En la madrugada de este jueves salió rumbo a Moscú un nuevo vuelo para traer otra partida de Sputnik V. En el aeropuerto de Sheremetyevo está disponible la novena partida de vacunas y, como ya es habitual, la cantidad de dosis no se sabe todavía: depende de factores como la provisión y el embalaje. En las últimas horas se confirmó también que el domingo a las siete de la mañana llegan 218.400 dosis de la vacuna de Oxford/AstraZeneca, provistas por el programa Covax de la Organización Mundial de la Salud.
En el caso de la Sputnik, el gobierno argentino intentará que la mayor cantidad sea de la dosis 1, porque como lo están disponiendo casi todos los gobiernos, la estrategia es inmunizar todas las personas posibles con la dosis 1, posponiendo la dosis 2. En el caso de Oxford/AstraZeneca las dos dosis son iguales, de manera que todas esas vacunas se utilizarán en personas no vacunadas.
Pese a que la oposición parece tener como consigna “no hay vacunas y nos vamos a morir todos”, el flujo de dosis se mantiene bastante constante. La Argentina no está entre los países centrales de enorme billetera -Estados Unidos pagó más de 40.000 millones de dólares a los laboratorios y Europa 21.000 millones de euros-, pero logró cierto ritmo y con la llegada de estas dos partidas superará ampliamente la cifra de cinco millones de dosis.
Las negociaciones con el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF) y el Instituto Gamaleya están a cargo de la ministra Carla Vizzotti, la asesora presidencial Cecilia Nicolini y a veces hasta interviene el propio presidente de la Nación, Alberto Fernández. Como anticipó Página/12, el noveno vuelo se concreta antes del fin de semana. Hasta ahora, la partida más chica fue de 220.000 vacunas y la más grande fue de 700.000, de manera que la cantidad de dosis estará en ese rango. El viernes un avión de Aerolíneas trajo 330.000 y el lunes otro avión trajo medio millón.
Desde hace días, el Gobierno nacional sabe que recibirá la partida de Covax, un programa de la OMS cuyo nombre proviene de las palabras colaboración y vacunas (vax). La Argentina le compró y pagó a Covax nueve millones de dosis, pero como ocurrió en todos los casos, la provisión es tardía y exigua: hay falta de vacunas y los países centrales se quedan con la casi totalidad. El programa Covax intentaba igualar las oportunidades de los países en el acceso a las dosis. En ese sentido, empezó proveyendo a algunos países africanos que no habían recibido ni una sola. Las dosis que llegan el domingo a las 7 provienen de Holanda.
Están pendientes tres vuelos a China a buscar tres millones de vacunas de Sinopharm. El contrato está firmado y las dosis se supone que están disponibles, pero hay un retraso por problemas de embalaje -se necesitan cajas especiales, que no son fáciles de conseguir- y hay una demora en la documentación. En la Casa Rosada también están a la expectativa con la esperada autorización de la Anmat para que la Sinopharm se aplique a mayores de 60, tal como se hace en China, Pakistan y Senegal.
La otra provisión pendiente también es de Oxford/AstraZeneca. En febrero se acordó la compra de dos partidas de 580.000 dosis. Llegó la primera y la segunda iba a venir en marzo. Por ahora no llegó pero hay chances de que el envío llegue en los primeros días de abril. Estas vacunas vienen de India y tienen la marca Covishield. Después, ya a mediados del mes próximo, empezarían a llegar las dosis de Oxford/AstraZeneca cuya parte activa se fabricó en Argentina, en el laboratorio mAbxience. El final de la fabricación y el envasado se hace en México, donde hubo problemas para conseguir unos filtros que son imprescindibles para la producción y que Estados Unidos bloqueó la exportación. Tras una gestión del canciller mexicano, se pudo superar el obstáculo, pero debido al retraso AstraZeneca puso a disposición una fábrica en Estados Unidos. Eso explica que las primeras dosis vengan del país del norte y, desde la segunda partida, las vacunas llegarán desde México. El primer embarque a la Argentina, después del 15 de abril, será de 900.000 dosis.