La junta médica está cerca de terminar sus trabajos, el informe de los peritos oficiales sería lapidario y los fiscales acusarían al menos a Leopoldo Luque y Agustina Cosachov por el delito de homicidio simple con dolo eventual, que tiene una pena de 8 a 25 años de prisión. Si la junta no es tan categórica --lo que es poco probable-- los fiscales imputarían por homicidio culposo. 

Todo indica que los forenses oficiales dirán que hubo negligencia por acción y omisión. Por acción, porque llevaron a Diego Maradona a una internación domiciliaria catastrófica y le administraron medicación contraindicada para las dolencias cardíacas. Omisión, porque era evidente la retención de líquido, el Diez pasaba días y días sin levantarse, no comía o comía mal y no se actuó a tiempo. 

El dolo eventual, es decir que los acusados debieron imaginarse lo que se venía, podría probarse con los audios en los que Luque y Cosachov decían “acomodemos la historia clínica así nos cubrimos”; “podemos perder la matrícula y terminar en cana”; “tengo cagazo”. Eso demostraría que se imaginaban un probable final y no actuaron para evitarlo.

Junta

Los médicos que integran la junta que analiza la muerte de Maradona se reunieron el jueves y habrá otras dos reuniones en la semana que se inicia: si no surgen nuevos hechos, los trabajos terminarían esta misma semana o la próxima.

Como se sabe, el equipo de fiscales --Laura Capra, Cosme Irribarren y Patricio Ferrari, coordinados por el fiscal general John Broyard-- convocó a una junta integrada por cuatro especialistas en medicina legal y autopsias, dos psiquiatras, un cardiólogo y dos profesionales especializados en riñón e hígado. Por supuesto que los imputados designaron peritos de parte. Y la pericia consiste en responder 24 preguntas formuladas por los fiscales.

En principio, los peritos oficiales harían una primera redacción de las repuestas y los médicos convocados por las partes agregarían o pondrían su postura en disidencia. Un dato asombroso es que los peritos de Luque, Antonio Martín Maya y Antonio José Maya, firmaron un texto de respuesta a las 24 preguntas antes de empezar la junta, por lo que los demás profesionales les señalaron que no era aceptable, se puso en un sobre y se abrirá cuando todos presenten las conclusiones esta semana. No está claro si los Maya van a cambiar algo de lo que escribieron o no.

Diagnóstico

Habrá que leer el texto y las conclusiones, pero todo indica que serán muy duras con los profesionales que estuvieron a cargo de la salud de Maradona en sus últimos días. En palabras médicas sostendrán algo así como que la muerte del astro era evitable y que hubo gravísimas negligencias.

Por de pronto, la casa de Tigre en la que estaba no tenía aparatología de ningún tipo, ni quiera un desfribilizador para una emergencia cardiológica y la enfermera y el enfermero estaban a 15 metros del inadecuado playroom, con baño de plástico, en el que alojaron a Maradona.

A esto se suma que se le suministró medicación contraindicada para pacientes con dolencias cardíacas --venlafaxina, un antidepresivo que no se da a pacientes con arritmia-- y no se tomaron medidas elementales. El 12 de noviembre concurrió un médico, ordenó estudios y nunca se hicieron. El médico iba a volver pero se canceló la visita “para no invadir a Diego”, según señaló Maxi Comargo en un audio. "Yo lo paré", agregó. 

Hay numerosos testigos que señalaron que Maradona tenía una inmensa retención de líquido --“tiene hinchados los ojos, es horrible”, señaló uno de los que visitaban la casa--  y hubo varios días en que directamente no se levantó de la cama. Eso ocurrió el 16, 17 y 18 de noviembre. Pese a semejante situación, nada se hizo.

Es posible que la junta médica dictamine que hubo un período agónico de entre ocho y doce horas, en las que seguramente Maradona estuvo inconsciente. Nadie lo vio al Diez en ese tiempo, incluso inventaron que fue al baño o que le tomaron los parámetros, aunque luego la enfermera Gisela Madrid admitió la mentira.

Imputaciones

Si las conclusiones de la junta médica redondean una descripción de la negligencia --algo que ocurrirá según las versiones que pudo recoger este diario--, los fiscales formularán, por primera vez, las acusaciones. Y, de inmediato vendrán las indagatorias. Algunos mencionan que podría haber detenciones, pero no parece del todo probable.

Los fiscales tienen tres alternativas pero es casi seguro que acusarán, al menos a Luque y Cosachov, por homicidio simple con dolo eventual. Significa matar por negligencia, imprudencia, impericia, pero representándose el resultado de su forma de actuar y sin frenar ni cambiar nada. La pena es la misma que la del homicidio doloso, de 8 a 25 años de prisión.

En los casos de atropellamientos de conductores a alta velocidad y con alcoholemia positiva se aduce muchas veces que debió representarse que iba a matar a alguien. Pero en esos casos es una especulaciòn sobre lo que debió pensar el imputado. En el caso Maradona eso está en los mensajes: todo el tiempo Luque y Cosachov hablan del peligro de muerte, de que podrían ir presos por las medidas que tomaron o no tomaron, de que hay que arreglar la historia clínica para evitar las consecuencias legales y frases de esa naturaleza. Es decir, en los mensajes y audios está claro que se representaban el peligro de muerte de Maradona.

El resto de los protagonistas podrían ser imputados por homicidio culposo u otros delitos menos graves: en ese terreno entran todos los que actuaron en la casa y en los últimos días de Maradona.

Los fiscales van a estudiar si Matías Morla tuvo responsabilidad. Desde ya que no es médico y por lo tanto no estaba directamente a cargo de la salud del Diez, pero tienen que analizar las evidencias respecto de algunas decisiones adoptadas por el abogado y apoderado de Maradona.

Si el dictamen de la junta no es tan contundente --lo que es poco probable--, la acusación podría ir a homicidio culposo a secas, de uno a cinco años de prisión. Finalmente, parece desechada la idea de imputar por abandono de persona, porque sería difícil de probar que Maradona fue abandonado.

Defensa

Habrá que ver qué defensa ejercen Luque y Cosachov. Es probable que digan que Maradona se resistía a los tratamientos, que no quería estar internado y rechazaba cualquier visita médica y hasta la acción de los enfermeros. Frente a eso, los fiscales le pidieron a la junta médica que se pronuncie sobre la situación psiquiátrica de Diego, si tenía autodeterminación, o sea, si podía resolver por sí mismo. Habrá que ver qué contestan, pero no pocos dicen que Maradona estaba en su derecho de rechazar tratamientos, mientras que están los que afirman que en el estado psíquico en que estaba, ante el peligro de vida, debió darse intervención a la justicia y un juez --supuestamente-- ordenaría la internación. Es probable que ésta sea una de las controversias centrales.