Días de mucha preocupación se viven en el Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla, institución que depende del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. A poco de cumplir 100 años de existencia, el instituto de nivel superior terciario jamás tuvo un edificio propio, algo que los distintos ministros prometieron y ninguno cumplió. Hace dos meses, el actual funcionario que ocupa ese cargo, el músico Ángel Mahler, volvió a referirse al asunto y señaló que se destinarían dos pisos del Centro Cultural San Martín para que se instale el conservatorio, aunque desde la comunidad educativa salieron a responder que la institución ya funcionó un tiempo allí y fue sacada justamente por falta de espacio. En las últimas semanas, el reclamo de alumnos, estudiantes y directivos de la escuela se intensificó debido a varias inundaciones, desperfectos y complicaciones en el actual edificio que ocupa “el Falla”, uno de los cinco institutos que dependen de la Dirección General de Enseñanza Artística de la Ciudad (DGEart). Ayer la legisladora porteña Andrea Conde, del bloque del Frente para la Victoria, hizo un pedido de informes para que el gobierno aclare la situación.

Desde 2004, la sede central del Manuel de Falla comparte el edificio con el Conservatorio Superior de Música Ciudad de Buenos Aires Astor Piazzolla, ubicado en Gallo y Sarmiento. Según la comunidad educativa, ese lugar no cuenta con las comodidades básicas de una institución musical, ya que no cumple con las condiciones necesarias de acustización y posee en cambio paredes de durlock que filtran los sonidos de los salones. Además, las instalaciones eléctricas están en mal estado y hay una falta general de espacio para la apertura de nuevas cátedras. 

Pero hay algo peor: al mal estado general del edificio de la calle Gallo se suma que desde el 2013 el tercer piso del edificio está anulado por supuestas obras que llevaría a cabo el Ministerio de Infraestructura. El presupuesto asignado para las mismas, resultante de una licitación, fue en 2012 de $8.775.880,62, cifra que fue en aumento en los últimos años. Según el plan original, los trabajos deberían estar terminados. Sin embargo, y aunque el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta así lo publicite en su página web, el espacio sigue clausurado y con nulas condiciones de habitabilidad. 

“La situación no da para más, estamos en un fondo muy difícil de remontar. La matriculación va en aumento y los espacios quedan cada vez más chicos. Hay clases muy masivas, como las de Armonía o Historia de la Música, en la que los chicos directamente no entran en las aulas. No se puede llevar a cabo la actividad académica de manera eficiente”, cuenta a PáginaI12 Paula, miembro de la comunidad educativa del instituto. “Seguimos sin tener respuestas. Hay un pedido de informes presentado en la Legislatura porteña en mayo del año pasado por el tema de las obras del tercer piso y todavía no fue tratado. Estamos cansados de soluciones–parches que siguen dilatando la posibilidad de un edificio propio. Es un maltrato sistemático”, señala.

La comunidad educativa completa se declaró hace tiempo en estado de alerta. Hace dos semanas los docentes tuvieron una masiva asamblea para elegir representantes y definir cómo organizarse frente a la grave situación actual. El centro de estudiantes, por su parte, hace tiempo que viene reclamando fuertemente por el edificio propio. Su última declaración de contundencia fue a principios de este mes, cuando el órgano gremial de los estudiantes emitió un comunicado en el que sentenció que “no hay que conformarse con lo poco que este gobierno quiere dejarle a la educación pública y a la cultura”. 

No es la primera vez que un instituto de los que dependen de la DGEart se manifiesta en conflicto. Hace poco menos de un año, cuando el ministro era Darío Lopérfido en vez de Mahler, pero el responsable de esa área era Marcelo Birman, al igual que ahora, la comunidad educativa de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD) se organizó contra el “vaciamiento” de la institución. El problema, dijeron en esa oportunidad, era fundamentalmente presupuestario, ya que de los fondos totales del ministerio, únicamente el 4 por ciento estaba destinado a esa dependencia, que además de la EMAD, el Falla y el Piazzolla maneja el Instituto de Investigación de Etnomusicología y el Instituto Vocacional de Arte Manuel José Labardén. Este año el porcentaje sumó unos puntos (ronda el 7 por ciento), sin embargo los conflictos continúan, incluso peor que antes.

“Los gobiernos de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta toman a la cultura como un gasto, no la valoran porque no les da ganancia. También porque es la unión de diferentes pensamientos, y el macrismo no quiere que eso suceda para que la gente no pueda pensar, porque si no no la pueden dominar”, sentencia la comunidad educativa, que asegura que va a “seguir luchando hasta obtener una solución”.