Tras la reapertura para celebrar el centenario de Astor Piazzolla, el Teatro Colón presentó la programación pensada para 2021. Sin aventurarse en ciclos de abono y con el aforo reducido de acuerdo a las normativas sanitarias vigentes, la temporada en tiempos de Covid 19 propone un prudente paso a paso y acota su propuesta a una fuerte presencia de intérpretes nacionales, aunque una vez más los repertorios propuestos relegan olímpicamente las obras de compositores argentinos. En este contexto se anunciaron cinco producciones líricas y tres ballets, además catorce conciertos de la Orquesta Filarmónica –que este año celebra su 75° aniversario– y para agosto un “Festival Beethoven” con la gran pianista Martha Argerich y el director suizo Charles Dutoit. También están previstos siete recitales de “Grandes Intérpretes Internacionales”, siete conciertos de la Orquesta Estable, tres del Coro Estable, los ciclos “Mujeres en Música”, “Grandes Pianistas”, “Recitales 2021” –con artistas nacionales– y “Colón Contemporáneo”. La programación no menciona al Centro de Experimentación ni a la Ópera de Cámara, excluidos incluso de la página web del teatro.

En su apertura, el 27 de abril, la temporada lírica no tendrá una ópera sino una miscelánea de páginas en estilo representativo de Claudio Monteverdi. Altri canti, con puesta en escena de Pablo Maritano y dirección musical de Marcelo Birman, contará con la participación de un sólido elenco cantantes argentinos encabezados por Oriana Favaro, Daniela Tabernig, Martín Oro y Víctor Torres. Resulta curioso constatar que de los títulos que componen el segmento más tradicional de la programación del Colón sólo dos responden a los cánones operísticos establecidos: La Finta Giardinera, de Wolfgang Amadeus Mozart, una coproducción con el teatro Carlo Felice de Génova (en octubre), y El cónsul, de Giancarlo Menotti, con la dirección escénica de Rubén Szuchmacher (noviembre). Dos títulos, si se quiere, menores. La puesta en escena del oratorio Theodora de Handel, sobre una versión dramatúrgica de Alejandro Tantanián, y el inefable tándem Cavalleria rusticana - I Pagliacci en versión de concierto, con la dirección musical de Carlos Vieu, completan la propuesta. Si poner en escena un oratorio barroco podría despertar cierta expectativa, presentar dos títulos emblemáticos del populismo canoro como los de Leoncavallo sin puesta en escena, es como si de un suculento plato de pastasciutta se ofreciera sólo el tuco (ni hablar de pecorino romano).

Para el 7 de agosto se anunció el inicio del Festival Beethoven 2021, que tendrá como protagonista a Martha Argerich, con la participación de Charles Dutoit al frente de la Orquesta Estable del Teatro Colón y de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Sin mayores especificaciones se anuncia un festival de dos semanas, que con la integral de los conciertos para piano y orquesta de Beethoven con núcleo ofrecerá también música de cámara y recitales, además de la participacaión de Annie Dutoit-Argerich –hija de la pianista y el director, interpretando La historia del soldado de Igor Stravinsky.

El Ballet Estable, a cargo de Paloma Herrerra, ofrecerá en mayo un programa mixto, que incluirá Itinerario Piazzolla, un homenaje al compositor centenario con coreografía de Alejandro Cervera. En agosto llegará el clásico Giselle, del compositor francés Adolphe Adam, con coreografía de Gustavo Mollajoli. Para diciembre se anuncia La bella durmiente de Tchaikovski, con coreografía de Mario Galizzi y dirección musical de Ezequiel Silberstein.

El Ballet Estable presentará en diciembre La bella durmiente

El ciclo de la Filarmónica comenzará el 29 de abril, con La canción de la tierra, de Mahler, bajo la dirección de Enrique Arturo Diemecke y la participación de los cantantes Guadalupe Barrientos y Gustavo López Manzitti. Alejo Pérez en julio y Josep Vicent y Baldur Broniman en octubre, serán algunos de los directores invitados. También en octubre estará en el podio de la Filarmónica Federico Jusid, que ofrecerá un programa de compositores argentinos y el estreno de Bidaia, su concierto para acordeón y orquesta. En materia de solistas, destacables son la pianista María Joao Pires (en octubre), que interpretará música de Mozart, y la violinista Midori (noviembre), que abordará Bach. En mayo, Iván Rutkauskas y Fernando Ciancio interpretarán el Concierto para piano, trompeta y cuerdas de Dimitri Shostakovich y en octubre Alexander Romanosky ofrecerá el Concierto para piano y vientos de Igor Stravinsky.

Reducida la temporada lírica, el ciclo Grandes intérpretes incluirá numerosos cantantes. En junio estarán la vasca Ainoha Arteta y venezolana Nancy Fabiola Herrera; en julio la soprano alemana Diana Damrau y el bajo francés Nicolás Testé; en octubre la estadounidense Sondra Radvanovsky, mientras que Kristine Opolais actuará en octubre y Elena Maximova en noviembre. En septiembre el escritor italiano Alessandro Baricco presentará su recital Sul Tempo e sull’Amore y en noviembre cerrarán el ciclo los Moscow Virtuosi. El ciclo Colón contemporáneo comenzará en fecha a definir con un concierto que reunirá estrenos de Marcos Franciosi y Juan Carlos Tolosa, entre otros, que sonarán junto a la proyección de películas experimentales de Man Ray, Picabia, Cocteau y otros. Oboe y cuerdas, interpretado por Néstor Garrote y el SixPiccato Ensamble, con obras de Benjamin Britten, Isang Yun, Toru Takemitsu y Luciano Berio, será en setiembre. Del mismo Berio se presentará en octubre Laborintus II y en noviembre Marcela Roggeri interpretará el Concierto para piano y orquesta de cámara de Sofía Gubaidulina.

Este concierto entra también en el marco del ciclo Mujeres en música, que en mayo incluirá además el de la flamante asistente de dirección de la Filarmónica, Natalia Larangeira, que entre otras cosas interpretará música de Luigi Nono. El ciclo Grandes pianistas presentará a Homero Francesch, Javier Perianes, Kate Liu y Bruno Gelber, mientras que “Recitales 2021” ofrecerá a lo largo del año un panorama de la canción de cámara, con una variada selección de cantantes y pianistas argentinos.

Gerard Mortier, el experimentado director artístico belga, decía que una programación debía responder a tres cuestiones: por qué, para qué y para quién. La propuesta para este año del Teatro Colón, que maneja un presupuesto de más de 2 mil millones de pesos, no asiste a estos interrogantes. Son demasiados los momentos artísticamente previsibles y poco claros conceptualmente.