Desde Quito.Ecuador está a las puertas de las elecciones presidenciales. La mayoría de las encuestas dan favorito a Andrés Arauz, candidato de la Unión por la Esperanza, con un promedio de cuatro puntos por arriba de su contrincante, Guillermo Lasso, de la alianza Creo y el Partido Social Cristiano. Cada uno cerró la campaña el día jueves, el primero en Manabí y Quito, el segundo en Guayaquil, centros de la sierra y de la costa, puntos centrales del mapa electoral.

Los números indican además que existe porcentaje elevado de votos en blanco y nulos, alrededor del 27 por ciento del electorado. Se trata de votos que au se disputan los candidatos, que han realizado los últimos días de campaña bajo el estado de excepción decretado por el gobierno de Lenin Moreno que, sin embargo, no ha impedido la realización de las actividades.

La composición del voto nulo y blanco es una de las preguntas centrales. Uno de los actores políticos que se ha posicionado a favor de un “voto nulo ideológico” ha sido la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), el principal movimiento indígena del país. La decisión fue tomada el 10 de marzo en un Consejo Ampliado y luego adoptada por su instrumento electoral, el partido Pachakutik, quien, en la primera vuelta llevó la candidatura de Yaku Pérez, tercero en el resultado.

Esa decisión de la Conaie tuvo un giro el sábado tres, cuando el presidente de la confederación, Jaime Vargas, anunció el apoyo a Arauz en un acto junto al candidato. Su declaración pública, recibido positivamente en las filas del correismo, generó numerosas reacciones dentro del movimiento indígena que pusieron sobre la mesa las diferentes disputas que venían desarrollándose en su interior.

En primer lugar, la Conaie volvió a ratificar su decisión de llamar al “voto nulo ideológico” en una conferencia de prensa: “ningún partido representa a los pueblos indígenas (…) “nuestro voto es por la dignidad, contra el fraude, por la corrupción que está empapada en el país, por eso hacemos el voto nulo, para tener una conciencia tranquila y salir con mucha dignidad a las calles a reclamar por nuestros derechos”.

Similar posición fue adoptada por Pachakutik, que, además, procedió a separar del partido tanto a Vargas, como a quien acompañó a Pérez en la fórmula presidencial por haber, en ese caso, hecho un llamado a votar por Lasso. El ex candidato presidencial, presente en la conferencia, anunció que comenzará “una limpieza dentro de Pachakutik”, y denunció la existencia de un pacto entre Vargas y el correismo: “como candidato presidencial y como Pachakutik no hemos recibido ningún apoyo en lo absoluto de la dirigencia de la Conaie, del señor Vargas, o si hemos recibido ha sido contra-campaña”.

Las partes enfrentadas se acusaron mutuamente de alianzas que no cuentan con la aprobación de la mayoría. Por un lado, Vargas señaló que “Pachakutik está atado por la derecha, los dirigentes siguen apoyando a la derecha y nosotros no vamos a apoyar a una derecha que nos atropelló”. Esa misma crítica fue hecha por Leonidas Iza, uno de los principales dirigentes de la Conaie, quien se pronunció en medio del conflicto: “desde hace cuatro años hay una clase dirigencial, siendo indígenas, están de acuerdo con esa derecha fascista que nos asesinó, nos ha perseguido”.

Por otro lado, quienes se encuentran centralmente en Pachakutik, acusaron a Vargas, así como a Iza, de tener acuerdos no declarados con el correismo, proceso político descrito durante la conferencia como “dictadura de Rafael Correa quien humilló al movimiento indígena de Ecuador”. Ese sector del movimiento indígena, volvió a plantear la imposibilidad de cualquier acercamiento con Arauz y la revolución ciudadana.

Quedó así expuesta la disputa que venía ocurriendo puertas adentro del movimiento, agudizada centralmente a partir de la candidatura de Pérez, que, según Vargas e Iza no fue producto de la decisión de los pueblos y nacionalidades que conforman la Conaie -como debería haber sido-, sino únicamente de los coordinadores de Pachakutik.

Aún resulta difícil saber cómo será el impacto electoral del giro de Vargas, así como del sostenimiento del voto nulo ideológico, ratificado por la Conaie, Pachakutik y dirigentes del peso de Iza, que llamó públicamente a mantener la unidad ante los peligros de división. Otra pregunta, que tendrá respuesta más adelante, es cuál será la relación del principal movimiento indígena respecto al próximo gobierno, algo que dependerá tanto de quién gane el domingo, así como también de la elección de autoridades de la Conaie que tendrá lugar a principios de mayo.

Por el momento todas las miradas están puestas sobre la elección del domingo, que será un parteaguas en Ecuador. Las alertas respecto a maniobras de última hora aún se mantienen, en particular debido, por ejemplo, a declaraciones de fuentes del Consejo Nacional Electoral que dieron cuenta de un intento de fraude que se estaría gestando desde dentro del poder electoral. Se trata de una contienda que ha estado marcada por irregularidades desde el primer momento y en la cual está en juego el camino que tomará el país en los próximos años: una profundización neoliberal, vía Lasso, o el regreso a un proyecto progresista, con Arauz.