Vélez, a través de un integrante de su comisión directiva, fijó este viernes su posición respecto del allanamiento que tuvo lugar en la noche del jueves en el Polideportivo de la institución, donde la justicia porteña retiró documentación relacionada con una fiesta que realizó la barra brava en la zona del quincho.

Mariano Lizardo, secretario de actas y encargado del departamento jurídico de Vélez, afirmó a la agencia Télam que no se trató de una festejo prohibido. "No era una fiesta clandestina, sino una fiesta de cumpleaños cuyo permiso fue solicitado por un socio y autorizada por el club -con los protocolos correspondientes debido a la pandemia de coronavirus- como ocurre habitualmente, para usar las instalaciones del quincho", expresó el dirigente, que en cambio admitió que no hubo controles estrictos.

"Como autocrítica tenemos que decir que fallaron los controles en el ingreso. Hay personas de la agencia de seguridad allí, pero a nadie le debe haber llamado la atención que ingresaran entre 80 y 100 personas para ir a un quincho donde entran 500, y cuando a esa hora hay cerca de mil socios terminando sus actividades deportivas diarias", explicó Lizardo. El evento se dio en simultáneo el miércoles con el partido que el equipo de Liniers disputó y perdió con Banfield 3-2 en San Juan, por un lugar en la edición 2022 de la Copa Sudamericana.

"El desborde empezó cuando L-Gante (un músico de trap) empezó a tocar y se viralizó su actuación de inmediato, ya que es muy conocido en YouTube (videos con más de 3 millones de vistas) y ahí se empezó a juntar mucha gente en un lugar semi abierto", agregó el dirigente.

En cuanto al allanamiento de anoche, dispuesto por la fiscal Celsa Ramírez, quien imputó al presidente Sergio Rapisarda y al jefe de seguridad, Eduardo Capuchetti, por distintas contravenciones, Lizardo dijo que "no fue exactamente un allanamiento, del que nunca se avisa antes, sino que fue una inspección ocular y registro domiciliario acordado".

"Los esperamos acompañados por dos técnicos de nuestro sistema de seguridad y les dimos todo lo que pidieron: los videos correspondientes al horario solicitado y también el reporte magnético del ingreso de los socios", agregó Lizardo.

"Como institución deportiva, tenemos responsabilidad en lo que pasó, eso está claro. Pero no se trató de una fiesta clandestina de barrabravas, aunque después se sumaron algunos barras, como se vio en los videos. Los dirigentes estábamos en San Juan por el partido con Banfield, y eso también pudo haber influido en la falta de controles", sostuvo el dirigente.

A los directivos velezanos se los responsabiliza por los delitos de propagación de pandemia y desobediencia y también por una contravención denominada desvirtuación del rubro. "Hoy nos presentamos en la fiscalía para aportar pruebas y estamos tranquilos porque, si bien pudimos fallar en los controles, no ocultamos nada", remarcó Lizardo. "Por eso creemos que si hay una sanción, será una inhabilitación parcial del Polideportivo en el marco de la contravención por haber violado la habilitación otorgada".

En ese sentido, el dirigente confió en que no habrá una clausura del estadio o de otros espacios del club. "De ninguna manera corren riesgo las demás instalaciones del Polideportivo, como canchas y espacios por las diversas actividades, y mucho menos el estadio José Amalfitani", subrayó el directivo.

Así las cosas, todo indica que el Amalfitani quedará habilitado para albergar normalmente el partido que Vélez jugará el domingo desde las 18.30 ante Unión de Santa Fe, por la fecha 8va. de la Zona B de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol (LPF).

"Es lógico que ante un hecho como éste la dirigencia quede expuesta y si el socio se enoja tiene razón: no puede ir a la cancha por la pandemia, sigue pagando la cuota y se encuentra con ésto. Por eso vamos a trabajar para que no vuelva a ocurrir", concluyó el dirigente del "Fortín", en una especie de autocrítica por lo sucedido.