Enfurecido y tranquilo, el intendente de Vicente López, Jorge Macri, confirmó ayer que no será candidato en la provincia de Buenos Aires. La definición llegó luego del encuentro entre su primo, el presidente Mauricio Macri y Elisa Carrió, quien lo vetó explícita y públicamente. “Hubo mucha reflexión de mi parte de no ser candidato. Hubo una reflexión de qué fue lo que me trajo a la política, y para mí hoy gestionar es lo que vale la pena como para robarle el tiempo a mis hijos”, aseguró el intendente, en un intento por justificar su cambio de postura en apenas unos meses. A principios de año, Jorge apostaba todas sus fichas a encabezar la lista de senadores nacionales de Cambiemos en el distrito más grande del país. Ahora el ministro Esteban Bullrich y la titular de la Acumar, Gladys González pican en punta para representar a Cambiemos.

El acuerdo entre Macri y Carrió para confirmar su candidatura a diputada nacional en la Ciudad de Buenos Aires empezó a acomodar algunas piezas en el armado electoral del oficialismo. En la reunión que mantuvo con el Presidente en la quinta de Olivos, la chaqueña conversó de estrategia política de cara a la campaña, además de temas puntuales de gestión como la salida del Procurador del Tesoro, Carlos Balbín y su reemplazo por Bernardo Saravia Frías. El arreglo con Macri para desistir de postularse en la provincia y competir en Capital Federal, lejos de allanarle el camino al Macri bonaerense terminó por convertir en realidad el veto de la líder de la Coalición Cívica.

Si bien ayer el primo Jorge aseguró que las declaraciones de Carrió no influyeron en su decisión, lo cierto es que contar con el apellido Macri en las boletas de todos los cuartos oscuros de Buenos Aires era una buena opción para el PRO hasta que la chaqueña comenzó a dispararle munición gruesa. En marzo, Carrió lanzó una fuerte advertencia: “no avalaré delincuentes en las listas de Cambiemos”. La referencia al jefe municipal de Vicente López estaba más que clara. Aunque nunca se presentó en la justicia como hace habitualmente, la acusación pública de corrupción generó impacto al interior de la alianza oficialista.

La estrategia del primo Jorge fue siempre la misma: evitar el choque directo con Carrió. “Está muy bien que ella se preocupe, yo lo acepto, cuando ella quiera y tenga ganas, me acerco a donde ella diga para contarle la verdad”, retrucó en más de una oportunidad. Hacia fines de enero el presidente del Grupo Bapro insistía con su candidatura. “Tenemos que crecer en la capacidad de acuerdos en el Senado. Si sirve, ahí voy a estar. Si sirve, yo siento que el trabajo lo puedo hacer”, había dicho en declaraciones radiales. También había lanzado campañas publictarias en redes sociales y en vía pública difundiendo su figura.

Ahora, tras descartar su pase a la Cámara alta, la estrategia de no confrontar se mantuvo. “Quizás sea cuestión de tiempo, de que Carrió me conozca mejor. Ella en una época no opinaba bien tampoco de Mauricio”, explicó el intendente, quien relató que conversó su decisión con Vidal, Peña y Macri. “En otro momento quizás esté para ser legislador”, agregó el primo y ratificó su disciplina partidaria al respaldar la postulación de Lilita en capital: “Es muy importante que ella sea candidata en la Ciudad. Es una elección relevante, que tiene mucho reflejo en todo el país”.

Si bien todavía faltan casi dos meses para definir candidaturas se consolida la figura del ministro de Educación para encabezar la lista de senadores nacionales y la del médico radical Facundo Manes para la de diputados. Resta saber qué hará el sector de la UCR que lidera Ricardo Alfonsín, quien debe renovar su banca en la Cámara baja y viene marcando reiteradamente sus diferencias con el macrismo.