La historia es inédita. Un periodista paraguayo, Marcos Velázquez, presentó un amparo para suspender un partido de la Copa Libertadores que está programado para jugarse este viernes en su país, pero la Justicia lo rechazó. Hubiera sentado un precedente peligroso para la Conmebol si prosperaba. La medida cautelar era para que se prohibiera Independiente del Valle-Gremio que había sido cancelado en Ecuador porque varios integrantes del equipo brasileño dieron positivo de Covid-19. 

Con el recurso judicial, el denunciante apuntaba a resguardar “los derechos a la vida y la salud” que pone en riesgo la Conmebol con su decisión de trasladar el encuentro a Asunción entre dos clubes extranjeros. Ya había ocurrido otro tanto en enero pasado con Coquimbo Unido de Chile y Defensa y Justicia, que debía disputarse en territorio trasandino, pero el gobierno de Sebastián Piñera impidió que se jugara porque tres futbolistas del club argentino se contagiaron el virus.

“Si esto no se frena ahora va a ser cada vez peor, porque se está volviendo recurrente, Alejandro Domínguez seguirá trayendo partidos prohibidos por covid al Paraguay y nos convertiremos en la cloaca del virus, con consecuencias impredecibles atendiendo a nuestro paupérrimo sistema sanitario”, le dijo Velázquez a Página/12. En efecto, Paraguay ya superó los 4.500 muertos durante la pandemia -según cifras oficiales-, aunque ese número sería mayor de acuerdo a lo que sostiene el periodista.

El amparo constitucional fue presentado contra la Conmebol y ante la jueza de Garantías Elsa Idoyaga que lo rechazó in limine. La magistrada exigió que en un plazo de dos horas y media, se le entregara la nómina completa de los planteles de Independiente del Valle y Gremio de Porto Alegre con jugadores, cuerpos técnicos y todos los allegados que viajaran a Asunción. A su vez, intimó a la Conmebol a remitirle los estudios de covid-19 por cada integrante de las delegaciones ecuatoriana y brasileña. Pero una vez que evaluó los antecedentes del caso decidió no hacer lugar al amparo de Velázquez, contra la Confederación y su presidente Alejandro Domínguez Wilson Smith.

El periodista también alcanzó con sus críticas al presidente Mario Abdo Benítez: “Para este gobierno no bastan las casi cinco mil familias enlutadas por el Covid, como para traer de vuelta a personas infectadas o potencialmente contagiadas incluso provenientes del Brasil, donde se constató una nueva cepa del covid, todavía más letal que el que ya conocemos, poniendo en riesgo a los funcionarios aeroportuarios, choferes de buses, empleados de hoteles y personal del estadio que estarán expuestos innecesariamente, ya que el encuentro de fútbol no tiene ningún otro interés ni beneficio para el país, más que el interés económico de la Conmebol con sus sponsors”.

El partido entre ecuatorianos y brasileños estaba programado para el miércoles en Quito. Pero al llegar la delegación de Gremio se detectaron dos contagiados el lunes y uno más el martes. Las autoridades sanitarias de Ecuador informaron que debido a la situación en el país no se podría jugar el partido, con el añadido de que todos los pasajeros provenientes de Brasil deberían cumplir diez días de cuarentena. Asimismo, informaron que a su regreso los futbolistas de Independiente del Valle estarán obligados a cumplir ese mismo requisito.

La Conmebol se amparó en la decisión ecuatoriana y suspendió el partido. Pero repitió lo que había hecho con Coquimbo Unido-Defensa y Justicia a principios de enero. Fue cuando los jugadores Francisco Pizzini, Rafael Delgado y Washington Camacho dieron positivo de coronavirus y la Secretaría Regional Ministerial de Salud de Santiago de Chile (Seremi), resolvió que los 56 miembros de la delegación argentina que habían llegado desde Buenos Aires eran contactos estrechos de los infectados, y el partido semifinal de la Copa Sudamericana pasó a disputarse en Asunción días después.

“No queremos ser el basurero del fútbol. La Conmebol ni siquiera salió a decir que el partido se prohibió en Ecuador. Ahí disponen lo que les parece y encima el país se encuentra en colapso sanitario total, con cinco mil muertos, sin camas, sin insumos ni vacunas. Es un caos absoluto y encima nos traen a personas que acaban de dar positivo. Ese cóctel me llevó a hacer la presentación en la Justicia”, declaró el periodista paraguayo que se jugó una carta difícil contra el poder del fútbol sudamericano.

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