"Soy la construcción de un montón de cosas, incluidos mis propios errores. Echando la vista atrás podría decirte que empiezo a formarme como a los 15 años, cuando se establecen mis gustos y ahí comienzo a reafirmarme en todo. Cuando digo en todo me refiero desde una cuestión de género, hasta los gustos personales o incluso saber lo que quería estudiar", relata la periodista española Valeria Vegas sobre la construcción de sí misma. Vegas se licenció en Comunicación Audiovisual, y empezó trabajando como ayudante de producción para televisión. En el 2015 publicó un libro sobre actrices del cine español y a la vez comenzó a escribir para distintos medios, con mayor asiduidad para Vanity Fair. "A lo que yo hago lo llamo en broma arqueología del espectáculo, ya que me dedico a rescatar o rememorar hechos pasados que a veces fueron míticos y otras muchas veces pasaron inadvertidos. Soy mujer de pocas ambiciones pero muchas ilusiones", describe.

¿Qué feminidades crees que marcaron la construcción trans en España?

Para toda España está la figura de Bibiana Fernández, quizás porque es la primera a la que se le acuña el término trans y pronto destaca por su belleza y saber estar. Qué duda cabe que es una trabajadora incansable que como decimos en España, tuvo que aguantar carros y carretas. Por otro lado se encuentra Carla Antonelli, que abarca la función activista, pese a que sus inicios también fueron como artista. Qué duda cabe que España estaba necesitada de una persona que alzase la voz y direccionase en un sentido el deseo de muchas. Y por otra parte estaba Cristina La Veneno, que aunque no es ni activista ni una artista formada a pulso, ocupa un lugar destacado a la hora de representar también una parte del colectivo, con sus problemas y su jerga particular. No se la puede invisibilizar. Las tres son muy distintas, como igual de distintas son entre sí las mujeres biológicas.

Contame sobre La Veneno... una figura muy potente.

¡La Veneno era salvaje! Era la ley de la calle su propia ley. Fíjate que lo que más me sorprendía de ella era su sentido del humor incluso en las mayores adversidades. Siempre tenía una broma o un chiste por delante, para la situación más amarga. También te digo que era muy contradictoria. Y sin apenas rascar en ella, si querías ver de verdad a la persona y no al personaje, enseguida adivinabas una falta brutal de afecto. Esa fue su lucha y en parte su error. El buscar el amor, la pareja, al precio que fuese, por encima de ella y su salud mental. Y vuelvo a remitirte lo mismo, ante eso, no había consejo que le valiese. Era de hacer caso omiso.

¿Cómo fueron tus primeros encuentros con ella en su etapa en Valencia, tu tierra natal?

Cuando yo las visitaba en su casa -fueron varias visitas como quien va a tomar el té en lo de alguna amiga, tía- la Paca fue como una madre, siempre tenía la heladera llena, había merienda y La Veneno le pedía que sacara los álbumes de fotos que la dueña de casa atesoraba y se desvivía porque mis ocasionales amigues la vieran en todo su esplendor. Yo era fanática de ella, tan fanática que la veía como persona. Yo, periodista, le preguntaba cosas y ella estaba maravillada con contestármelas: ¿Es verdad que hiciste el festival erótico de Madrid con Marlene Mourreau? -Sí sí, pero esa Marlene Mourreau no valía una mierda!!, me contestaba ya en su "mundo veneno". En esa época (2006) es verdad que ella estaba muy apagada, muy tranquila. Ella se veía gordita al espejo y al enseñarnos esas fotos, "mira que guapa era yo" sentía ese reparo. Se nos pasaban las tardes hablando, horas y horas, ella estaba deseosa de hablar. Durante mucho tiempo La Veneno me pidió que le bajara programas para que se viera a si misma. Ella: ¡encantada! ¡Se la pasa viéndose en los DVDs!, se quejaba la Paca, que recuerda que Cristina llegó a su puerta con una mochilita.

¿Cómo fue la anécdota en la que Cristina apoyó tu nombre elegido?

Ella siempre quiso que yo me llamara Victoria, pero yo tengo una prima segunda que se llama así y ¡no quería ser la segunda o la que no era de verdad! También me gustaba el nombre Marta, pero ¡también tengo una prima Marta! Al final me dijo... Valeria... suena latino, sudamericano, ahora se lo están poniendo las sudamericanas, como la Valeria Mazza, ¡me gusta!

¿Se puede contar semejante historia en 8 capítulos?

