Aldosivi juega, o por lo menos lo intenta, a imagen y semejanza de Fernando Gago, de lo que expresaba en la cancha cuando era futbolista. Aldosivi, como Gago, quiere ser prolijo, atildado, pretende pararse bien en la cancha, salir jugando desde atrás, no tirar pelotazos a cualquier parte, cuidar la pelota como una herramienta imprescindible. 

En el primer tiempo de su partido contra San Lorenzo dejó señales claras de cual es su brújula. Indacoechea, Grahl, Braida, Gil Romero e Iñíguez armaron circuitos de toque corto, que desorientaron a San Lorenzo y le permitieron ejercer un clarísimo control del juego.  Es cierto que le faltó pimienta ofensiva para traducir ese mejor juego en llegadas claras, pero en una acción de pelota parada encontró el gol que le dio la diferencia hasta ahí muy merecida. Grahl, especialista en la ejecución de tiros libres, le dio desde la derecha con la cara externa de su botín zurdo y se coló en el segundo palo. Monetti que había insinuado un leve movimiento para cubrir el primer poste, no tuvo reacción para evitar que el balón se colgara de un ángulo.

“Una derrota no nos va a hacer cambiar nuestra idea de juego”, había dicho Gago después de la caída ante Central Córdoba de Santiago del Estero, producto de algunos errores defensivos por querer jugar, desde abajo. Y da la sensación de que esa confianza que les da a los jugadores es muy grande porque en esa primera etapa, por lo menos, se hizo evidente la fortaleza de esos conceptos de juego.

San Lorenzo, que había arrancado con una línea de cinco, cambió la estructura en el segundo tiempo, pobló mejor el mediocampo, ganó con los ingresos del Torito Rodríguez y Julián Palacios y empezó a acercarse hasta el arco rival como no lo había hecho en todo el primer periodo, salvo por un par de remates de media distancia.

“Los rivales también juegan”, dijo con razón Gago al final del encuentro tratando de explicar las llegadas del equipo de Dabove. Pitón, Gattoni, Angel Ronero y Palacios participaron en el final de barias jugadas que pudieron terminar en u n empate que no le quedaba muy mal al partido. Aldosivi, con buen juego, había sido más en el primer tiempo; San Lorenzo, embarullado pero con mucha vocación ofensiva, había sido más en el segundo y no extrañó entonces que Di Santo clavara el empate después de un buen centro de Palacios, el mejor del equipo.

Pero al partido que en líneas generles le habían faltado emociones estalló en ese tramo final. Después del 1 a 1, San Lorenzo fue a buscar la victoria que tanto necesitaba y casi la logra en una jugada que dejó alguna margen para la polémica en un supuesto penal. Y sin embargo terminó perdiéndolo en una contra letal que le permitió a Contreras llegar mano a mano con Monetti y definir de zurda.

¿Demasiado castigo para San Lorenzo? Puede ser ¿Demasiado premio para Aldosivi? También puede ser. Pero lo innegable es que el modesto equipo marplatense dejó la marca de su juego en el primer tiempo, se dio cuenta que jugando así no le va a ir mal y eso casi vale más que los tres puntos conseguidos.