"Abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado y lesiones leves agravadas". La calificación penal por la que ayer un hombre de 46 años fue condenado a 20 años de prisión, apenas permite dimensionar el calvario de B., la chica que durante 13 años padeció los sometimientos de su padre, en Capitán Bermúdez. Como consecuencia de esos delitos, la joven quedó embarazada en 2019 y recién entonces pudo hablar. Los abusos comenzaron cuando ella tenía apenas 8 años. El fiscal Juan Carlos Ledesma había pedido 30 años de prisión, y ayer consideró que la impuesta es "una pena importante", aunque espera los fundamentos. 

Los llantos y abrazos se multiplicaron ayer en los Tribunales de San Lorenzo, donde tras varias jornadas de juicio oral y público el tribunal compuesto por Griselda Strólogo, Jesús Rizzardi y Eugenio Romanini condenó a Enrique Pochón. Los abusos fueron reiterados, mientras la madre de la joven trabajaba y en otros momentos que el acusado aprovechó. Cuando ya estaba embarazada, a los 21, B. pudo contar lo sucedido, pese a que el imputado le hizo presentar una historia que nadie creyó.

En julio de 2019, Pochón quedó detenido. Ese día, B. todavía tenía inflamado uno de sus ojos, por un golpe que el agresor le dio cuando ella se negó a un nuevo intento de abuso. No era ésa la única señal que cargaba como evidencia: el embarazo ya estaba muy avanzado cuando pudo hablar y --según publicó días atrás la periodista Flavia Campeis, en diario Síntesis--, al mes le hicieron una cesárea programada y decidió dar en adopción.

El veredicto significó "alivio y tranquilidad" para la joven que instó a otras víctimas a hablar, a buscar ayuda, y a quienes deben brindarla, les pidió que crean esos relatos. En sus redes sociales, la chica pudo expresar sentimientos que la atravesaron durante el proceso judicial. "Gracias a todas las organizaciones feministas por el acompañamiento, y a todos ustedes!!!! Realmente ya no me siento sola nunca más".

Las Mirabal fue una de las asociaciones de mujeres que acompañó a B. a lo largo de la causa: "A mediados de 2019 se acercó a nosotras, en ese momento una jovencita diferente a la mujer que podemos ver ahora", dijeron en Facebook sobre la escucha que le brindaron a la joven. En esa oportunidad, les contó sobre los abusos de su padre, decidida a denunciar y comenzar ese proceso. "Durante estos casi dos años que algunas compañeras de Mirabal pudieron acompañarla fuimos viendo la transformación, el empoderamiento. Cómo daba fuerza a todo su entorno con esa entereza que la caracteriza. Nunca fuimos nosotras, siempre fue ella abriéndose paso y nosotras ahí por si nos necesitaba", expresaron. "Nos fuimos hermanando. Es una persona a la que dan ganas de tenerla cerca. Hoy por primera vez la vimos quebrada en llanto, pero un llanto liberador. Hoy en el Cordón Industrial se sienta un precedente. Y queremos citar las palabras de Lorena, su mamá: 'Créanle siempre a sus hijas, siempre'".

Al dar a conocer la resolución unánime, la jueza Strólogo dio algunas definiciones: “El monto de la pena tiene que ver con los hechos. Se establece y se especifica en la extensión del daño causado en el caso concreto", publicó Síntesis. La jueza también refirió que "en lo personal, entiendo que el Estado no puede estar en cada casa, en cada niña y en cada mujer cuando pasan este tipo de casos, pero una vez develado, el Estado tiene que hacerse cargo y juzgar con una perspectiva de género. Resonó la cantidad de hechos padecidos, también resuena que 20 años de prisión es una vida y es la máxima de las penas para estos hechos cometidos a razón de este tribunal".