En su primer informe de implementación, el Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (ReNaTEP) ya cuenta en todo el país con 2.093.850 inscriptos anotados entre julio del 2020 y febrero de 2021. A nivel nacional, según la cantidad de inscriptos hasta la fecha, Santa Fe con 94.120 personas representa el 4,4% de los trabajadores de la economía popular del país, un porcentaje mucho menor si se lo compara con el 8,3% de asalariados privados según el Sistema Integrado Provisional Argentino (SIPA). "El registro busca reconocer y formalizar a trabajadores y trabajadoras para acceder a programas de empleo, seguridad social, capacitación y al sistema bancario. Es fundamental visibilizar esta parte importante de la población económicamente activa”, señaló la diputada provincial Lucila De Ponti. "En este momento necesitamos el esfuerzo, el aporte y la tarea de todos, por eso es imprescindible avanzar en acompañar y brindar un marco regulatorio y de derechos a los empleos y formas de producción que hasta ahora no cuentan con un reconocimiento adecuado", agregó la legisladora.

La construcción del ReNaTEP es un mandato de la Ley de Emergencia Social, impulsada por la diputada De Ponti en el Congreso de la Nación, y sancionada en diciembre de 2016. "El registro es una política novedosa que tiene como primer objetivo dar visibilidad y vinculación institucional a un mundo de trabajadores, que por las instituciones tradicionales del derecho laboral no son considerados como tales, aquellos que a través de las crisis se fueron inventando sus propios trabajos para sobrevivir, y esos trabajos no tienen una registración legal”, dijo la diputada del Movimiento Evita.

En el desagregado por provincias, el informe indica que en Santa Fe el porcentaje mayor -36,4%- se desempeña en tareas vinculadas a "servicios personales y otros oficios"” (limpieza, peluquería, cocina, etc.), seguido por "servicios sociocomunitarios" -19,9%- (trabajador/a de merenderos, cuidado de personas, medios comunitarios, etc.) y "comercio popular y trabajo en espacios públicos” -15,8 %- (vendedor/a ambulante, feriante, artesano, etc). Completan la lista "Recuperación, reciclado y servicios ambientales", "Construcción e infraestructura social", "Industria manufacturera", "Agricultura familiar y campesina"” y "transporte y almacenamiento".

"Los datos confirman una mirada que uno puede tener al conocer el territorio y este sector con el cual se está trabajando. Por un lado, mucho trabajo de personas que han podido a través de sus saberes laborales o de oficios aprendidos ir inventándose su propio trabajo, individualmente o agrupándose con otros. Más allá de las ramas, sobresale el dato de la edad, la gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras de la economía popular son jóvenes, que tienen una dificultad muy grande para encontrar trabajo en el sector formal; sobretodo de los barrios populares, pero la pandemia profundizó la precarización en sectores más vinculados a la clase media y con mayores niveles de escolarización", dijo De Ponti a Rosario/12.

"La gran mayoría de los trabajadores y trabajadoras de la economía popular son jóvenes, que tienen una dificultad muy grande para encontrar trabajo en el sector formal".  

A nivel nacional, el informe señala, en cuanto a la división por sexos, que las mujeres superan en cantidad a los varones (57,1% a 42,9%), relación inversamente proporcional a la observada para los/as asalariados/as del sector privado registrados. En el formulario se incluyó una pregunta por autopercepción de géneros, que si bien cuenta con un alto porcentaje sin respuestas, entre las personas que respondieron se observa una tendencia similar a la distribución por sexo, 1.881 personas se auto perciben como feminidades trans/travesti, 1.299 como masculinidades trans y 1.809 se declaran como pertenecientes a otras categorías de género. 

Respecto a la distribución etaria, más de la mitad (54,3%) de las/os trabajadores de la economía popular son de mediana edad (25 a 45 años). La incidencia de las/os jóvenes también es significativa ya que la franja que va de los 16 a los 24 años, representa el 30,2% de las inscripciones. Si se toma la franja de edad de 16 a 29 años, ese porcentaje aumenta al 51%. 

En cuanto a la organización del trabajo, los datos arrojan que en más de la mitad de los casos se trata de unidades productivas individuales y cuando se observa a las formas colectivas de trabajo se obtiene un predominio de las organizaciones sociales y comunitarias. Al analizar los datos sobre el tipo de tareas realizadas se observa un universo laboral de ocupaciones y oficios muy heterogéneos y de diversos niveles de calificación expresando la enorme heterogeneidad del sector.  El informe destaca que sólo un 5,2% está inscripto/a en alguna categoría tributaria, la mayor parte adherida al monotributo social, y un 22% perciben Asignación Universal por Hijo, y un porcentaje similar el programa Potenciar Trabajo. 

En la presentación del informe, el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, señaló: "Estamos convencidos de que la mejor forma de reconstruir la Argentina es por el lado del trabajo y la producción. Hay más de cuatro millones de trabajadoras y trabajadores que forman parte de la economía popular y que llevan adelante sus tareas en condiciones muy difíciles. Necesitan un Estado que fortalezca a quienes generan su propio trabajo y los ayude a dar un salto de escala, acompañándolos en el proceso de formalización y seguridad social y brindándoles acceso a crédito, máquinas y herramientas".