La sexualidad en los adultos está repleta de tabúes, que provocan la vulneración de sus derechos sexuales y el poco o casi nulo acceso a la información acerca de prácticas de prevención de la salud. Según los especialistas consultados por este diario, el problema se agrava cuando el Estado contribuye a la invisibilización de las prácticas sexuales de los mayores.

“Juzgarlos y no visibilizarlos como personas y pensar que no hay deseo sexual, implica que cada vez haya más infectados mayores de 50 años”, advirtió Susana Cahn, de la Fundación Huésped. De acuerdo con los resultados de su propia investigación en diferentes centros de salud realizada en 2016, alrededor del 70 por ciento de los entrevistados confesó no haberse realizado nunca un examen de HIV y los pocos que lo hicieron fue por pedido del médico de turno. El 25,7 por ciento de los entrevistados confirmó que no creían estar en riesgo y el 24,3 por ciento dijo que nunca recibió el ofrecimiento del test por parte del servicio de salud.

“Yo creo que las declaraciones de hoy del presidente Mauricio Macri implican que no entiende nada de nada, porque la realidad es que desde la prohibición, la represión y el miedo no se logra nada. Hay que trabajar para que los adultos mayores puedan expresar su sexualidad y entiendan que el testeo se tiene que hacer todo el tiempo para frenar la epidemia”, consideró Cahn, poco después de que Macri dijera que en el Hogar San Martín se habían visto obligados a cortar internet porque los adultos “miraban mucha pornografía”.

Los resultados de la encuesta “Sexo maduro, sexo seguro”, realizada por la Fundación Huésped junto con la Secretaría de Tercera Edad del Gobierno porteño, entre 100 adultos mayores de entre 50  y 90 años, de ambos sexos, indicaron que la mayoría no tenía un espacio para indagar sobre su sexualidad y que los médicos evitaban el tema a pesar de que se declaraban activos sexuales.

“El test debería formar parte del examen de salud anual, porque muchas veces las consultas no salen espontáneamente, ya sea por pudor o por tiempo. Porque como profesional te avocás a ver su problema agudo pero no se hace un rastreo de otras cuestiones de educación sexual”, explicó Marcelo Shapira, subjefe del Plan de Adultos Mayores del Hospital Italiano. 

El especialista explicó que hay muchas aristas alrededor del tema, en primer lugar los prejuicios de la sociedad y los prejuicios del propio paciente. "En general, el problema se complica cuando muere uno de los integrantes de la pareja, porque quien sobrevive se resigna a ser pasivo. A veces se alejan por la falta de deseo, generada por los cambios hormonales, pero además sus propios prejuicios, por imposiciones de la misma sociedad".