El gobierno nacional, junto al de la Provincia de Buenos Aires y el de CABA evalúan suspender todos los viajes de egresados hasta que pase el pico de la pandemia. Sobre la mesa estuvo un ejemplo claro: el viernes 2 de abril llegaron a Buenos Aires dos vuelos desde Bariloche. Ambos llenos de estudiantes. Al aterrizar se hicieron los testeos. En el primero dieron positivo 44 jóvenes. En el segundo, se determinó que había contagios en 34 estudiantes. Es lo mismo que ocurrió con los vuelos que vinieron de Cancún: en uno vinieron 149 estudiantes y 44 dieron positivo, y en el contingente posterior, de 50 estaban contagiados 30.

Los vuelos de Bariloche fueron el 1683 de Aerolíneas Argentinas y el 1685 de nuestra línea de bandera.

Este último llegó a Aeroparque a las 10.20 del viernes y el otro vuelo aterrizó por la noche. En el 1683, que traía 163 pasajeros, los positivos fueron 34 y en el 1685, que vinieron 157 pasajeros, los positivos fueron 44.

Hay que tener en cuenta que el virus tarda en instalarse en el cuerpo humano, de manera que es posible que otros pasajeros -estudiantes- estuvieran transitando el contagio, pero todavía el test les de negativo. Como casi todos los positivos tenían domicilio en CABA, el Ministerio de Salud acordó que el seguimiento estaría a cargo de las obras sociales y prepagas de cada uno de los jóvenes.

Como es obvio, los focos de contagios en los viajes de egresados no son exclusividad de Bariloche, sino que se vio nítidamente en los vuelos que vinieron de Cancún: la norma fue que un tercio de los egresados volvieron contagiados. Y el porcentaje parece similar en los contingentes que vienen del paraíso rionegrino. 

En Bariloche admiten que existe muy poco control sobre las actividades de los egresados y suele cumplirse muy poco con los protocolos. 

Dicen que hay muchos menos viajes que antes, que las grandes empresas se retiraron del mercado y que todo está ahora en manos de empresas chicas y medianas que, según argumentan, tampoco pueden controlar si los chicos toman mate en rondas o qué sucede dentro de las habitaciones. La impresión es que tampoco en las actividades --boliches, excursiones, salidas-- se toman demasiadas medidas. 

Por supuesto que el efecto del coronavirus en estudiantes es mucho menos letal que en la franja de mayores de 60, pero la cuestión es que esos jóvenes no sólo deben afrontar la enfermedad, que en algunos casos se transita de manera dura, pero además una cuestión clave es que esos estudiantes terminan contagiando a los mayores. 

O sea que esos contagios no producen internaciones ni muertes de inmediato, pero pueden producirlas en algunas semanas.

La ministra Carla Vizzotti aseguró que hay menos reservas y menos viajes de egresados, pero la decisión de los tres distritos claves del país, Nación, Provincia de Buenos Aires y CABA es suspender por unas tres semanas ese tipo de viajes.