El juez federal Julián Ercolini se desprendió de la causa sobre el espionaje masivo a trabajadores de prensa, activistas y académicos durante las cumbres mundiales que organizó el macrismo y se la envió a su colega Marcelo Martínez de Giorgi para que la tramite junto con la megacausa sobre el accionar de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) que llegó desde Lomas de Zamora a los tribunales de Comodoro Py. Martínez de Giorgi deberá decidir si acepta los expedientes que recibió en los últimos días y, de hacerlo, podría concentrar las investigaciones más importantes sobre el empleo de la inteligencia ilegal durante la presidencia de Mauricio Macri.

Las cumbres de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de 2017 y del G20 de 2018 fueron presentadas por Cambiemos como la puerta de entrada al mundo. Sin embargo, las denuncias que presentó el año pasado la interventora de la AFI, Cristina Caamaño, parecerían demostrar que, en realidad, fueron una excusa para hacer espionaje a gran escala. Caamaño denunció el 5 de junio pasado que la AFI --en connivencia con el Ministerio de Seguridad de Patricia Bullrich-- había espiado a 403 periodistas, a 28 académicos y a otras 58 personas que habían intentado acreditarse en actividades vinculadas a las cumbres.

La causa quedó inicialmente en manos de Martínez de Giorgi, que por entonces subrogaba el juzgado que quedó vacante tras la muerte de Claudio Bonadio, y de la fiscala Paloma Ochoa. Este año, Ercolini asumió esa subrogancia y ahora decidió que la causa debe volver a su colega Martínez de Giorgi, que acaba de hacerse cargo de la mega-investigación de espionaje que hasta hace poco tramitó en Lomas de Zamora.

El 26 de marzo pasado, la fiscala Ochoa solicitó que, por el espionaje en las cumbres de la OMC y del G20, se llamara a indagatoria al exdirector general de la AFI Gustavo Arribas, a su número dos, Silvia Majdalani, al exdirector operacional de Contrainteligencia Martín Coste y a Carlos Tonelli Banfi, el excuñado de Gabriela Michetti que estuvo a cargo de la dirección de Eventos Especiales de la exSIDE. El viernes 21 de mayo, se sumó al pedido de Ochoa el grupo de querellantes que representa el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), como informó Página|12. Esa presentación desencadenó la decisión de Ercolini, que no llegó a resolver los pedidos para que declaren como acusados tres de las más altas autoridades de la AFI junto con Tonelli Banfi.

Ercolini sostiene que los hechos que él tenía que investigar se dieron en el mismo marco en el que sufrió, por ejemplo, el espionaje Cristina Fernández de Kirchner, en su departamento de Juncal y Uruguay así como en el Instituto Patria entre julio y agosto de 2018. Para entonces, la AFI había apostado autos, cámaras y agentes para monitorear los movimientos de la expresidenta. Los espías declararon que los habían mandado con la orden expresa de ver si entraban o salían bolsos. La vigilancia se dio en simultáneo con el inicio de la causa de los cuadernos, en manos de Claudio Bonadio y Carlos Stornelli. La maniobra de la AFI se desbarató cuando los espías fueron detectados por trabajadores del Instituto Patria. En ese momento, la AFI intentó justificar la inteligencia sobre CFK diciendo que se trataban de tareas de seguridad ante posibles atentados por el G20.

“Se advierte claramente que las hipótesis de investigación sugieren que se había intentado simular que las maniobras desplegadas en realidad correspondían a actividades lícitas llevadas a cabo en el marco de funciones atribuidas a la Agencia Federal de Inteligencia”, escribió Ercolini, mostrando el patrón de comportamiento de la exSIDE tanto en el caso de CFK como en el de los otros espiados durante las cumbres.

Las cumbres como excusa

En enero de 2020, Caamaño encontró tres sobres en la oficina que ocupaba Martín Coste en la sede central de la AFI en la calle 25 de mayo. Uno estaba rotulado como “2017”; otro decía “Periodistas G20” y un tercero llevaba escrito “Varios”. Allí estaban guardadas fichas organizadas de acuerdo a un semáforo. El rojo, en general, estaba emparentado con posturas críticas al gobierno de Macri. Además, se halló documentación que daba cuenta de la vigilancia sobre el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en 2017.

La interventora también encontró un documento confidencial que había confeccionado el Ministerio de Seguridad de Bullrich con las directivas sobre las cumbres y en el que le daba un rol fundamental a la AFI. Según lo que reconstruyó Caamaño, la AFI se dedicó a confeccionar fichas en la dirección de Eventos Especiales, un área creada básicamente para las cumbres. Esa información era después enviada para ser revisada por Contrainteligencia, que era el área que se dedicaba a organizar la información en torno a los colores del semáforo, como surgió en la causa de Lomas cuando se encontraron papeles sobre la vigilancia en las cárceles.

El exdirector de Operaciones Especiales Alan Ruiz declaró en Lomas que la AFI participaba en reuniones con Seguridad por las cumbres. De hecho, a Ruiz, esas reuniones le sirvieron como trampolín para pasar de la cartera de Bullrich a la AFI, donde se volvió un actor clave para el espionaje. Recientemente, el portal El Destape reveló que Tonelli Banfi era otro de los habitués de Bullrich en Gelly Obes. En la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) también se encontraron las listas de personas que fueron monitoreadas por la reunión de la OMC de diciembre de 2017.

En su denuncia inicial, Caamaño había dicho que las cumbres se utilizaron como excusa para hacer tareas de inteligencia ilegal y que el hecho de que esa documentación siguiera en la Agencia años después mostraba que esa información se siguió usando después de las reuniones.

El futuro de las causas

Martínez de Giorgi debe decidir si acepta la causa que le mandó Ercolini y la que le había enviado el lunes su colega Sebastián Ramos sobre la bomba que le habría dejado la AFI al exsubsecretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa durante la era de Cambiemos José Luis Vila. Si así lo hiciera, quedaría concentrando las causas más importantes del accionar de la AFI al menos entre 2017 y 2019.

Esta semana se definió que será el fiscal Franco Picardi quien acompañará a Martínez de Giorgi en la instrucción de la megacausa que llegó desde Lomas. Es probable que Martínez de Giorgi espere a que la Cámara Federal porteña revise los procesamientos que dictó su colega de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé en el tramo sobre las andanzas de los espías conocidos como Súper Mario Bros y el espionaje penitenciario sobre los presos kirchneristas.

La sala de la Cámara que deberá revisar los 38 procesamientos es la Sala II, pero con una composición especial después de que se excusaran Martín Irurzun --supuesta víctima del espionaje de los Súper Mario Bros--y Roberto Boico. Por el momento, los encargados de analizar este expediente serán Eduardo Farah, Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi. Los únicos procesamientos confirmados, por el momento, tanto en Cámara como en Casación son por el espionaje en el Instituto Patria.