El gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, promulgó una ley que restringe el acceso al voto en ese estado del sur de Estados Unidos y que expertos juzgaron como parte de una ofensiva opositora para minar la ampliación de alternativas para emitir el sufragio impulsada por la pandemia. Esas facultades -como el voto por correo o facilidades en la inscripción de electores- resultaron determinantes para la victoria del demócrata Joe Biden en las últimas elecciones presidenciales.

Con la nueva norma, Florida reforzó los requisitos de identificación de los votantes, calificó de delito menor dar agua o comida a quien hace fila para votar y prohibió el envío masivo de boletas por correo, entre otras medidas.

"Hoy, el gobernador Ron DeSantis firmó el proyecto de ley 90 del Senado, la nueva ley de integridad electoral de Florida, que refuerza la identificación de los votantes, prohíbe el envío masivo de boletas, prohíbe la recolección de votos y prohíbe que el dinero privado administre las elecciones en nuestro estado", señala el comunicado que acompaña la norma.

Si bien DeSantis dijo que la nueva ley tiene como objetivo aumentar la transparencia y la seguridad de las elecciones en Florida, los demócratas criticaron la medida y denunciaron un intento de limitar los derechos de voto de los habitantes del estado.

La nueva ley electoral de Florida forma parte de una embestida republicana a escala nacional, que busca cambiar la reglas de votación en los diferentes territorios del país, tras la derrota en los comicios de noviembre del expresidente Donald Trump, quien la atribuyó a un supuesto fraude.

Hasta fines de marzo, 361 proyectos de ley con "disposiciones restrictivas" fueron presentados en 47 de los 50 estados del país, según el Centro Brennan por la Justicia, un instituto apartidista de política y derecho en Nueva York.

Desde entonces, otros 108 proyectos se sumaron a esa lista, reportó la cadena BBC, y algunos de ellos ya fueron aprobados, como en el estado sureño de Georgia, uno de los estados que Biden arrebató por poco más de 11.700 votos a los republicanos para acceder a la Casa Blanca y en el que los demócratas lograron los dos escaños que les garantizaron el control del Senado estadounidense.

Similar a la aprobada en Florida, la nueva ley del vecino Georgia reduce el tiempo para que los votantes soliciten sufragar en ausencia (por correo o de forma personal anticipadamente) y quita al secretario de Estado local su poder como principal autoridad electoral, que pasa a ser designada por la legislatura estatal, de mayoría republicana.

También suma requisitos de identificación para solicitar el voto por correo y considera un delito menor que alguien ajeno al personal electoral ofrezca agua o comida a quienes hacen fila para votar.

Según denunciaron defensores del derecho al voto, estas medidas afectarán especialmente a zonas urbanas con mayor densidad de población y menor poder adquisitivo, donde votan más personas negras y latinas en filas que pueden tardar horas.

También el estado de Iowa aprobó una medida para limitar el voto en ausencia y los horarios de votación, mientras que los republicanos impulsan iniciativas similares en Texas y otros estados péndulo como Pensilvania y Arizona, ganados en las últimas elecciones por los demócratas.