VINCULOS
El puñal de tu visto
Escribe, pero la frase no llega a leerse nunca en el teléfono. Las dos rayitas azules dan cuenta de que leyó la invitación pero no vuelve siquiera una declinación amable. Su perfil dice que se conectó a las cuatro de la mañana pero esa noche no estuvo con vos. Está en línea, pero no se digna leerte. La ansiedad de la hipercomunicación atenta contra el buen sexo y el romance –para qué hablar de amor–; eso ya lo sabíamos todas. Pero ahora la academia –a través de una investigación del Conicet– llega para dar datos ciertos de que esa bronca que sube a la garganta cuando te clavan el visto no es un hecho aislado sino parte de una trama social que construye el reinado del WhatsApp.

















