La falta de oxígeno médico fue un alarma que se encendió hace semanas atrás frente a la alta ocupación de camas por la segunda ola de Covid-19. Pero ahora, la justicia porteña investiga la muerte de un hombre que habría muerto por falta de oxígeno el 20 de marzo pasado. Según la investigación, el hombre falleció cuando la realizaban tareas de reanimación en un pasillo del Hospital Piñero, donde no lo ofrecieron un respirador, y luego de ser rechazado en dos sanatorios privados por falta de camas. 

La investigación está a cargo del fiscal en lo penal y contravencional Carlos Fel Rolero Santurián, quien analiza el caso ocurrido el 20 de marzo pasado y denunciado de oficio por la Policía. El hombre había llamado al servicio de emergencia de la empresa Vital, que emitió un código rojo por tratarse de un paciente con coronavirus que alertaba que estaba sufriendo problemas para respirar. 

Cuando la ambulancia llegó a su domicilio, en Escalada 2575, el médico de emergencia corroboró la situación y solicitó traslado a central debido a que el paciente contaba con una saturación en oxígeno del 54 por ciento.  Al no tener una respuesta, al paciente se le suministró oxígeno portátil. 

Media hora después, el médico de ambulancia recibió la respuesta de la guardia del sanatorio Dupuytren, donde ya no había camas disponibles de terapia intensiva. También pidió intervención en Sanatorio San Isidro donde se le dio la misma respuesta, no había camas disponibles de terapia intensiva. 

Al agotarse el tubo de oxígeno portátil, el médico trasladó al paciente a la ambulancia para suministrarle el oxígeno y volvió a insistir con la derivación a través de VITAL. Fue autorizado al traslado del paciente al Hospital Piñero y a pedir un soporte de oxígeno, mientras se conseguía la derivación. 

Luego de varias horas, la ambulancia llegó al mencionado centro de salud para pedir oxígeno, pero se lo negaron porque estaba siendo utilizado en otra área mientras que tampoco había disponibilidad de camas de terapia intensiva. En ese momento, el paciente tuvo un paro cardiorespiratorio y se lo ingresó de inmediato a la guardia, pero murió en el pasillo pese a las tareas de reanimación. 

Un mes después de que ocurriera este hecho investigado, se conoció que el Gobierno de la Ciudad autorizó el préstamo en comodato de 50 respiradores al sector privado de salud, por lo que tuvo que solicitar la asistencia del Ministerio de Salud de Nación.