Los jugadores de los All Blacks, el seleccionado de rugby de Nueva Zelanda, están inmersos en una cruzada contra su propia federación por un convenio publicitario que consideran que los perjudica. Por ese motivo, ya anunciaron que vetarán el arreglo que alcanzaron la federación neozelandesa (NZR) y el fondo de inversión estadounidense Silver Lake para adquirir el 15 por ciento de los derechos comerciales del equipo

El capitán de los All Blacks, Sam Cane, apoyado por sus compañeros Aaron Smith, Sam Whitelock y Dane Coles, así como el presidente de la Asociación de Jugadores (NZRPA), David Kirk, y la capitana de Black Ferns (seleccionado femenino), Sarah Hirini, entre los nombres más pesados, firmaron una carta dirigida a la NZR para oponerse al acuerdo, según confirmaron los medios de prensa neozelandeses.

De acuerdo a lo publicado por el diario el New Zealand Herald, la NZRPA amenazó con ejercer su poder de veto contra el convenio al que la NZR accedió a firmar al estar atravesando problemas estructurales de flujo de efectivo, situación que además se vio potenciada por la pandemia de coronavirus. Sin la aprobación de la Asociación de Jugadores, el convenio no puede ser rubricado.

La NZR confirmó hace unos días las negociaciones con el fondo de inversión estadounidense Silver Lake para la adquisición del 15 por ciento de los derechos comerciales, con una inversión de 322 millones de dólares. "Hemos llegado a la conclusión de que no concederemos la aprobación para la venta de eso derechos", determina la carta de ocho páginas enviada por Sam Cane, en la que los jugadores argumentan que "se pueden recaudar fondos sin vender parte de los derechos comerciales de NZR".