El presidente Alberto Fernández anticipó que el Gobierno ultima los detalles para la aplicación de nuevas medidas tendientes a “exigir el cumplimiento” de la ley de góndolas y criticó a un sector de la industria alimenticia que “gana sumas siderales” y “la mejor solución que ofrece (para no aumentar los precios) es que el Estado les baje los impuestos”.

Las definiciones del primer mandatario fueron hechas en el marco de los anuncios que el Gobierno prevé realizar para contener la escalada de precios desatada pesar de los acuerdos que hubo con distintos sectores para no afectar el bolsillo de los trabajadores en plena pandemia.

Una de esas acciones será la puesta en marcha de más dispositivos de control para la aplicación de la ley de Fomento de la Competencia en la Cadena de Valor Alimenticia, que entró en vigencia la semana pasada. A las inspecciones ya realizadas el fin de semana se sumarán otras iniciativas.

“Ley de góndolas puede ayudar al desarrollo de algunos sectores, como el lácteo; que es muy concentrado. Estuvimos hablando con la Secretaría de Comercio para ver cómo exigimos el cumplimiento de esa ley”, recalcó el mandatario durante una entrevista por Radio 10 en la que además criticó la conducta de un sector del empresariado en el tema precios.

“Yo les hablo y es como que la prédica cae en saco roto. Se hacen los distraídos y la mejor solución que me ofrecen es que el Estado baje los impuestos” para que ellos puedan bajar los precios, criticó el jefe de Estado.

En este sentido, negó que el problema se centre en la cuestión impositiva o en la política económica del Gobierno. “Para ver la situación actual (de ese sector) recomiendo que vean los resultados económicos de la industria alimenticia. Algunos que perdieron con Macri ganaron mucho en plena pandemia y en el primer trimestre han tenido un resultado impresionante”, resaltó.

Además dijo que no son pocos los empresarios que se beneficiaron y hasta sacaron provecho de las medidas que activó el Gobierno por la crisis, como la Tarjeta Alimentar. “No es posible que el dinero que nosotros volcamos en los sectores más desposeídos para que puedan acceder a una alimentación básica termine convirtiéndose un formidable negocio de unas empresas que terminan ganando sumas siderales”, puntualizó al respecto.

 

“Cuando uno habla de la distribución del ingreso habla de eso, de que alguien no se lleve toda la ganancia sino que la reparta mejor. Lo mismo ocurre en la construcción, con el cemento. El Estado hace un tremendo esfuerzo (por impulsar la construcción de viviendas) pero esto no se puede volver una ‘oportunidad’ para los que venden materiales. Mucho peor si es con los alimentos”, concluyó.