Muchxs se preguntan eso y yo siempre digo que si está bien contada una historia, no importa su duración; puede ser una película de una hora y media, como la última sobre Judy Garland, que está perfecta y ¡la recomiendo fervientemente! No quise ver los últimos 10 minutos del capítulo estreno de Veneno porque me traslada a momentos a los que no quiero ir, ya me tocó verlo completo antes del estreno y quedé muy ansiosa, muy ansiolítica, ¡Gracias al inventor del Valium!

¿Se siguió a rajatabla el styling original de La Veneno?

La ropa espléndida de La Veneno tuvo que ser recreada tal cual; la serie tiene un altísimo presupuesto de vestuario y se logró; es imposible que se usara la ropa original de La Veneno, primero porque quizás las actrices no tienen esa misma talla y otra es porque ¡la ropa de La Veneno terminó esparcida en todo el mundo! La familia no quiso tener sus pertenencias, yo terminé con un vestido que ella usó en Torremolinos y me lo entregó para que se lo lavara y a los días murió... así que lo tengo yo. Los objetos, lo material me da lo mismo, tengo tantos recuerdos como abrir el ascensor por primera vez y verla tan contenta, no me lo olvido nunca. Cristina también me regaló una foto muy rara, la tengo en Valencia, tiene el fondo color salmón, enorme, ella está cogiéndose los pechos (no recuerdo si los tiene o no tapados), muy guapa ella, un descarte de la sesión fotográfica para Primera Línea, una revista erótica española.

En una parte, La Veneno dice: luego te cuento de Romario (el futbolista brasileño) con un gesto muy de ella, que significa "me lo tiré”.

Lo más fuerte de esta serie es dar visibilidad... yo misma me cuidé un poco, y al final pienso que a esta serie la van a ver otros nichos de personas en todo el mundo, va a caer en manos de matrimonios, familias, chavales de 17 años...

¿Qué aprendiste de Cristina Ortiz La Veneno?

Aprendí el respeto, que era mutuo. Siendo polos opuestos sabíamos darnos consejos. Los suyos eran igual de prácticos que los míos, con la diferencia de que ella no seguía luego los consejos que le pudieses dar. 

Contame algo que La Veneno te hubiera contado y te shockeó

Ella fue a visitar a una compañera suya al hospital, que estaba muy enferma, y una vez ahí le dijo que cuando ella muriese, le iba a dejar su lugar en una rotonda muy bien posicionada. Y asi fue: esa mujer le dio casi lo mejor que tenía, su lugar de trabajo. Así las calles o esquinas donde se sitúan para prostituirse llegaban casi a heredarse: las más legendarias se lo pasan a las más jóvenes.

Me gustaría saber cuál es la situación socioeconómica de las compañeras trans en España y si existen grupos vulnerabilizados con una endeble paz económica como nuestras travestis.

En Argentina tenéis más arraigado el término travesti. Aquí en España se ha quedado como una jerga más callejera, más popular y los medios de comunicación ya lo han ido sustituyendo por trans. La situación en España la considero bastante positiva, simplemente a comparación de la última década, ni tan siquiera hace falta remontarse a hace cuarenta años, cuando para aquella generación, a las que yo denomino mis madres, veían imposible un cambio en el carnet de identidad o el contraer matrimonio, con todo lo que ello conlleva legalmente. Hay algo básico que queda por hacer y es la integración laboral. Y obviamente inculcar el respeto en la sociedad, pero en esto también se ha ido avanzando notablemente.

¿Conocés casos exitosos de mujeres trans que lograron integrase exitosamente en el mercado laboral español?

Pues mira, voy a comentarte el caso de Manolita Chen, una señora sobre la que dirigí hace un par de años un documental. Su figura en la España de los ´80 llamó la atención porque se hizo empresaria, montó su propio restaurante, y saltó a la popularidad por convertirse en la primera madre trans que adoptaba una niña en nuestro país. Sigue siendo un caso insólito, más aún teniendo en cuenta la época en la que estamos hablando. Ella era invitada a los debates televisivos para marcar esa diferencia. Eso sí, con respecto a esto te digo una cosa. La prostitución ha de ser siempre una elección, tan respetable como otra y donde la persona sepa asumir cualquier consecuencia, pero nunca ha de ser la única vía laboral a la que se vean destinadas las mujeres trans y ahí es donde radica la importancia de un apoyo gubernamental. Si no, los casos como el de Manolita seguirán siendo aislados.