincia, en 1991 el departamento Orán contaba con algo más de 100 mil habitantes. Para 1996, el Hospital San Vicente de Paul, de referencia del departamento, tenía 1020 trabajadores. En 2021, según las proyecciones del INDEC, el departamento alcanzó 164.544 pobladores. En el Hospital, en tanto, son solo 750 los trabajadores que se desempeñan para hacer funcionar el sistema. O sea que mientras la población aumentó en más de un 60%, el Hospital quedó con 270 trabajadores menos.

El relevamiento que denota la pérdida de trabajadores fue realizado por la seccional de ATE en Orán que el lunes último realizó una caravana para reclamar por la estabilidad laboral de quienes cumplen tareas en la institución hospitalaria. Julia Pizola, la secretaria general de la entidad gremial en Orán, contó a Salta/12 que los reclamos se originaron ante la profundización de la política de retracción que continúa la actual gestión provincial, y que viene desde hace años. Por el momento, en el Hospital 75 hay personas que se desempeñan con los llamados “contratos Covid”, quienes “funcionalizan el Hospital y perderlos es impensable”.

Otros contratados con figuras mucho más precarias fueron desafectados. No hubo reclamos (el silencio se sostiene con la promesa de volver a ser convocados para trabajar), pero Pizola aseguró que hay unos 20 trabajadores menos desde febrero. Entonces “se redistribuyó la tarea para recargar a los trabajadores”, por lo que alguien que se desempeña en servicios generales “pasó a hacer de 120 a 180 horas semanales para cubrir ese déficit”, indicó la gremialista.

A la falta de recurso humano se agrega la presencia de trabajadores contratados que “hace cinco meses que no cobran”, pese a estar con recarga de trabajo debido a la pandemia. “Sus hijos empezaban con las clases presenciales y no tenían con qué comprarles las cosas”, dijo Pizola.

La médica sumó los incumplimientos a los compromisos de estabilidad laboral para quienes esperan pasar a designación temporaria y a planta. Por otra parte, la disparidad de contratos, termina generando una situación de discriminación entre los trabajadores. Y es que según el contrato que tengan, perciben un monto distinto pese a realizar iguales tareas. “Ahora está el temor de perder esta semifuente de trabajo cuando cumplen con horarios, y con la guardias”, dijo Pizola al referirse a lo que pueda suceder al 31 de marzo próximo. Esa es la fecha estipulada por el Ministerio de Salud para dar fin a los contratos Covid.

Contratados sin el 12.5% de incremento

Frente a la falta de percepción del aumento del 12.5% en sus facturas, quienes trabajan bajo contrato en el Hospital San Bernardo iniciaron protestas el viernes último. Ayer, en una asamblea, decidieron que si hasta pasado mañana no hay respuesta al reclamo de aumento, decidirán las medidas de fuerza a seguir.

El secretario gremial de ATE, Víctor Chuquisaca, explicó que en este caso en particular, las anteriores gestiones a cargo del Hospital habían decidido erogar el dinero correspondiente para equiparar a los contratados con los aumentos percibidos por trabajadores de planta y con designación. “No sabemos si es dinero del recupero que hace el Hospital, o el dinero que envía el Ministerio de Salud”, dijo el gremialista al explicar que el problema se produjo porque esta vez, ese incremento no se aplicó.

El 12.5% de mejora que se reclama se compone de un 4,5% acordado con el gobierno para cerrar las paritarias de 2020, y un 8% más correspondiente a febrero, y forma parte del 36% de aumento acordado con la provincia. Cuando los trabajadores facturaron según esos incrementos los mandaron a refacturar con los valores de salarios que tenían a mitad del año pasado. Ayer hubo reuniones con el gerente del Hospital, Pablo Salomón, quien, según dijo Chuquisaca, se comprometió a hacer las gestiones ante el Ministerio de Salud para lograr que los contratados puedan cobrar este porcentaje. El gremio también elevará la solicitud pertinente a la cartera sanitaria.

Otros contratados que tampoco reciben este incremento son aquellos que se desempeñan como monotributistas en otros servicios de salud y cuyo regimen de pago está muy por debajo de lo percibido por un trabajador de planta. Chuquisaca afirmó que en muchas ocasiones, este contratado cobra la mitad de lo que percibe alguien de planta. “Por eso es que pedimos que regularice a todos los trabajadores”, concluyó.