Alejandra Reynoso se convirtió en la primera trabajadora trans de un organismo nacional en el NOA. El viernes 30 de abril asumió en la Agencia Territorial de la provincia a cargo de Elizabeth Fontao. De este modo, el organismo implementó el decreto con el que en septiembre del año pasado el presidente Alberto Fernández estableció el Cupo Laboral Travesti Trans en el sector público. El DNU garantiza un mínimo del 1% de la totalidad de cargos y contratos para personas travestis, transexuales y transgénero.

La flamante asistente trabajará en el seguro de capacitación y empleo y como enlace de género para la región del NOA. En este sentido, su labor será reflejar dentro de las instituciones la necesidad de encarar políticas públicas y programas con perspectiva de género, que tengan en cuenta las realidades y las particularidades de grupos vulnerados.

En la provincia, la iniciativa impulsada por Nación hasta ahora ha encontrado resonancia en tres municipios que ya aplicaron el Cupo Laboral Travesti Trans: Fray Mamerto Esquiú, Valle Viejo y Santa María.

Alejandra Reynoso recordó que en capital se quiso implementar una ley hace dos años, pero “algunos concejales hicieron alusión a que les parecía discriminatorio un cupo solo para personas trans y que no involucremos a otras poblaciones diversas, lo tomaron como una ley de privilegios”, señaló la trabajadora en conversación con Catamarca/12.

“La realidad es que el resto de poblaciones de la diversidad no tienen las dificultades que tienen nuestras poblaciones a la hora de acceder a fuentes laborales, o de acceder a los sistemas educativos”, advirtió Reynoso. En este sentido, destacó la necesidad de que el DNU se convierta en ley “para ser aplicable a todas las provincias y que no sea un acto discrecional y voluntario”.

-¿Sentis que el nombramiento es un reconocimiento a tu lucha por los derechos?

-El proceso no sé si tomarlo como reconocimiento, más que nada es un proceso de reparación de derechos. A lo largo de la historia hemos sigo relegadas y clandestinizadas. Muchos hablan de un proceso de inclusión, en realidad nosotras lo vivimos como proceso de reparación, no es que estábamos excluidas socialmente, entonces no podemos hablar de que se está llevando a cabo un proceso de inclusión, estábamos relegadas, ocultas, invisibilizadas, lo que se viene a generar con esta decisión del Presidente, es blanquear nuestra situación y reintegrarnos nuestros derechos constitucionales.

-¿Cómo impacta esta ley en la población trans y travesti?

-La mayoría de las leyes que se han creado hasta ahora marcan un precedente desde el ahora a futuro, garantizan derechos, mejores condiciones sociales para generaciones futuras, pero hay una población que ha quedado atrás, que son las poblaciones de 40 años para arriba. Las leyes actuales no generan un impacto directo sobre estas poblaciones. La mayoría hemos tenido como fuente de supervivencia el trabajo sexual, hemos pasado la vida siendo expulsada de los sistemas y con 40 años vamos a empezar a ser expulsadas de la calle también, porque llega un momento que los cuerpos de las compañeras no entran en el mercado de consumo. Entonces ¿qué hacemos con esas poblaciones, con esas realidades, con esos cuerpos? Mi interés de trabajo en estos organismos en particular es empezar a pensar en estas situaciones.

-Y estamos hablando de una población con muy baja expectativa de vida.

-La realidad es que no muchas tienen la posibilidad que he tenido yo de poder constituir un trabajo, vengo de una historia de 10 años de precarización laboral dentro de instituciones del Estado y hoy me encuentro con 42 años empezando un trayecto en el marco de la legalidad. Si hay algo que nos caracteriza a nuestras poblaciones es el corto promedio de vida que tenemos, por nuestras condiciones laborales, la mayoría se ha dedicado al trabajo sexual, bajo esa clandestinidad no todas llegan a un estado de adultez, más allá de los 30, 35 años, las que hemos pasado los 40 somos sobrevivientes. La realidad no varía en las poblaciones de otras provincias ni en otros países, hay un hilo conductor que nos define que es universal.

-¿Mencionaste 10 años de precarización en el mismo Estado?

-Estuve diez años trabajando con una beca, diez años que no me generaron aporte, en los cuales uno no puede planificar un proyecto de vida a futuro, porque tampoco sabía en el tiempo cuánto te iba a durar el trabajo. En ese sentido, poder ingresar en un espacio como es el Ministerio de Trabajo me genera la posibilidad de poder discutir espacios laborales para el resto de las compañeras, porque de nada sirve que sea una la que ingresa, mientras quedan 90, 100, sin esa posibilidad.

Si bien no todas vamos a poder ingresar en el Estado, de alguna manera hay que generar políticas para que las compañeras puedan empezar a tener trayectos laborales que permitan tener seguridad social y garantizar así proyectos de vida a futuros.